Así sostiene Myriam Sosa quien trabaja con el programa “La Música de Todos” en Misiones. “La cuestión institucionalizada es rígida y la cultura popular es más flexible. La cultura popular es permeable a lo que sucede en el campo social”, advierte. Myriam Sosa publicó el libro “Formas coreográficas vigentes en el Alto Uruguay” donde revela seis formas que están vigentes en la cultura popular de la tierra roja. Abordamos estos temas en esta charla y compartimos su mirada con respecto al Festival de la Música del Litoral próximamente a realizarse en Posadas, Misiones.
Por paulo ferreyra
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Myriam Sosa está trabajando en Obera Misiones en el programa “La Música de todos”. Se incorporó a este programa desde el 2010 y cuenta que junto a la coordinadora nacional del programa Alicia Agüero trabajó en un proyecto similar en la provincia de Buenos Aires a mediados de los años 80. Hoy en día cuenta que “la música de todos” se fue ampliando, que toma lo tradicional pero también la música que está vigente. El folclore tiene movilidad y debemos movernos en ese sentido”, resaltó.
-¿Cómo pudiste amalgamar los sonidos de Misiones en este libro de “Formas Coreográficas vigentes en el Alto Uruguay?
En la provincia tenemos una diversidad étnica muy importante. Esto hace que la diversidad musical sea muy amplia, es decir tenemos una gran diversidad de expresiones musicales y coreográficas. Recopilar esto fue una tarea de mucho tiempo, porque a veces no coincide la cuestión institucional con la música popular. La cosa institucionalizada es más rígida y la cultura popular es más flexible. La cultura popular es permeable a lo que sucede en el campo social. El discurso legitima o autoriza algunas especies que ya están desaparecidas o ya no están vigentes, en cambio la cultura popular tienen una movilidad permanente.
Recopilar la tradición musical de Misiones fue un trabajo de varios años. Visitar pueblo por pueblo, grupos o agrupaciones tradicionales, grupos de bailes, fiestas de las escuelas, cumpleaños o aniversarios, entrevistas con distintas personas, todo a nivel popular. Dediqué mucho tiempo a escuchar. Durante un tiempo me dediqué a ver qué se canta y qué se baila en la zona. Así pude definir seis danzas.
-¿Cómo son esas danzas?
Estas son expresiones coreográficas musicales. Pues otra de las cuestiones que tiene la provincia de Misiones es que no tiene expresiones líricas puras, todas las expresiones son musicales y coreográficas. Todo lo que se canta también se baila. El grupo humano es muy movible.
Aquí tiene que ver con parejas de bailes abrazadas o tomadas. Creo que esto tiene que ver con la inmigración, gente que vino de diferentes lugares del mundo y se encontró con este sueño misionero, trabaja con el lenguaje verbal y corporal. Es la pista de baile donde se sincretiza esta interculturalidad, esto se sigue manteniendo hoy en día.
En la pista de baila no hay diferenciación económica o social, todos bailan de la misma manera. Es un punto de encuentro, es un lugar donde las identidades se conforman a través del baile. Todos bailan la misma danza.
-¿Mencionaste un número, seis danzas, cuáles son esas seis danzas?
La seis formas – las llamo así porque están basadas en la improvisación, por eso la llama formas, van cambiando día a día de acuerdo al grupo. Hay patrones pero no existe una coreografía hecha. Es una cuestión muy interesante para observar. Se trabaja aquí con música en vivo. Las seis formas son el chamamé, el valseado, el chotis, la polquita rural, el corrido y el baneron. Estas son las formas que están vigentes.
El baneron es en toda la provincia. En principio cuando lo comencé a trabajar se manifiesta en la zona del alto Uruguay y después en la costa del Paraná. Por ejemplo lo podemos observar en la costa del Paraná en Eldorado o Puerto Rico. Lo único que cambia de una costa a la otra son los instrumentos.
Poesía enlazada con la música
En este análisis de las formas, ¿cómo ves a los poetas y a los músicos misioneros?
Poéticamente hay poetas muy buenos, exquisitos. No voy a dar nombras para no olvidarme de alguno. No quiero cometer el pecado de olvidarme de alguno. Esa poética enlazada con la música, porque la poesía no sobrevive sola sino enlazada con la música, arraigada y enlazada, imbricada con la música. En la música también hay exponentes muy importantes.
Creo que todo esto va hacia un cambio de lo sencillo a lo complejo, complejo en cuanto a la conformación, profundidad. A veces dentro de la música folclórica se dice tiene dos acordes nomás pero con esos dos acordes se puede decir muchísimo. Veo con mucho agrado a los chicos que se dedican al acordeón y al bandoneón poniendo su impronta personal. Las cosas se van generando con una impronta diferente. La poesía y la música evoluciona con sustento, mixtura, la tradición se está renovando con un regadío nuevo.
En este marco, ¿crees que el festival de la música del litoral en Posadas va a contramano de todo este presente?
El Festival de La música del Litoral va a contramano de todo esto. Lamentablemente es así. Debería poner el acento en la música de la región. No veo una intencionalidad de trabajar con la cultura popular. Aquí hay cuestiones políticas, se utiliza a la cultura con un color partidario, la cultura es una herramienta de la cultura política. En cultura debemos ser amplios y trabajar con todos, desde el Festival de la música del litoral no se escuchan todas las voces.
Misiones y la región
“Misionerita” es la canción oficial de Misiones por decreto Provincial Sin embargo algunos piensa que “misionero y guaraní” debería ser la canción oficial. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
Yo creo que hay un movimiento interesante de la canción misionera. La galopa, por ejemplo, para mí son cuestiones históricas. En la actualidad la galopa no es una cuestión espontánea y popular. Creo que la música de misiones está creciendo, hay un movimiento que se está gestando, hay cosas muy interesantes.
Si pensamos desde la conformación poética “Misionero y Guaraní” tienen la sustancia que correspondería a la identidad del misionero. Esta canción habla de las tradiciones, de la historia, ahí está presente distintos aspectos de nuestra realidad.
Sin embargo por cuestiones políticas fue seleccionada “misionerita” como canción oficial. Misionerita es una galopa y Misionero y Guaraní es un chamamé, para ciertas personas el chamamé no es representativo de misiones. Creo que para el misionero un chamamé es más representativo. Además una cuestión central aquí es lo que la Cultura Popular define y absorbe y otra cosa es que las instituciones y el poder definan la cultura. La cultura dominante y la cultura que absorbe ese dominio. Hay que ir hasta abajo y ver qué pasa con la fuente.
He visto entonar “misionero y guaraní” con lágrimas en los ojos. Pues mi trabajo es la recopilación oral, la transmisión oral, el aprendizaje empírico donde no tengo que ir a un profesor para que me diga como se hace sino que lo aprendo por tradición o herencia, lo traigo genéticamente. Lo que hago de forma natural, esto no sucede con el gualambao ni con la galopa. Estos ritmos son creaciones de un autor que todavía no ha logrado popularidad, eso lo define la gente, el pueblo, en ciertos lugares culturales eruditos lo define pero la gente no se identifica y no lo tiene como propio.
¿Qué cosas encontrás en común en esta gran región del litoral?
Algo fuerte que encuentro es el lenguaje común, una manera de decir las cosas y de entender las cosas que es importante. A veces con una palabra alcanza y se dice mucho, “ya está”, “dale”, “ta”, son algunos ejemplos. Una sola palabra que significa un montón. El mate es de acá, no se lo niega a nadie, es el vínculo de unión con todos, el mate es una mano franca. Los instrumentos musicales nos unifican, esas son cuestiones que nos unen.
¿Los mitos?
Claro, los mitos también. La comida, hay variantes, pero está presente. Tenemos una actitud corporal que es diferente al resto del país. “No me hallo” cuando estamos lejos, eso sintetiza todo. Nosotros somos así, el verde, el río, el agua, somos más extrovertido.
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