José Luis Castiñeira de Dios se refirió a las políticas en conjunto entre Nación y provincias por una posible Ley Federal de Cultura. Sin medias tintas asegura que “las estructuras actuales de cultura nacionales y su vinculación con las provinciales no tienen una dinámica para manejar políticas en conjunto”.
Por Richar Vera
El maestro José Luis Castiñeira de Dios cosechó una extensa labor tras abandonar la antropología, en la década del 70. Dirigió la Orquesta de París, la Sinfónica de la Argentina y la Orquesta Jazz Sinfónica de San Pablo. Entre sus distinciones, ganó el César (Similar al Oscar, en Francia) a la Mejor música de películas, por El exilio de Gardel, uno de los tantos filmes para los que hizo la banda sonora.
Castiñeira de Dios es titular de la Dirección Nacional de las Artes, dependiente de la Subsecretaría de Cultura de la Nación. El funcionario estará el sábado en Posadas, para la muestra itinerante “Música en Argentina. 200 años”, que se podrá visitar en el Centro del Conocimiento.
José Castiñeira de Dios
En diálogo desde Buenos Aires, Castiñeira de Dios afirmó que a los argentinos se los distingue en el mundo por el tango y el folclore. Recordó cuando musicalizó la película de Horacio Quiroga, que se rodó en Misiones, con Víctor Laplace. Por otra parte, admitió que todavía falta consenso entre provincias para la sanción de una Ley Federal de Cultura.
- ¿Cómo se logró resumir 200 años de música en una muestra?
Es un proyecto que iniciamos hace varios años, que se concretó en una exposición. Inicialmente se presentó en la Casa del Bicentenario de Buenos Aires. Contamos con la colaboración de todo un equipo de musicólogos, del Instituto Nacional de Musicología. A cada uno de ellos se les pidió una síntesis sobre los períodos y después de todo eso se encontró una forma museológica como para poder contarlo en un relato que de alguna manera podría sintetizarse en este título. Porque no es 200 años de música argentina. Sino es argentina, 200 años de música. Es decir toda la música que se hizo en nuestro país, desde la Independencia hasta ahora.
Una de las particularidades de la sociedad argentina ha sido esta enorme permeabilidad y contacto con muchas otras culturas del mundo, lo que le dio al mundo musical un universo de una gran riqueza. A veces, otros países tienen una mirada más sesgada, más recortada de esa realidad múltiple de las músicas. Pero nosotros, entre la inmigración más los pueblos originarios, más el desarrollo del mundo criollo, todo eso ha hecho que nosotros, los argentinos, tengamos una riqueza en el ambiente musical en el que nos hemos criado, vivido. Entonces por eso le pusimos este título. La muestra, naturalmente, marca grandes líneas. Es cronológico, de algún modo. Y lo que sí hemos hecho al iniciar su itinerancia en el país, es -en cada lugar que vamos- que se dedica o una sala especial a la provincia. O sino se intercala con las distintas participaciones especiales que la provincia ha tenido en cada uno de los períodos de la historia de la música argentina.
- Más allá de la multiplicidad que dice, ¿hay alguna característica en particular en el país, a diferencia de las corrientes artísticas internacionales?
Yo creo que muchas. En Argentina se creo un género que es el tango, único en el mundo. Se creó en el Río de la Plata. Después también desarrolló sus músicas tradicionales, regionales, en un extremo muy grande. Porque en vez de solamente hacer una mirada patrimonial de esas músicas se fueron revitalizando a lo largo de las décadas y fueron integrando, primero, en un cancionero nacional. Porque al principio eran solamente regionales. Cada música de una región se representaba a sí misma. Todas juntas conformaban el panorama de la música argentina. Sin embargo, en los años que pasaron, desde los años 30, 40 hasta nuestra época todo eso pasó a ser un cancionero nacional, compartido por todos los argentinos.
Hasta el tango, que era una música local, que estaba ubicado en una zona del país, terminó siendo una expresión de todos los argentinos. Entonces, cada una de las músicas del mundo más relevantes, ha tenido en intérpretes argentinos, figuras muy destacadas. Desde el jazz, pasando por la música académica, la contemporánea, la ópera. Todas estas músicas universales han encontrado eco en nuestro país, que ha sido tan abierto para escuchar distintas expresiones musicales, y para participar en ellas. Pero a la vez ha tenido la creación de por lo menos dos grandes repertorios musicales: uno de la música folclórica, que nosotros llamamos así, por proyección folclórica; y otra el tango. Una música urbana y otra rural que han recorrido el mundo.
- En un apartado de la exposición se trata “La música en la dictadura”, ¿qué precisamente se muestra?
Se muestra ese disparate de haber querido hacer listas negras, de artistas, de música y de músicos. Y de qué manera todo ese silenciamiento, de algunos pocos años, afortunadamente, tuvo un gran destape en el que los públicos volvieron a encontrarse con sus artistas. Les manifestaron su afecto, su amor, y de algún modo se recuperó algo de la continuidad, de la vida de esos géneros. Digo de algún modo porque algo se perdió de esa continuidad. Se perdió porque hubo algo con los años. Los discos estuvieron desaparecidos, la difusión estuvo prohibida y entonces hubo toda una generación que vivió años en los cuales, sino existían en sus hogares no existían en ningún lado.
Entonces cuando reaparecieron fue para aquellos que los habían conocido en otros tiempos, pero costó más trabajo hacerlos llegar a las nuevas generaciones. A mí me tocó particularmente protagonizar el regreso -como director musical- de Mercedes Sosa. Así que todo eso lo viví en una instancia tan particular, como ese puente que ella trazó con la generación del rock y la nueva generación. Que fue un caso muy particular, muy propio, que le permitió relacionarse con una generación que casi a lo mejor ya no la conocía y sin embargo abrió ese puente, esa ventana. Y ese encuentro se dio. Pero no todos los artistas tuvieron esa suerte.
- En 1994 usted hizo la música de la película Historias de Amor, de locura y muerte. ¿Cómo fue producir melodías en base a la vida de Horacio Quiroga?
A mí me gustó mucho ese trabajo, en lo que hice y mucho de lo que ví en la película, que hizo Nemesio Juárez y que protagonizó Víctor Laplace. Para mí fue interesante como experiencia artística. Había música muy atractiva en lo que hice y había distintas músicas porque, como estaba basado en distintos cuentos, en realidad la construcción de ese personaje, me permitió ir desde músicas que tenían que ver con el Brasil, hasta músicas vinculadas naturalmente con el Litoral.
- Se realizaron cuatro Congresos Federales de Cultura. ¿Qué tan cerca se está de una Ley Federal de Cultura?
Vamos a ver. Se habían llegado a ciertos acuerdos con respecto, particularmente entre el tercero y el cuarto, en cuanto la formulación de una Ley Federal. De todas maneras, en el momento que esto debía haber pasado a la vía de los hechos no hubo como un consenso para impulsarlo entre todas los Secretarios de Cultura del país y las autoridades políticas que tenían que pasarla, transferirlo al ámbito legislativo. Probablemente, en algún momento, quizás a fin de este año, el tema vuelva a salir. Porque hay una voluntad general de todo el mundo de contar con una herramienta de ese tipo. Pero indudablemente requiere también de pensar un financiamiento de esta ley. Porque sin financiamiento también sería letra muerta.
¿Hay voluntad para conseguir ese financiamiento?
Yo creo que sí. Pero todavía no hay una manera clara de encontrar una fórmula de aplicación de esta ley. Porque implicaría la creación de un Consejo Federal mucho más activo como el que hay ahora, que indudablemente existe y fue el mismo (Secretario de Cultura de la Nación) Jorge Coscia quien lo impulsó y creó un fondo para financiarlo. Pero todavía falta mucho en materia de bueno, yo qué sé, de búsqueda de coincidencias en la forma en que esto se tiene, en el órgano de aplicación de ley de este tipo, así como antes decía. Sin una fuente de financiación propia no tendría sentido. Tampoco tendría sentido con las estructuras actuales de cultura. Las estructuras actuales de cultura nacionales y su vinculación con las provinciales no tienen una dinámica para manejar políticas en conjunto. Por ejemplo: en Brasil se ha hecho un plan estratégico de cultura de diez años. Y en ese plano involucra a todos los Gobiernos estaduales, desde el Ministerio de Cultura, con la creación de un fondo. Que en realidad es la suma de todos los fondos de cultura. Y para aplicarlo, para poder estar, para poder vincularse con ellos, es necesario cumplir con lo acordado dentro del plan. Bueno, eso todavía estamos lejos de lograrlo en la Argentina. Creo que estamos nada más manifestando la voluntad de que exista una herramienta de este tipo.
Gentileza Richar Vera – Diario El Territorio. Posadas. Misiones
Por Richar Vera
El maestro José Luis Castiñeira de Dios cosechó una extensa labor tras abandonar la antropología, en la década del 70. Dirigió la Orquesta de París, la Sinfónica de la Argentina y la Orquesta Jazz Sinfónica de San Pablo. Entre sus distinciones, ganó el César (Similar al Oscar, en Francia) a la Mejor música de películas, por El exilio de Gardel, uno de los tantos filmes para los que hizo la banda sonora.
Castiñeira de Dios es titular de la Dirección Nacional de las Artes, dependiente de la Subsecretaría de Cultura de la Nación. El funcionario estará el sábado en Posadas, para la muestra itinerante “Música en Argentina. 200 años”, que se podrá visitar en el Centro del Conocimiento.
José Castiñeira de Dios
En diálogo desde Buenos Aires, Castiñeira de Dios afirmó que a los argentinos se los distingue en el mundo por el tango y el folclore. Recordó cuando musicalizó la película de Horacio Quiroga, que se rodó en Misiones, con Víctor Laplace. Por otra parte, admitió que todavía falta consenso entre provincias para la sanción de una Ley Federal de Cultura.
- ¿Cómo se logró resumir 200 años de música en una muestra?
Es un proyecto que iniciamos hace varios años, que se concretó en una exposición. Inicialmente se presentó en la Casa del Bicentenario de Buenos Aires. Contamos con la colaboración de todo un equipo de musicólogos, del Instituto Nacional de Musicología. A cada uno de ellos se les pidió una síntesis sobre los períodos y después de todo eso se encontró una forma museológica como para poder contarlo en un relato que de alguna manera podría sintetizarse en este título. Porque no es 200 años de música argentina. Sino es argentina, 200 años de música. Es decir toda la música que se hizo en nuestro país, desde la Independencia hasta ahora.
Una de las particularidades de la sociedad argentina ha sido esta enorme permeabilidad y contacto con muchas otras culturas del mundo, lo que le dio al mundo musical un universo de una gran riqueza. A veces, otros países tienen una mirada más sesgada, más recortada de esa realidad múltiple de las músicas. Pero nosotros, entre la inmigración más los pueblos originarios, más el desarrollo del mundo criollo, todo eso ha hecho que nosotros, los argentinos, tengamos una riqueza en el ambiente musical en el que nos hemos criado, vivido. Entonces por eso le pusimos este título. La muestra, naturalmente, marca grandes líneas. Es cronológico, de algún modo. Y lo que sí hemos hecho al iniciar su itinerancia en el país, es -en cada lugar que vamos- que se dedica o una sala especial a la provincia. O sino se intercala con las distintas participaciones especiales que la provincia ha tenido en cada uno de los períodos de la historia de la música argentina.
- Más allá de la multiplicidad que dice, ¿hay alguna característica en particular en el país, a diferencia de las corrientes artísticas internacionales?
Yo creo que muchas. En Argentina se creo un género que es el tango, único en el mundo. Se creó en el Río de la Plata. Después también desarrolló sus músicas tradicionales, regionales, en un extremo muy grande. Porque en vez de solamente hacer una mirada patrimonial de esas músicas se fueron revitalizando a lo largo de las décadas y fueron integrando, primero, en un cancionero nacional. Porque al principio eran solamente regionales. Cada música de una región se representaba a sí misma. Todas juntas conformaban el panorama de la música argentina. Sin embargo, en los años que pasaron, desde los años 30, 40 hasta nuestra época todo eso pasó a ser un cancionero nacional, compartido por todos los argentinos.
Hasta el tango, que era una música local, que estaba ubicado en una zona del país, terminó siendo una expresión de todos los argentinos. Entonces, cada una de las músicas del mundo más relevantes, ha tenido en intérpretes argentinos, figuras muy destacadas. Desde el jazz, pasando por la música académica, la contemporánea, la ópera. Todas estas músicas universales han encontrado eco en nuestro país, que ha sido tan abierto para escuchar distintas expresiones musicales, y para participar en ellas. Pero a la vez ha tenido la creación de por lo menos dos grandes repertorios musicales: uno de la música folclórica, que nosotros llamamos así, por proyección folclórica; y otra el tango. Una música urbana y otra rural que han recorrido el mundo.
- En un apartado de la exposición se trata “La música en la dictadura”, ¿qué precisamente se muestra?
Se muestra ese disparate de haber querido hacer listas negras, de artistas, de música y de músicos. Y de qué manera todo ese silenciamiento, de algunos pocos años, afortunadamente, tuvo un gran destape en el que los públicos volvieron a encontrarse con sus artistas. Les manifestaron su afecto, su amor, y de algún modo se recuperó algo de la continuidad, de la vida de esos géneros. Digo de algún modo porque algo se perdió de esa continuidad. Se perdió porque hubo algo con los años. Los discos estuvieron desaparecidos, la difusión estuvo prohibida y entonces hubo toda una generación que vivió años en los cuales, sino existían en sus hogares no existían en ningún lado.
Entonces cuando reaparecieron fue para aquellos que los habían conocido en otros tiempos, pero costó más trabajo hacerlos llegar a las nuevas generaciones. A mí me tocó particularmente protagonizar el regreso -como director musical- de Mercedes Sosa. Así que todo eso lo viví en una instancia tan particular, como ese puente que ella trazó con la generación del rock y la nueva generación. Que fue un caso muy particular, muy propio, que le permitió relacionarse con una generación que casi a lo mejor ya no la conocía y sin embargo abrió ese puente, esa ventana. Y ese encuentro se dio. Pero no todos los artistas tuvieron esa suerte.
- En 1994 usted hizo la música de la película Historias de Amor, de locura y muerte. ¿Cómo fue producir melodías en base a la vida de Horacio Quiroga?
A mí me gustó mucho ese trabajo, en lo que hice y mucho de lo que ví en la película, que hizo Nemesio Juárez y que protagonizó Víctor Laplace. Para mí fue interesante como experiencia artística. Había música muy atractiva en lo que hice y había distintas músicas porque, como estaba basado en distintos cuentos, en realidad la construcción de ese personaje, me permitió ir desde músicas que tenían que ver con el Brasil, hasta músicas vinculadas naturalmente con el Litoral.
- Se realizaron cuatro Congresos Federales de Cultura. ¿Qué tan cerca se está de una Ley Federal de Cultura?
Vamos a ver. Se habían llegado a ciertos acuerdos con respecto, particularmente entre el tercero y el cuarto, en cuanto la formulación de una Ley Federal. De todas maneras, en el momento que esto debía haber pasado a la vía de los hechos no hubo como un consenso para impulsarlo entre todas los Secretarios de Cultura del país y las autoridades políticas que tenían que pasarla, transferirlo al ámbito legislativo. Probablemente, en algún momento, quizás a fin de este año, el tema vuelva a salir. Porque hay una voluntad general de todo el mundo de contar con una herramienta de ese tipo. Pero indudablemente requiere también de pensar un financiamiento de esta ley. Porque sin financiamiento también sería letra muerta.
¿Hay voluntad para conseguir ese financiamiento?
Yo creo que sí. Pero todavía no hay una manera clara de encontrar una fórmula de aplicación de esta ley. Porque implicaría la creación de un Consejo Federal mucho más activo como el que hay ahora, que indudablemente existe y fue el mismo (Secretario de Cultura de la Nación) Jorge Coscia quien lo impulsó y creó un fondo para financiarlo. Pero todavía falta mucho en materia de bueno, yo qué sé, de búsqueda de coincidencias en la forma en que esto se tiene, en el órgano de aplicación de ley de este tipo, así como antes decía. Sin una fuente de financiación propia no tendría sentido. Tampoco tendría sentido con las estructuras actuales de cultura. Las estructuras actuales de cultura nacionales y su vinculación con las provinciales no tienen una dinámica para manejar políticas en conjunto. Por ejemplo: en Brasil se ha hecho un plan estratégico de cultura de diez años. Y en ese plano involucra a todos los Gobiernos estaduales, desde el Ministerio de Cultura, con la creación de un fondo. Que en realidad es la suma de todos los fondos de cultura. Y para aplicarlo, para poder estar, para poder vincularse con ellos, es necesario cumplir con lo acordado dentro del plan. Bueno, eso todavía estamos lejos de lograrlo en la Argentina. Creo que estamos nada más manifestando la voluntad de que exista una herramienta de este tipo.
Gentileza Richar Vera – Diario El Territorio. Posadas. Misiones