Después de mucho tiempo vuelvo a
entrevista a José Frete de Colonia Carlos Pellegrini, Corrientes. Desde el año 1976 a la fecha estudió en
forma independiente el guaraní siguiendo
todas las innovaciones con respecto a su enseñanza y su reconocimiento como
lengua oficial primero en el Paraguay y luego en la provincia. Sostiene con preocupación que “la población
rural continúa en éxodo y los que se van
son preferentemente los jóvenes, que así pierden esa escuela insustituible
que hace a la propia cultura, la que es transmitida de padres a hijos.
Por paulo ferreyra espacial para corrienteschamame.com
José Frete es autor de composiciones
grabadas e inéditas en guaraní.
Acompañó a su hija Diana Frete, Diana del
Ivera, en un trabajo musical
grabado titulado "Te canto, mi
pueblo azul" donde registra algunas de sus
numerosas creaciones musicales, como
el compartido con Julián Zini "Mi
pueblito azul", y otros como
"Monchito py nandi", "Angelitos del estero",
entre otros.
-En el 2004 se aprobó la ley que oficializó al idioma guaraní en la
provincia de Corrientes. Ahora bien, existe algún rasgo o actitud que
haya cambiado en la sociedad con respecto al avañe’ê.
Francamente la inmensa mayoría
parece ni siquiera haberse enterado de la
existencia de esta ley. Lamentablemente la
gente común, creo yo, vive
más preocupada por cuestiones de la
economía hogareña. Si alguna vez se
enteró de la aprobación de esta ley,
no le dio la importancia que sí debería
tener entre los sectores del ámbito
cultural. Me refiero puntualmente a la
escuela, el periodismo, los estratos
gubernamentales de injerencia.
La escuela la implementaría más bien
por imposición. No veo que por
iniciativa propia la escuela gestione o colabore para que la ley alcance el
objetivo para el que se creó, esto
es la revalorización de la lengua
originaria, su difusión y perfeccionamiento.
En mi caso particular, hasta cinco años
atrás he presentado proyectos de
enseñanza de guaraní. Consecutivamente durante cuatro ciclos
lectivos,
en la escuela cabecera del anexo que
funciona en mi localidad con el
propósito de transmitir mis
conocimientos adquiridos durante más de
treinta años de interesarme en el
idioma de mis ancestros. Proyectos
avalados con programas cedido por mi
amiga Chela Liuzzi del Centro de
Estudios de Lengua y Cultura KO’ÊMBOTA de Ituzaingó. Nunca he
conseguido que me concedieran un
espacio para transmitir esta faceta de
nuestra cultura por medio de la
escuela local, de donde egresan jóvenes
con una inserción laboral por demás
frecuente de guía turístico y donde el
conocimiento de su entorno, flora,
fauna y paisaje, está plagado de
nombres guaraníes cuya etimología ellos
desconocen como a veces también
hasta su adecuada pronunciación.
-¿Los chicos que están en edad escolar, además del ingles, están
aprendiendo el guaraní o ha quedo en el proyecto de ley la
enseñanza del guaraní?
Creería que en algunas contadas
escuelas de la provincia se estarían dando
unos primeros pasos experimentales
en calidad de talleres o como
programación opcional. Pero
oficialmente todo sigue inerte, como una
expresión de deseos incumplida. Un
poco por la carencia de una
metodología consensuada acorde con
la realidad de nuestra provincia,
también por la falta de maestros de
lengua avañe’ê con la capacidad y
solvencia necesaria para ayudar a la
consolidación y el mejor conocimiento
de la lengua. Porque a veces el
peligro mayor no está en que se desconozca
el idioma sino en enseñarlo mal y que se termine ridiculizándolo en vez de
revalorizarlo.
- En algún momento se difundió por los medios que existe una edad
promedio de guaraní hablantes arriba de los 60, que dentro de 20 o
30 años no habrá recambios y se perderá esa franja. ¿Cómo es en
tú región?, ¿Es posible que se pierdan los guaraní hablantes de la
provincia de Corrientes?
En mi localidad hay una realidad
evidente: cuarenta años atrás el guaraní
se escuchaba en boca de todos,
jóvenes y ancianos. Ahora permanece como
lengua de uso muy de entrecasa entre
la gente mayor. Pocos jóvenes lo
hablan, y éstos son mayoritariamente
aquellos que trabajan como peones
rurales. Sobreviven, entre los
menores, palabras sueltas e insuficientes para
entablar una conversación. Debido al
paulatino abandono del uso cotidiano,
la mayoría de los niños ya ni
siquiera nos entienden cuando se les habla en
guaraní. Por suerte, hay parajes a
lo largo de la costa de los esteros donde
la gente grande todavía lo habla y
los niños lo aprenden escuchando. Pero
también es verdad que la población
rural continúa en éxodo y los que se
van son preferentemente los jóvenes,
que así pierden esa escuela
insustituible que hace a la propia
cultura, la que es transmitida de padres a
hijos.
-¿La escuela es el ámbito adecuado para fortalecer al idioma por
medio de la escritura y el habla? ¿Canales
alternativos para los
adultos no se están creando?
Opino que sí, que la escuela debería
erigirse en el ámbito idóneo y
necesario donde la lengua originaria
se afiance sobre todo en la parte
escrita, como objetivo de mínima. Si
se logra contar con maestros capaces
se podría alcanzar el objetivo de transmitir
una adecuada pronunciación y,
mejor aún, de lograr despertar el
interés del alumno.
-Los medios de comunicación, especialmente la radio, colabora o
entorpece el aprendizaje de la lengua.
Así como están las cosas, no
colabora para nada, salvo algunas
excepciones. Hoy decir radio es
referirse a emisoras de FM, las que
subsisten por venta de publicidad y
su programación se vuelca, por
necesidad, a objetivos
prioritariamente comerciales en desmedro de lo
cultural. Y aunque pueda haber buena
predisposición para introducir
esporádicamente alguna que otra
expresión, frase o palabra en guaraní, ello
resulta completamente insuficiente.
Si municipalmente se fomentaran
programas con orientación hacia el
guaraní, aunque no fueran programas
exclusivamente “en guaraní” sino más
bien del tipo bilingüe y con
traducciones, recopilación de
frases, refranes, relaciones, versos, letras de
canciones en guaraní, comentadas y
explicadas, pienso que resultarían
programas atractivos y útiles.
-Hace más de 50 años que está constituida la lengua guaraní con su
grafía. ¿Qué siente cuando una referente cultural (Teresa Parodi) a
través de un medio de difusión masiva sostiene que la lengua
guaraní no tiene grafía, que se puede escribir de uno u otro modo la
palabra?
El caso que Ud. menciona es tan sólo
uno más de los tantos que a menudo
detectamos los que luchamos por
darle al guaraní su lugar en nuestra
provincia. Con respecto a la grafía,
ya en 1950 en un congreso en Río de
Janeiro los cuatro países más
vinculados con el guaraní en esta parte de
América - Argentina, Paraguay,
Brasil y Uruguay - quedó establecido un
alfabeto propio para el guaraní. Es
el mismo que hoy usamos, luego de ser
perfeccionado en el Paraguay, el país guaraní por antonomasia. El mismo
alfabeto que a través de Internet
vemos que es utilizado en todo el mundo
cuando escriben en guaraní y que
aquí en Corrientes muchos
comprovincianos todavía desconocen. Es en verdad preocupante cuando
algún baluarte de nuestra cultura es
sorprendido en su ignorancia acerca
del propio idioma de su provincia y
lo evidencia públicamente. Pero a diario
escuchamos por las radios nombres de
temas musicales completamente mal
pronunciados y peor escritos,
expresiones deformadas. Así, en vez de
ayudar a nuestra vapuleada lengua la
terminaremos por enterrar. Por otra
parte, estos mismos medios de
difusión son la herramienta que podría
ayudar a revertir esta
desinformación. Internet, el exponente tecnológico de
mayor acceso, brinda a las personas
de todo el mundo los elementos para
alcanzar conocimientos mínimos y prácticos que aunque
requiera de una
tamización previa, deberían darnos
una mano para poner al alcance de
todos el conocimiento cabal de
nuestra lengua avañe’ê.
AGUYJE
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