En el mes de abril se presentó en Misiones el trabajo “Guaraní Retã” - Pueblos de la frontera de Argentina, Brasil y Paraguay, organizado por la Universidad Nacional de Misiones y el Equipo Misiones de Pastoral Aborigen. El trabajo permite visualizar la localización de las comunidades guaraníes en la provincia de Misiones y en el amplio territorio transfronterizo que ocupan. Los organizadores explicaron que se trata de “una herramienta de vital importancia”, porque “es el primer mapa transfronterizo desde que se trazaron las fronteras actuales”.
Para el reconocido antropólogo y jesuita Bartomeu Meliá, actualmente existen nuevos “Muros de Berlín” que impiden el reconocimiento real de las comunidades originarias. Aunque nació hace 78 años en Porreres, España, el antropólogo y jesuita Bartomeu Meliá se define como “un guaraní más”. Y no es para menos. Desde 1954 se encuentra radicado en Paraguay, donde estudia incansablemente la lengua y cultura de los pueblos originarios de esta parte del continente sudamericano.
El reconocido investigador visitó Posadas para la presentación del “Mapa de los pueblos guaraníes en la fronteras Argentina, Brasil y Paraguay” un trabajo que permite visualizar la localización exacta en la que viven estas comunidades aborígenes.
“Una Nación que no sabe defender los derechos de los indígenas se aleja cada vez más de la democracia, inclusive de sí misma”, expresó. Meliá advierte sobre la existencia de nuevos “Muros de Berlín” que impiden el reconocimiento real de las comunidades originarias. Alerta sobre otras amenazas como la expulsión de tierras ancestrales y la destrucción del medio ambiente; y propone acabar con la idea de que el indígena es un problema. “El indígena es solución para muchos de nuestros males”, asegura.
Durante la presentación del mapa expresó que la mayoría de los pueblos originarios sufren de nuevos “Muros de Berlín” ¿Cuáles son?
Al final de la segunda guerra mundial, un muro separó al pueblo alemán durante cuarenta años. Los alemanes permanecieron fragmentados en dos mundos, con muy diferentes modos de vivir. Muros parecidos a esos, aunque invisibles, son los que experimentan y sufren nuestros pueblos indígenas hoy. Estas murallas se traducen en políticas nacionales muy diferentes de un país a otro. No existen políticas unificadas de reconocimiento de los territorios de los pueblos indígenas, políticas lingüísticas, sanitarias ni educativas. Por eso es tan importante este mapa, porque permite conocer la realidad transfronteriza de los pueblos. Hay que entender que el territorio guaraní no es un territorio nacional, como nosotros lo vemos.
¿Qué problemáticas comunes se detectan en esa realidad transfronteriza de los pueblos guaraníes?
El primer problema es la cuestión de territorio, que es distinto a decir tierra. El mantenimiento del territorio indígena es de vital importancia para el presente y el futuro, por ser reserva de agua, manantiales, selva, biósfera; en fin, reservas de vida. Ese primer problema desencadena una desestructuración desquiciada en los modos de vida habitual de los guaraníes. Es como si nos obligaran de repente a adaptarnos al Polo Norte, y claro, a eso les obligamos a los pueblos indígenas permanentemente, a cambios estructurales en sus formas de vida.
Además, coexiste la manía y soberbia que tenemos de querer enseñar a los indígenas con un tipo de escuela que muchas veces significó un fracaso hasta para nosotros mismos. Porque las escuelas públicas, en la mayoría de los países presentan muchos más problemas que soluciones. Hay que rever este modelo de mala educación que estamos imponiendo a los indígenas, sin saber siquiera su lengua y cultura. Entonces, la desestructuración del ambiente, del territorio y de la educación, repercute inevitablemente en la salud y en la vida de los indígenas.
¿Cuál es la situación de las comunidades Mbya de Misiones?
El problema aquí, como en todos lados, pasa principalmente por el territorio. Vemos en el mapa que esta provincia muestra mucho espacio de color verde, que significa vegetación, pero hay que aclarar que ese tono es engañoso porque es de pinos, que representa una enorme distorsión de la ecología originaria. Otros problemas que aquejan a estas comunidades tienen que ver con el medio ambiente, el acceso a los recursos naturales, al trabajo y la alimentación.
En este contexto, ¿cuáles son los desafíos para nuestras naciones hoy?
Mostrar que ellos son diferentes, que son culturas propias, pero que no son cosas del pasado. Ellos son presente para nosotros y tienen derecho a ser presente entre nosotros. Y debemos entender que no son problema, sino soluciones para muchas cosas. Tenemos que acabar con la idea de que el indígena es problema. El indígena es solución para muchos de nuestros males. Una Nación que no sabe defender los derechos de los indígenas se aleja cada vez más de la democracia, inclusive de sí misma. – Fuente: territoriodigital.com