El
Instituto de Cultura de Corrientes declaró de “Interés Cultural” la
obra teatral “se me murió entre los brazos”, de Alberto Drago y dirigida
en esta provincia por Hernán Sfiligoy. “Es política del Instituto
apoyar las actividades que revaloricen las cualidades artísticas de los
jóvenes y favorezcan su integración tanto a nivel provincial como
nacional”, reza la resolución Nº 0955 del presente año.
por paulo ferreyra
La
obra “se me murió entre los brazos” obtuvo el segundo lugar en la
Fiesta Provincial del Teatro 2011, mejor actriz Mirta Buseghin, mejor
diseño de iluminación Ariel Courtis y mejor escenografía Hernán
Sfiligoy. En esta oportunidad la presentación tuvo el gran aditamento
de contar con la presencia del dramaturgo Alberto Drago.
“Se
me murió entre los brazos” es una comedia de humor negro que cuenta la
historia de dos hermanas docentes jubiladas que viven juntas en una
antigua casa y cuidan de su padre enfermo. “Tata Juan”, como lo llaman,
está en los últimos momentos de su vida y sus hijas ¿han decidido?
velar por su salud día y noche hasta que él las abandone. Actuaron Tuqui
González Villan, Mirta Buseghin y José Flores. Técnica: Gastón Alexis
López. Dirección General y Puesta en Escena: Hernán Sfiligoy.
“El público es ingrato con los artistas locales”
Alberto
Drago es un reconocido dramaturgo argentino, dedicado también a la
actuación, la docencia, la televisión y la radio. Caracterizado por
escribir textos de profundo contenido nacional y reiteradas denuncias
sociales, en 1981 fue uno de los impulsores de teatro abierto, en contra
de la dictadura militar. Es socio fundador del Club de Autores y fue
dirigente de Argentores en dos oportunidades, lo que facilitó la
publicación de muchas de sus obras, entre las que se encuentran “Sábado
de vino y gloria”, “Se me murió entre los brazos”, “Historias
alegremente crueles”, “La Navarro” y “El que me toca es un chancho”.
Llegó
unos minutos antes de que dieran sala, vestido de negro y una sonrisa
silenciosa Alberto Dragó no esconde su humor en ningún momento. “Al
decir verdad no sé porque la obra tuvo este fenómeno en todo el país, la
han hecho grupos de teatro de Misiones, Chaco, Santa Fe, Mendoza,
Buenos Aires, Corrientes y ahora también se está por estrenar en
Comodoro Rivadavia. Después en otros lugares donde posiblemente no me
llegue la información”.
Una
de las claves de “se me murió entre los brazos” es el humor. Alberto
no esconde esa faceta a lo largo de la charla, aunque advierte que
también es necesario resaltar “los manejos de poder que siempre son
interesantes”. Los personajes son dos maestras jubiladas, dos mujeres
grandes, solteras, la estrené por primera vez en 1978. Después me
pidieron que alargue la obra pero eso no podía hacer – advierte el
dramaturgo – entonces escribí una segunda parte donde aparece un
pretendiente de estas hermanas, un italiano. Esa obra se estrenó nueve
años después de la primera. La gente lo toma a la chacota y se ríe, es
un dialogo interesante entre lo que dicen y no dicen. La gente se ríe
tanto que es evidente que todo está hecho en son de broma. Le dije a
Hernán que monte después la segunda parte”.
Consultado
Alberto por el juego de lenguaje que aparece en la obra y sostiene que
son cosas que “aparecen naturalmente. Siempre me alabaron mucho el
diálogo, la forma en que hago los diálogos, cómo encuentro los remates
para el humor”. El dramaturgo hace silencio, bebe su café lentamente,
después dispara que todo tiene que “ver con la psicología del humor que
existe en el país, con las particularidades de cada región o
provincia”.
Alberto
Drago está de paso por Corrientes también trabajando con dramaturgos
locales. “Me convocaron para trabajar con gente que pueda crear y a la
vez estimular dramaturgos. El año que viene volveré porque la idea es
que el curso termine cuando los participantes puedan presentar una obra
breve con autores y directores locales”. En relación a los dramaturgos
de la región del litoral sostiene que “está un poco detenido el
lanzamiento. Porque a veces tienen que juntarse un director, un grupo
de actores, escenógrafos, músicos y es difícil conjugar todo eso.
Además el público es ingrato con los actores locales, aparece un
compañía determina y la gente paga más de 100 pesos una entrada. Los
grupos locales tienen localidades de 30 o 40 pesos, son muy accesibles.
Claro que hay que advertir que esa ingratitud con los autores
regionales también se ve en Buenos Aires, hay salas que no pueden
mantenerse por la asistencia del público”.
Hernán Sfiligoy leyendo la declaración de Interés Cultural a Alberto Drago, actores y público en general. |
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