martes, 28 de junio de 2011

"Siempre es el amor"


A lo hora de definir sus canciones, Ricardo “Tito” Gómez, no duda en mostrar donde pone el acento, el amor. El músico está a punto de partir a Brasil, donde confía poder seguir trabajando de lo que sabe hacer, “crear y tocar música”. “Espero encontrarme allá con quienes interpretan mi obra y poder seguir desarrollando mi música”, comenta.

Ricardo es uno de los referentes destacados de la música litoraleña, estuvo en los inicios de Imaguare, con el poderoso grupo Reencuentro, siempre musicalizó poemas pero ahora también encuentra placer en componer. En cada nueva presentación que realiza tiene una sola intención, “mostrar canciones nuevas, esa es las ganas que tiene el creador de decir -no me quedé a vivir en una cama de laureles-, y sigo componiendo”, advierte.

por paulo ferreyra especial para corrienteschamame.com

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El sol comenzaba a juguetear con la copa de los árboles, unos chicos trazaban pases de gol en esa amplia cancha de futbol, todo alrededor era calma, serenidad, una música de fondo cortaba con la mano el silencio arrollador. El entrevistado nos abre las puerta de su casa, siempre sonriente, amable, cordial. Nos ubicamos en una silla cercana a la computadora, él pide paciencia pues desea terminar de instalar la misma y dejar en orden el sonido, “así después escuchamos alguna cosita”, señala.

Ricardo “Tito” Gómez siempre sonrie, a veces silenciosamente y otras veces no tanto. Su guitarra esta cerca, por ahora al igual que yo escucha, paciente ante las palabras de Tito. Un libro de Andrés Guasurarí también juega alrededor, al principio calla pero después pasa de mano en mano.

“Estoy colaborando con la gente que trabaja en la parte cultural de ATE, justamente dentro de unos días, el 29 de junio, se conmemora el aniversario de la declaración de los pueblos libres que hicieron Artigas y Andresito”. Juan González es el encargado de la parte cultural en ATE, autor del libro de Andrés Guasurari, “me ofrecí para trabajar con el – comenta Tito – porque me interesa lo que hace, se busca rescatar los valores de nuestros pueblos originarios, me gusta moverme en ese ambiente”.

Dentro de las exposiciones y movida cultura que se avecina, Tito aprovecha la ocasión para contarnos que el próximo 8 de julio estará en un bar céntrico de la ciudad de Corrientes. En el Mariscal. “Vamos a estar con la gente que me acompaña hoy, Nicolás Broushoe, en primera guitarra, un chico de 21 años de Mercedes. Canta muy bien. También estará Fernandito Soto y posiblemente Carolina Rojas. Hay otro chico que estuvo en el programa Talento Argentino, Emilio Aguilera, el va a cantar algunas cocas mías”.

En cada nueva presentación de Tito busca espacios para presentar nuevas canciones. “La gente me obliga a cantar los caballitos de batalla, “niña de ñangapirí”, “volver a soñar”, pero si por mi fuera no las cantaría más”.

Tito piensa en segunda, silencio, luego agrega, “mi intención siempre es mostrar canciones nuevas, esa es las ganas que tiene el creador de decir -no me quedé a vivir en una cama de laureles-, y seguí componiendo. Hace muchos años que compongo. Creo que para un creador las canciones son como los hijos, una vez que han crecido se desenvuelven solos, van solos por la vida. “Niña de ñangapiri” tiene 30 años, ya la han grabado muchos artistas y todavía la sigo llevando de la mano, y los temas nuevos me siguen demandando más atención.

En tus composiciones el amor se respira, a la vida y a la mujer.

Sabes que pasa, siempre fueron las mujeres mí inspiración. Por pedido, el padre de Salvador Jasan me pidió en conmemoración del yvera que escriba una canción. Tuve que responderle que no. La verdad es que no me sale, salvo que le meta una historia de amor con una lugareña, porque no me sale el paisaje. Será extremadamente bello el yvera, pero no me sale componerle una canción. Yo se que el agua es nuestro, que nos están robando el agua, todo, pero no me sale. Para eso Mario Bofill es perfecto, porque definer de manera muy bella el lugar. No me sale el paisaje, antes yo no escribía, después de una mano enorme que me dio una chica de la cual estuve muy enamorado comencé a escribir y siempre es el amor.

El amor

Ricardo Tito Gómez es una referente de la música tradicional de Corrientes. Es más, no es de corrientes, es del litoral, es del mundo. Como el mismo afirma sus canciones ya no le pertenecen, son del pueblo que la canta y que en cada guitarreada evoca una canción de su autoría. Sus palabras fluyen, como el amor mismo, no pide permiso, avanza.

“Cuando estoy muy lejos

tus recuerdos crecen

el amor me invade

me acaricia a veces.

Entonces lo tuyo

llena tanto mi alma

que siento que lejos

mas me perteneces”

“Este fragmento de una canción se lo escribí a María Silva, mirándola garabateo algo y se ahí mismo le canto”. María es goyana, vivía en Buenos Aires cuando estuvieron juntos, ella tenía un programa radial y por esas cosas de la vida se cruzaron en el amor. “Ella hizo un silencio después de escucharme y me dijo, -vos qué haces pidiendo a los poetas que te den sus letras para musicalizar si vos sos mismo podes escribir canciones. Tu talento también está en la poesía, me dijo”.

Muy cómodos en nuestros lugares, Tito se deja llevar por los recuerdos que le despierta la conversación. Comenzamos a mirar atrás, más atrás, hasta la juventud de Tito, aquella época de música de rock y pulsiones aceleradas. “Nosotros estábamos en Mercedes – cuenta – y llega Julián Zini y dice que quiere un grupo para poder difundir las canciones que estaba componiendo. Entonces le presentan a un chico que recién había dejado el Cuarteto Santa Ana, Gringo Sheridan, otro chico que tocaba la guitarra, Carlos Núñez. También hay un muchacho que canta con una voz muy particular y quizás te guste para decir tus cosas, Julio Cáceres, le dicen.”

A Julián le presentan estos muchachos y ahí comienza una rica historia. “Los hijos del Paiubre” estaba integrada por Calos Núñez, Julio Cáceres y Tito Gómez. Esta formación que presentan a Julián comienza a trabajar pero faltaba alguien que armonice las voces, todas cantaban en primera. Entonces ahí le dicen a Julián, “acá hay un chico medio loco que hace rock pero sabe musicalizar”, que venga entonces, fue la respuesta de Julián.

Así ingresó Tito Gómez a lo que después se dio el llamar Los de Imaguare. “Para mi Julián en aquella época era un gigante, el decía cosas muy fuertes, el combatía la explotación del hombre por el hombre. Yo sentía admiración por las pelotas que tenía este cura para decir las cosas que decía”.

Fue tanta la admiración que había despertado en Tito que el mismo se decide a componer algo, y presentarlo a Julián Zini

- Mira Julián lo que hice, necesito saber tu opinión –fueron las palabras de Tito.

- (Moviendo la cabeza, quizás con alguna duda, cuenta Tito de aquel momento) Está bien Tito – le respondió Julián – pero no defina mucho la idea, yo soy el poeta y vos sos el melodista.

- Está bien Julián, soy tu melodista, pero a mí dame las canciones de amor, la que tienen santo dale a los muchachos.

Le conté a María aquel anécdota y ella me empujó con sus palabras a dejar de lado aquel hecho y comenzar a componer. “Ella no quería que me falle, que me auto boicotee. Imagínate como me sentí en ese momento, dicho estas palabras por una persona que amaba profundamente. Fue como un empujón muy grande para comenzar a componer y no parar más. Ahora encuentro mucho más placer en hace poesía que en la música, porque la música esta sabido que me sale musicalizar, lo otro es un desafió”.

“Siempre acepté esas palabras de Julián muy bien, había una forma de trabajar y estar organizado era importante. Lo entendí perfectamente”, aclara Tito. “Además hay tiempo en la vida para todo, hoy me encuentro muy bien haciendo lo que hago, es un desafió hermoso escribir. Estar frente a la hoja del Word medio blanca, medio escrita, buscando palabras que me van llevando a la poesía. Es hermoso”.

Las sonrisas, ese mundo de calma que había afuera también reinaban en esta casa. La charla con Tito Gómez fue abriéndose por sus recuerdos de aquel trágico 8 de septiembre y de cómo a partir de ahí conoció a Marta Aquiles. Hablamos tanto de Marta, pero como el mismo dijo, “eso es tema para otra entrevista”.

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