Organizado por el Instituto de Cultura de
Corrientes, el Cine Móvil está llegando a diferentes escuelas y comedores
capitalinos. Es una iniciativa para que los más chicos tengan la oportunidad
de disfrutar de lo mejor del cine nacional. El martes estuvo en el
comedor “Luz Verdadera” del Barrio Serantes. Pasadas las 15 horas, con un
marco de público importante, se proyectó la película “Hermanitos del fin del
mundo”.
Por paulo ferreyra
El cielo estaba completamente despejado, cielo
azul y brisa suave reinaba en el ambiente. En el comedor “Luz Verdadera”
del Barrio Serantes los chicos comenzaron a llegar tímidamente. Los
responsables del área de Cine del Instituto de Cultura llegaron unos minutos
antes y pusieron a punto la proyección. Los niños que estaban presentes
fueron a buscar a sus hermanos o amigos, rápidamente se pobló el comedor.
Esta actividad del Cine Móvil continuó ayer
en el jardín Nº 6, de la Escuela Nº 7, y a las 18, en el comedor Nuestra Sra.
de Lujan en el barrio Ponce. El recorrido finalizará hoy jueves 7, a las 14, en
el jardín Ñande Roga en el barrio 17 de agosto. Y, por último, a las 19, se
proyectarán películas nacionales en el Pokemon Santa Marta del barrio Pirayuí.
En el Barrio Serantes después que la película
había comenzado los chicos continuaron llegando. Algunos se arrimaban con
sus tazas para tomar la merienda en el comedor. Niños y niñas de todas
las edades sonrieron, se emocionaron y aplaudieron la proyección del a película
“Hermanitos del fin del mundo”.
Es válido señalar que este programa que se
ejecuta hace casi una década en la provincia. Desde el Instituto de
Cultura de la Provincia se programó para los próximos meses una serie de
proyecciones en los comedores de varios barrios de la ciudad capitalina.
Esta acción cultural se lleva adelante con el objetivo central de difundir el
cine como instrumento para la promoción de la diversidad y el fortalecimiento
de la identidad local y nacional.
En el
comedor “Luz Verdadera” se percibía el olor de la merienda. Al finalizar
la película hubo aplausos y sonrisas de los niños augurando por otra
visita. Durante la proyección de la película hubo silencio, algunos
chicos se miraban, sonreían, otros se cambiaban o se paseaban por el
comedor. La merienda ya no se hizo esperar y la torta frita llegó para
calentar las manos. El sol se fue en silencio y la sombra de la noche
comenzó a cubrir todo.
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