Por Ana Espinoza
En el marco del Día de las mujeres trabajadoras se abre este espacio a la semblanzas de mujeres laburantes, con el fin de reivindicar, a través de estas historias sencillas, aquellas luchas diarias que libran las mujeres todos los días. Mujeres que haciéndose cargo del hogar, de los niños, de su propia vida y al mismo tiempo, conquistando sus espacios para lograr la tan ansiada igualdad en el acceso a los derechos.
En el Mercado Modelo, de los 285 locales, el 90 por ciento es manejado por mujeres. La mayoría son sostenes del hogar y tienen hijos a cargo. Elizabeth Enriquez, más conocida como Lichi, hace 21 años ocupa el puesto 61, “no conozco otro trabajo que no sea este. Me quedé para siempre y vivo de esto”.
A unas cuadras, cerca del puente, trabaja María Edith Somann. Desde pequeña, tuvo una vida marcada por el sacrificio y hoy con el orgullo en alto, expresa, “me la banqué de frente y logré el estudio de mis cinco varones”.
Lichi y su historia
Nació en Posadas hace 47 años. Su familia estaba compuesta por siete hermanos. Fueron su padre y sus hermanos mayores quienes empezaron a trabajar en el Mercado Modelo y al mismo tiempo, eran sindicalistas y militantes sociales. Con la venida de la dictadura cívico militar, fueron perseguidos. En 1978, dos de sus hermanos, Paulo y José Enriquez, desaparecieron en Buenos Aires. Años más tarde, su padre pudo rescatar los cuerpos.
Elizabeth "Lichi" Enriquez |
El descubrimiento
Ya de grande, Lichi sintió el interés por el compromiso social. “Al principio todo era el trabajo. Pero mi vida fue cambiando. Una se va dando cuenta que algo no está bien, que algo funciona mal en la sociedad. Hay muchas injusticias, y la repartición está mal. Algunos tienen demasiado y otros tenemos poco”.
La búsqueda se inició hace tres años atrás. “Me vino como toda la historia de mi familia encima. Y ahí me descubro como mujer porque quién está más golpeada en todo esto es la mujer. Porque es la que lleva la casa adelante, al hombre, a los hijos y a la sociedad. Y también es la que más sufre en todo. Entonces yo dije “tengo que hacer algo”.
Así fue que se sumó a la comisión organizadora del Encuentro Nacional de Mujeres (ENM) en 2012. Durante la apertura fue una de las animadoras frente a 20 mil mujeres en el Anfiteatro Manuel Ramírez. “Recuerdo la marcha del último día, viendo a todas esas mujeres con miles de problemas pero tratando de solucionarlos. Discutiendo y debatiendo sobre política, cultura, educación; por eso, el encuentro es único en el mundo”.
Con el entusiasmo a flor de piel, las mujeres conformaron el movimiento Cecilia Rodríguez, en homenaje a una de las compañeras fallecidas el año pasado. También, dentro de La Placita, se constituyó un bloque de mujeres, quienes viajaron hasta el ENM de San Juan.
El movimiento llegó a los barrios mediante talleres destinados a las mujeres y realizaron capacitaciones en la universidad. “Nunca me hubiese imaginado que yo me iba a preocupar por la violencia, pero me di cuenta que violencia no es solamente el golpe, también la palabra, ahí es donde duele más, te hace desaparecer como mujer y como persona”.
Desde otra mirada, Lichi analizó, “la sociedad se maneja por el machismo y la mujer siempre está subestimada por su opinión, por su trabajo a pesar de que es la que más labura. Te subestiman en todo y no te valorizan. En estos años, se dieron distintas luchas y se van logrando cosas para que la mujer se posicione en la sociedad. La mujer alcanza una mejor paga en su trabajo, mejor tratada en la casa y en la sociedad”.
Cerca del puente
María Somann tiene 52 años. Nació, se crió y trabajó en el monte de San Ignacio. Fue tarefera y cosechera de té. También carpía, macheteaba y plantaba pinos. Luego ocupó un puesto en un molino de yerba y recién a los 17 años pudo terminar el nivel primario. Más tarde, fue empleada doméstica para una familia adinerada y no logró completar el secundario. A los 21 años conoció a su marido en Posadas. Hoy tienen cinco hijos, uno de ellos también trabaja La Placita
María Somann |
“Desde ahí ya fuimos afectados por la EBY y nunca nos reconocieron nada”, recordó María. Soportaron las inundaciones y los cortes de ruta, hasta que finalmente consiguieron mejorar su situación en los puestos cerca del puente internacional.
“¿Qué significa ser mujer?”, preguntó la cronista y Mari respondió: “Es lo más lindo que te dio Dios, mija. Hay que aprender a quererse, hay que ser buena mamá y si alguien te pide un consejo hay que saber darlo. Cuando se discute, hay que defenderse y hacerse valer. Respetar y hacerse respetar”.
Un día para reflexionar
¿Por qué se celebra hoy el Día de la mujer trabajadora? Según la versión más conocida, se considera una jornada de lucha feminista en todo el mundo en conmemoración del día 8 de marzo de 1908 en que las trabajadoras de una fábrica textil de Nueva York llamada Cotton declararon una huelga en protesta por las condiciones insoportables de trabajo. El dueño no aceptó la huelga y las obreras ocuparon la fábrica. Cerraron las puertas y 129 trabajadoras murieron incendiadas dentro del edificio.
Se trata de una fecha para reflexionar. La incorporación de la mujer al trabajo reconocido ha sido un hecho que cambió y sigue cambiando al conjunto de la sociedad. El derecho de la mujer a un trabajo reconocido y remunerado y que le posibilite autonomía económica e incorporación social es una conquista reciente. Tan reciente que, todavía hoy, hay muchas mujeres que no tienen un trabajo remunerado y digno.
Gentileza de Ana María Espinoza del Diario El Territorio. Posadas
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