Lucas Segovia está realizando la gira “por 35 años de memoria”, estuvo hace unos días atrás en Corrientes, recorrerá gran parte del país en esta nueva gira. Como no podía ser de otra manera, charlamos con Lucas en el pasillo, casi a las apuras, pero sobrevoló en la conversación su padre y su obra.
por paulo ferreyra
Estuvo este verano en distintos escenarios folclóricos, la Fiesta Nacional del Chamame, Cosquín, entre otros. Pero ahora pasó nuevamente por Corrientes en el escenario del Museo de Artesanías. “Por 35 años de memoria”, la obra de Lucas Segovia, recorre centros culturales, bibliotecas públicas y universidades. El kilómetro 0 fue fijado en Resistencia y la capital de Corrientes es la segunda parada de un itinerario que incluye Malabrigo, Vera, Santa Fe, Rosario, San Lorenzo, Capital,
Lucas camina de un lugar a otro, saluda a la gente al pasar, su hermano también está inquieto de un lugar a otro y no deja de ofrecer los discos de Lucas, mientras nosotros lo saludamos y le robamos un minuto. Con tono afable Lucas acepta sacarlo un poco de contexto, vamos hablar de su padre y del presente.
El año pasado hubo un gran movimiento en torno al 8 de septiembre, tanto en Corrientes como en Resistencia, qué significa para vos ese día.
El 8 de septiembre es un día especial porque se recuerda la desaparición del artista, del hombre, del militante, del compañero de mayor trascendencia en la juventud del chaco. Zitto Segovia dejó de ser de la familia para pertenecer a un pueblo que lo recuerda todos los años y dejó una obra importante para las nuevas generaciones. Eso lo que nosotros celebramos, más que un homenaje, celebramos la victoria del canto. El canto que Zitto venía buscando con mucho sacrificio, con mucho trabajo. Es increíble ver hoy en día a las nuevas generaciones adoptando su repertorio y también a los de su misma generación. Produce una alegría enorme ver que los músicos hagan hincapié en contar la historia de un pueblo que se llama chaco, difundiendo esto por todo el país. El Chaco tiene mucho para aportar al país.
Tu presente musical es una prolongación de esa cuna musiquero.
Nosotros aprendimos muchísimos con papá. Lo que hoy vivimos lo absorbimos en nuestra casa. La militancia del arte y la solidaridad por sobre todas las cosas. Siempre nos enseñó a vivir de lo que nos gusta por más que tengas dos monedas en el bolsillo; si uno hace lo que le gusta va hacer el hombre más feliz del universo. Zitto amaba la vida, era un hombre completamente feliz. Porque hacia lo que le gustaba y se pudo dar el lujo de componer en el género que a él le gustaba, más allá de que no era comercial en ese momento. Él sabia que en algún momento esa canción iba a llegar al pueblo. Nosotros como hijos – por tener un referente en la casa –por supuesto que estamos muy orgullosos de su trabajo y de su carrera, no queremos fracasar ante tanto potencial cultural en la familia.
¿Qué te produce el río hoy, hay sensaciones encontradas?
A mí me marco muchísimo el río, Zitto era un pescador empedernido, y eso nos transmitió a nosotros. Mi familia se crió a orillas del rio. Cuando muere Zitto yo deje de ir a pescar durante muchos años, hasta que me di cuenta que el río siempre estuvo ahí y que simplemente fue el destino de un musiquero. Por eso compuse la canción que se llama “el rio va”, reconciliándome con el río. Aceptando la realidad del destino.
Por ahí en el algún momento se había dicho que era una canción para Zitto.
En es una canción dedicada al río, después de muchos años conseguí volver al rio y entonces pude reconciliarme con el río. Ahora llevo a mis hijos al río, vamos a pescar, a disfrutar del paisaje que te da el rio, de esta naturaleza litoraleña que nosotros defendemos. No quise privarme del río que hace miles de años que está ahí. Nosotros solo usufructuamos de toda esa naturaleza hermosa que tenemos en el litoral. Esta vez pasó con el rio, como puede pasar con otras cuestiones. Simplemente fue el destino.
Hoy tu obra también está marcando un nuevo rumbo, con Melitona estás poniendo el acento en la historia del Chaco.
Melitona es la historia más profunda de la historia de nuestro Chaco, escondida por el estado nacional por más de 80 años. Es muy gratificante que después de esa obra se empiece a investigar lo que fue la masacre de Napalpi. Nosotros simplemente quisimos contarle al país – así como pasó en Margarita Belén o en La Forestal, también hubo en la colonia de Napalpi una masacre donde se mataron a más de 500 trabajadores, obreros aborígenes, entre ellos también correntinos, santiagueños. Hombres y mujeres trabajadores que reclamaban mejor salario, salud, educación para sus hijos. Queremos reivindicar al pueblo aborigen porque ellos son los dueños de estas tierras. Esa es la obra y la alegría de poder compartirla con músicos amigos como Rafael Amor, Bruno Arias, Antonio Tarrago Ros, que son hermanos del caminos con quienes nos cruzamos y venimos haciendo diferentes cosas.
En este último tiempo se te ve con mucha actividad, casi sin descansar de un lugar a otro.
La gente a veces piensa que el artista vive bien, vive fácil. Sin embargo el artista paga la luz, el agua, el teléfono, la vivienda, y no tiene ingresos fijos como tienen otros trabajadores, entonces nos cuesta muchísimo sacrificio. Creo que cuando el artista se muere deja más deuda que ganancias. Pero bueno, mientras podamos hacer esto que nos gusta. Lo importante es poder vivir feliz y reivindicar la realidad de nuestra provincia y enseñarles a nuestros hijos la historia profunda de nuestro Chaco.
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