El 31 de diciembre se recuerda el nacimiento de Horacio Quiroga. Esta fecha es oportuna para volver a uno de los cuentistas más importantes que ha dado Latinoamérica. “He leído como nadie la obra de Quiroga”, afirma el poeta Aledo Meloni y nos encontramos en su casa para charlar sobre la obra de Quiroga. Como no podía ser de otra manera abordamos otros temas como los poetas del Chaco y la importancia de la poesía para la vida, “la poesía embellece el espíritu”.
Por paulo ferreyra
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Estamos sentados en la sala de su casa. El sonido de la calle Don Bosco está apagado, hace calor, “Usted pregunte nomás”, advierte Aledo Meloni siempre en un tono muy agradable. Ante la pregunta de por qué cree que los lectores deberían leer a Horacio Quiroga el poeta no cavila un segundo. “Sucede que hay autores que son inamovibles. Usted tiene a Borges, inamovible. Marechal, inamovible. González Tuñón y tantos otros. Horacio Quiroga es inamovible. Además son sumamente interesantes los cuentos de montes. A mi me gustan sobre todo los cuentos de montes”.
En la provincia del Chaco se publicó un libro con los siete cuentos ambientados en la provincia del Chaco escritos por Quiroga. Esos cuentos fueron seleccionados por Meloni. “A mi Quiroga me acompañó mucho. Cuando yo fui maestro rural en Pinedo adentro, donde tenía viento norte, estaba sin agua, todo seco, entonces leía mucho a Quiroga”.
De los cuentos ambientados en el chaco “La insolación” es el mejor. “Tal vez sea el mejor cuento de Quiroga, esta muy bien llevado, cuando se junta las sombras esta muy bien escrito. Posiblemente el mejor cuento de Quiroga, pero hay 30 o 40 cuentos de primer nivel, su obra es extensa”.
Aledo Meloni sostiene que hay pocos en el país que hayan leído la obra de Quiroga tanto como él. “Cuando estaba en Pinedo era amigo de un librero de Buenos Aires que me mandaba los libros. Leí la obra completa de Horacio Quiroga. Tenía una edición de 16 tomos que ahora está en Pinedo, pues ellos tienen un Centro Cultural que lleva mi nombre y para su biblioteca les he donado mil libros. Ahora tengo una edición de la obra completa de Quiroga en dos tomos”.
Sobre la forma de escribir Meloni destaca que “Quiroga no tenía una prosa como Borges pero tenía una procesa apta para narrar. Para poder narrar la prosa de Quiroga era apta, el narra muy bien. Para mi su literatura es perfecta. No era un prosa pulida era una prosa narrativa. Me parece que para los cuentos y las novelas está bien, los adornos distraen. En un cuento usted quiere el hecho, no quiere que lo distraigan, esa es la prosa de Quiroga.
Horacio Quiroga escribió una novela “pasado amor” y sobre esa obra Meloni no se guarda nada. “Esa novela fue un fracaso” advierte. “Fue como un cuento largo”, le pregunto y rápidamente con una sonrisa me dice “en ese caso un mal cuento largo. El es cuentistas. Cuentistas de monte, más que cuentistas de Buenos Aires, los cuentos del monte son los más importantes”.
“Leo lo que realmente me gusta”
Aledo Meloni confieso que por estos tiempos releer libros. “A mi me queda poco tiempo entonces tengo que leer lo que realmente me gusta. Me gustan ciertos libros. Hace unos días atrás releí “El coronel no tiene quien le escriba de García Márquez, que para mi es lo mejor que hay, es una pequeña novela extraordinaria. Estoy releyendo los libros que me gustaron realmente”.
Meloni cree que hay un momento en que uno se hace lector de cosas ya leídas. El es consciente de que va a leer algo que le va a gusta y va a recordar épocas cuando leyó por primera vez ese libro. “Hay libros – confiesa – que leí hace 50 o 60 años atrás, casi nada no?”, desliza y suelta una sonrisa cómplice.
Su actual biblioteca es muy extensa, “no sé como tengo tantos libros, fueron llegando, por ahí saco alguno, leo alguna página. Siempre me acercan libros. Todos quieren que le ponga una palabrita de alabanza. Cuando trabajaba en el Diario Norte llegaban los libros y el director me los pasaba, “hágale un comentario y quédense con el libro. Por esos años tenía muchos contacto con lectores y escritores”.
“He publicado el libro “a cada cual lo suyo” donde reuní mis comentarios sobre distintos libros que había publicado en el diario. A todos les encontré algo bueno, el que escribe el libro vive en el libro. Algunos me decían sos muy generoso y yo decía que no hace mal a nadie. Siempre hay que buscarle las cosas positivas. Había un escritor que sostenía que “no hay poeta que por malo que sea que no haya escrito un verso sublima. Hay que buscarle a la vida cosas agradables.
“La poesía embellece el espíritu”
El poeta lee poesía, cuentos y novelas. Sobre los escritores del Chaco afirma que hay buenos poetas, Enrique Gamarra, María Eloisa Zamudio, y tantos otros que ahora es difícil nombrarlos pues su memoria a veces juega una mala pasada. “Maria Eloisa Zamudio, ya lo escribí y firmé en su momento no era inferior a Alfonsina Storni. Sucede que Zamudio enloqueció la pobre estando acá en Resistencia en cambio Storni tenía en Buenos Aires a toda la prensa a su favor.
“Yo tuve cinco cuadernos de Maria Eloisa y con Guido Miranda escogimos 35 o 40 poemas muy buenos para el libro. Ahora están por hacer una obra mas extensa. Como yo había conseguido una pensión para Maria Eloisa su tía me regaló los cinco libros que guardaba la poeta. Este librito da la pauta del valor que tiene su poesía”.
El café hace rato quedó a un costado. Aledo Meloni hace una pausa y advierte sobre la poesía. “Un libro de poesía no necesitas que sea muy grande, basta que sea un puñado y basta que usted necesite leer poesía. La poesía tiene que llegar en el momento oportuno. La poesía no es un cuento o una novela que usted la lee en cualquier momento, la poesía usted tiene que leerla cuando espiritualmente esta necesitado de leer poesía. La poesía es como una cosa muy sutil, muy delicada, embellece el espíritu, usted lee una buena poesía lo mejora espiritualmente”.
“Hay momentos en los que uno no quiero leer poesía”, advierte Meloni. Usted lo lee y no lo emociona. La poesía es como una siembra, no se puede sembrar en tierra seca hay que sembrar en tierra húmeda. Otra casa es que no se puede leer un libro entero de poesía. Es como si usted agarra un postre grande, una torta entera y no se puede comer eso. La poesía es lo mismo. Tiene que comer un pedacito, saborear un pedacito. Por ahí alguien dirá que no es así, pero cada cual opina de acuerdo a lo vivido.
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