martes, 17 de mayo de 2011

"Siempre es especial"


En una tarde otoñal, los flautines del sol regaban el paisaje con su canto, mientras un chamame hacía más linda la vida. En la casa de Paquito Aranda siempre se respira buen clima, su sonrisa, sus alumnos, su entorno familiar, la música que está presente sin que la mencionemos. En estos días el bandoneonista cumple un año más de vida, “siempre es especial un cumpleaños, estar con la familia, con los amigos, con la música regando cada momento”, sentencia Paquita tras una nueva sonrisa que hace más alegre la vida.

por paulo ferreyra

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El sol todavía estaba arriba, en la casa de Paquito Aranda un señor –que ya había dejado hace mucho los 50 años – estaba ejercitando unos acordes en su acordeón. Paquito ceba unos mates y por esas cosas de la vida seguimos una conversación que ya estaba iniciada. “Vos sabes que siendo joven hablaba tres idiomas, el portugués porque vivíamos en frente de Brasil, el guaraní porque me gusta y el castellano”.


En el ambiente hay distintos premios y distinciones que ha recibido Paquito a lo largo de su vida, “este es mi lugar de ensayo, de encuentro con la música”, advierte. Tras un silencio – esa pausa necesaria para tomar un mate – el músico recuerda que le costó mucho hacer su camino de musiquero. “Me costó mucho, hoy por hoy todo es más fácil. El que no aprende – no digamos que porque no quiere – pero tal vez no es tocado por la varita mágica de ser músico. Pienso que para ser músico, para vivir de la música, tenés que nacer músico. En esta vida no podes esperar a fin de mes para tener plata, tenés que salir vos a buscar el sustento de la vida todo el tiempo”.


Un segundo nacimiento


Paquito considera que es músico profesional desde el año 1962, aunque ya venía trabajando antes con la música pero a partir de ese año se pudo comprar su primer bandoneón. “Soy carpintero, tengo conocimiento de albañilería, me defendía en la vida ocupando distintos oficios”, comenta. “Comencé tocando y trabajando en Paso de los Libres, mi tierra, después me fui a Buenos Aires y seguí haciendo lo mismo. Muy poca gente sabe que durante un año trabajé doce horas diarias, incluso había parado de salir a tocar, pues reuní en aquel momento 38 mil pesos para poder comprarme el bandoneón. A partir de allí me dediqué por completo a la música”.


Paquito Aranda tiene una sonrisa que se vuelve una expresión de su rostro en cada momento que habla. Sigue cebando el mate y hasta tiene un momento para la emoción. Su bandoneón está sentado muy cerca suyo, casi pegado al cuerpo, cuando recuerda que en 1962 lo adquirió le echa un vistazo, casi le habla. Luego lo toma, me mira y cuenta, “en marzo de este año cumplimos 49 años juntos, míralo cómo esta, se le ve los numeritos, casi nuevo todavía”.


En aquella tierra lejana de Buenos Aires Paquito pudo comprarse su bandoneón, tocar durante mucho tiempo y comenzar a dar clases de música. “Comencé en el Teatro Verdi – recuerda – en el barrio de la Boca, ahí Rojas tenía una academia y me llamó, ya estaban enseñando Isaco Abítbol, Fito Ledesma, Ton Núñez, un gran guitarrista”.


Cuando Paquito adquirió su bandoneón comenzó su carrera profesional de música, pues ya no volvería a ocupar otros oficios. “Ni bien me compré el bandoneón fui a integrar el conjunto de Damián Cena, como director del conjunto. Antes había estado con Rubén Miño, un gran acordeonista, en el conjunto “Los Provincianos”. Paquito sonríe y destaca que tuvo suerte al estar rodeado siempre de buenos músicos y buenos compañeros. “Con Alfredo Morales toqué en el Salón Princesa de Armando Nelli, ahí fui recomendado por Isaco, tuve la oportunidad de Conocer a Manuel Gómez, excelente compositor. Conocí a Pablo Domínguez, Apolinario Benítez – guitarrista que le acompañaba a Isaco. Después fui con Rubén Miño. Conocí a muchos músicos.


El camino solista de Paquito Arando lo transitó con el Rui Señor Correntino, el apodo de Ramón Pérez, muy buen cantor. “Estando en Buenos Aires grabé con Julio Luján, hicimos un compacto donde me acompañaron Palermo, que era guitarrista de Raulito Barboza, Juancito el Peregrino, Gatti – un guitarrista muy bueno. Oroño, uno de los guitarristas que había integrado el conjunto de Montiel”.

La charla con Paquito se desliza por sus composiciones, por algunas de las características de sus alumnos, por su trabajo como músico chamamecero.


Hace muy poco tiempo recibió un reconocimiento por parte del municipio de Paso de los Libres, ahí se reencontró con sus grandes amigos, Ernestito y Juan Montiel. “Con ellos compusimos un tema este año. En principio hablamos por teléfono y les pasé una letra que había escrito sobre el festival de Federal, Entre Ríos. Tres o cuatro días después que le pasé la letra me llaman y me dicen que ya le habían puesta la música, ellos ya lo estrenaron en Federal este año”. A modo de adelanto, Paquito nos regaló las primeras glosas de esta nueva canción -


Noches plateadas


Están las noches plateadas

aromadas de azahares

esa fragancia y cantar

que es propio de la región.


La queja de un acordeón

o de un bandoneón montielera

y una guitarra señera en las

manos de un cantor.


Son tan lindos los lugares

el encanto y el safio

la provincia de entre ríos

de mi lindo litoral.

Gigantesco un festival

con desempeño profundo

se están proyectando al mundo

las noches de federal.


El martes 17 Paquito cumple un año más de vida, “componer, estar en contacto permanente con la música, la familia y los amigos me mantienen muy vivo”, sostuvo el músico. “Siempre es especial el día del cumpleaños, hay que agradecer a Dios sobre todas las cosas, agradecer el saludo de toda la gente. Siempre debemos disfrutar el momento presente, lo de ayer es viejo y lo de mañana está por verse”.

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