“Siempre pensé que la
música es una energía espiritual más allá de las notas. Lo que hay detrás de las notas es lo que
queda y eso se comparte con el público”, señaló Luis Salinas. El destacado
músico y compositor marcó estas palabras después de bajar del escenario en la décima edición del Festival Nacional del
Taninero y Tercera Fiesta Provincial del Chamamé en Puerto Tirol
Chaco. “Ojalá sigan apoyando este
festival maravilloso”, deslizó mientras cerraba su actuación con artistas
invitados como Coqui Ortiz y Cacho Bernal.
Por paulo ferreyra
La noche comenzaba a
filtrarse hondo en la piel de quienes estaban disfrutando de la décima edición del Festival Nacional del
Taninero y Tercera Fiesta Provincial del Chamamé en Puerto Tirol
Chaco. Muchos hablan de esta fiesta
familiar, pues así lo vive la gente, los niños caminan o corren de un lugar a
otro. Una abuela hace la fila para
adquirir empanadas que ahí mismo se están fritando. El clima es más que agradable y cuando el
acordeón retoza un chamame el sapukái estalla en medio de la platea.
Promediando la media
noche Luis Salinas sube al escenario
junto a sus compañeros Alejandro Tula
en percusión y Jorge Giuliano en
guitarra. En el repertorio hubo samba,
chacarera y chamame. El público acompañó
con el silencio, con un sapukái estridente y sentido de punta a punta. En las pocas palabras que esbozo sobre el
escenario Luis Salinas agradeció la presencia del público. “Gracias por estar. Gracias por escuchar. Ojalá sigan apoyando este festival
maravilloso”, expresó.
Abordado al bajar del
escenario Luis Salinas estaba exultante, se lo veía feliz, su rostro revelaba
una sonrisa interior. “Para mi venir a
tocar chamamé acá es una cosa muy especial. Esto forma parte de mi infancia, forma parte
de mi vida cuando tenía cinco años, hasta los 10 años tanto en Villa Jardín
como en Monte Grande. El chamame se
tocaba todo el tiempo, en todas las fiestas o cumpleaños. Entonces la música me
trae esa época y me emociona, me recuerda muchas cosas familiares. Inevitablemente cuando tocaba recordaba a
mi vieja, a mi viejo, a mi padrastro, los quería acá”, desliza y sus ojos
cobran un brillo especial.
Hace algunos años cuando
estuvo en la Fiesta Nacional del Chamame en Corrientes y ahora en la décima edición del Festival Nacional del
Taninero y Tercera Fiesta Provincial del Chamamé el público lo acompañó con
respetuoso silencio. “La respuesta del
público no me sorprende porque este es un pueblo musical. Tiene la música adentro. Hay cosas que no tienen mucha explicación, forma parte de respirar,
de sentir, recién decía que el amor no se puede explicar, la creatividad no se
puede explicar. La creatividad y la
emoción no se pueden explicar. Siempre
pensé que la música es una energía
espiritual más allá de las notas, lo que hay detrás de las notas es lo que
queda y eso se comparte con el público. Venimos a pasar una noche juntos,
nosotros y la gente. Creo que la pasamos
muy bien”.
Sobre el cierre de su
actuación Luís Salinas invitó a Coqui Ortiz para interpretar algunas
canciones. “Esta canción Coqui le puso
letra así que quedó más linda, un chamame para mi viejo”, manifestó el músico
mientras comenzaban los acordes del tema “un chamame para mi viejo”. En la pequeña charla destaca que seguramente
seguirá componiendo chamame. “Eso está
ahí y lo dejo correr. Dejo fluir la
música y cuando viene lo agarro. No me
pongo a componer y lo que he compuesto es algo que me ha venido y lo dejé
salir. Seguramente vendrán muchos chamame”.
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