Historia de Vida. Músico desde los dieciséis años “por
necesidad” como gusta decir Don Elvio,
cada cuatro de agosto festeja su cumpleaños, con música, familiares y numerosos
amigos. Nació hace ochenta años en el
Paraje “Ombucito” zona rural de Paso de los Libres, fue lecherito desde niño
“De pantalón corto, en mangas de camisa sufriendo el invierno traía al pueblo
la leche que ordeñaba mi mamá Buenaventura, un día encontré un solo guante lo
recibí como una bendición y lo usaba para calentarme un rato cada mano al tener
las riendas de mi petiso, después durante mi vida desempeñé todos los oficios
que pueda imaginar, pero sin ningún vicio, hasta ahora” Sentencia con picardía
Don Elvio.
Colaboración especial Abelardo Rojas Maffei
Elvio “Paraguay”
Columga. Por la necesidad de llevar el
pan diario a su madre y nueve hermanos fue carnicero, almacenero, bicicletero,
vendedor callejero pero un día escuchó por una radio de Buenos Aires a Feliciano
Brunelli y desde entonces la pasión por la música se adueño de él. Con esfuerzo
se compró un acordeón a piano e inició su aprendizaje, cuando le tocó el
servicio militar en Punta Indio su acordeón fue con él. Ya de regreso creó un
cuarteto pero en breve lo amplió a once músicos los llamó “Colunga y sus
muchachos”. Interpretaban música brasileña, todos los carnavales desde entonces
fueron animados por ellos.
Actuaron en Concordia
(Entre Ríos), en Salto (Uruguay) y en numerosas ciudades de Corrientes. Él
siempre con su acordeón hasta el día que alguien le propuso cambiarle la
bicicleta por un saxo, aprendió a tocarlo, reemplazo así su acordeón y lo
incorporó al conjunto. Hoy al chamamé lo tiene atrapado en su acordeón.
Lleva cincuenta y
cinco años felizmente casado con su compañera Ángela - “Negra”- que le dio dos
hijos Elvio Joaquín y Claudia Itatí, ellos lo premiaron con cuatro nietos y por
último con un biznieto Valentino.
“Soy hombre creyente,
mis lecturas me brindan la amplitud necesaria como para sentirme compañero
espiritual de Antonio Gil. Uno es lo que es, no lo que creemos ser. Siento que
Dios me da siempre la ayuda que pido para aliviar a mis semejantes, nunca pido
otra cosa soy millonario de amigos y de esperanzas”.
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