domingo, 20 de abril de 2014

Restos del pueblo jesuita-guarani en San José

Los restos del antiguo pueblo jesuita guaraní están en un terreno privado que se intentó expropiar, pero la Municipalidad no cuenta con los recursos necesarios por el alto valor del predio. Hay vestigios todavía de las escalinatas y construcciones de aquella época.

Por Mauro Parrotta
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San José está en el límite con la provincia de Corrientes y se encuentra en un cruce de rutas provinciales y la nacional 14 experimentó en los últimos diez años un notable crecimiento poblacional. En el 2001, el censo determinó que contaba con poco más de 6 .000 habitantes. En el censo de 2010, los resultados revelaron que los habitantes son 9.500. En San José casi el 90 por ciento de sus casas tienen los cimientos con las piedras de lo que fue hace 400 años una de las reducciones jesuíticas más grandes que existieron por entonces en la región, lo que muchos años después se convertiría en la provincia de Misiones.

En San José el silencio y la tranquilidad reinan a toda hora. Es pintoresco y el orden de su pequeño casco urbano se destaca a metros de la ruta 1, que la conecta con su vecina localidad de Apóstoles.

Entre sus casas hay varias que tienen quizás 100 años o más y en esas se pueden apreciar actualmente las piedras con la que se construyó la reducción jesuítica, que según se asegura, fue una de las más importantes de aquella convulsionada época en la cual las batallas con los bandeirantes marcaron el comienzo y el final en varios casos.
José - vecino del antiguo pueblo jesuita-guaraní

En el barrio Don Bosco, al otro lado del casco urbano, cruzando la ruta hacia el norte de la provincia, existen aún los vestigios del pueblo jesuita. “Esos terrenos fueron loteados en 1927; desde entonces esas tierras son privadas y sí, las piedras fueron saqueadas de manera sistemática”, explicó Paola Guerrero, a cargo del área de Cultura de la Municipalidad de San José.

En el barrio Don Bosco todos conocen más o menos la historia de esos terrenos donde a escasos metros se pueden apreciar aún las bases del pueblo que fuera fundado entre los años 1600 y 1700.

“Acá, en esta calle, dicen que antes habían túneles”, señala el vecino José, que vive a unos 100 metros de esos lotes y asegura que a pesar de vivir hace pocos años en San José, se fue enterando de la historia que tiene frente a sus narices. “No sabemos de quién son estas tierras, lo que sabemos es que lo que se puede ver fue parte de una reducción jesuítica”.

En el lugar, de fácil acceso, están varias enormes piedras confundidas entre la gran vegetación. Incluso hay árboles añosos que se fueron abrazando con esas piedras. Recorriendo varios metros monte adentro se observan además como excavaciones de quienes quizás buscaron tesoros de aquellas épocas. O quizás los sigan buscando.

Según se explicó desde la Municipalidad de San José, se intentó comprar los terrenos para proceder luego a la recuperación de los vestigios que aún quedan, pero el precio que puso el dueño hizo imposible la inversión para la gestión actual de la localidad.

 

Los túneles y las piedras

El vecino José asegura que al menos en una de las calles del barrio Don Bosco que limitan el terreno en donde están las últimas piedras de la reducción de San José, antes había un túnel, “pero ahora está tapado... Eso es lo que dicen”. Y parece que los dichos de la gente no son infundados.


Según el historiador Pablo Babi, de Concepción de la Sierra, en las reducciones jesuíticas había dos clases de túneles. “Una de las posibilidades es que sea uno de los túneles que hacían de pasaje para que la gente se comunicara con las iglesias o sean pasajes de escape para cuando llegaran los bandeirantes. Pero también existían túneles que servían como letrinas y se conectaban con los techos, entonces cada vez que llovía, eso servía de drenaje para los restos fecales”, explicó Babi.

Es increíble que eso siga abandonado, sucede lo mismo en Apóstoles, Concepción, Mártires y Santa María. Se fueron llevando las piedras durante el paso de los años, yo sé que en San José hay muchos lugares donde se tienen vestigios de los jesuitas y piezas de los guaraníes, serían como museos dispersos y tendrían que estar concentrados en un sólo lugar, si en San José hay un museo para ese fin...”.


Efectivamente, en el museo provincial San Ignacio de Loyola se pueden apreciar cerámicas, clavos, cerraduras, monedas y medallas de aquella época, pertenecientes a los guaraníes y a los jesuitas. Inclusive el propio museo tiene partes hechas con las piedras de las reducciones.

“Se tiene que respetar la ley 1.280 del patrimonio histórico, creo que es el momento oportuno por la presencia del papa Francisco en Roma, porque parece que se sigue castigando a los jesuitas... Creo que es el momento”, opinó el historiador Pablo Babi.

 

El camino de las piedras

Lo aseguró Paola Guerrero, de Cultura de la Municipalidad de San José y lo reafirmó el historiador Pablo Babi: las piedras de las reducciones de Apóstoles, San José, Concepción, Mártires y Santa María fueron saqueadas y llevadas a distintos lugares de la provincia y del país. 


En San José incluso se asegura extraoficialmente que varios de los cimientos y de las piedras que conformaban las grandes estructuras de los pueblos jesuitas están en la localidad correntina de San Carlos.


Y precisamente en Posadas, al desaparecer una de esas piedras del frente de un histórico local en la Bajada Vieja, se dijo que pertenecía a las reducciones de San Carlos. “Parece que hay quien cree que se pueden adueñar de esos vestigios”, se lamentó Babi.


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