Por Diana Fernández
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Nació en Posadas en 1981 y desde chico sintió pasión por leer y escribir. “No hubo un motivo que me impulsó a escribir, lo que si decidí fue mostrarlo, publicar si se quiere, porque escribir, escribí mucho durante mucho tiempo”, contó.
Con tres libros publicados El puñal escondido, Cetrero nocturno y Trampa furtiva, el autor que además se desempeña como ingeniero industrial confesó que uno de los escenarios favoritos para sus relatos es la selva, “son espacios que todavía quedan, que son mágicos, esos saltos todavía escondidos”.
Las historias de Borkoski se caracterizan por girar en torno a tres ejes, que son la naturaleza, las realidades sociales y el mundo de lo fantástico y sus mezclas. Por ello sus cuentos supieron atrapar a lectores en todo el país. El autor además destacó a internet como uno de los motivos gracias a los cuales se da una nueva ola de escritores en la provincia, y habló de los desafíos que le depara el mundo de las letras, entre los cuales destacó la lectura y la calidad literaria.
- ¿Por qué decidiste escribir y comenzar tu carrera como escritor?
No sé si hubo un motivo particular, era algo que hacía desde muy chico. Estaba dentro de mí, era muy común en mi persona estar en situaciones tímidas e imaginarme situaciones por ahí en las cuales no podía participar no sé si por timidez, por falta de edad, por falta de madurez.
Yo nunca decidí escribir, lo que sí decidí fue mostrarlo, publicar si se quiere, porque escribir, escribí mucho, durante mucho tiempo. Fue a raíz de un viaje que hice por Latinoamérica en el 2008, cuando era más común el blog. En el blog publicaba cosas como apreciaciones de viajes y demás. Y se dio que comencé a recibir respuestas de lectores, de personas que conocía, otras no, y me gustó eso.
Hoy es más fácil, mucha gente se expresa en Facebook. En Twitter es más corto, pero en Facebook la gente escribe cosas muy largas, lo que está buenísimo, porque un poco ese miedo a mostrar lo que uno escribe se rompió. Es muy raro como cambió en seis, siete años, porque en el 2008 yo lo hacía con vergüenza. Y bueno, así fue como comencé la publicación y la carrera literaria, pero no hubo un motivo que me haya impulsado a escribir. Creo que solamente está adentro y tiene que salir.
¿Por qué estudiaste Ingeniería?
Yo no estaba muy decidido sobre qué quería hacer de mi vida, no lo estaba a los 16 ni a los 25. A veces es raro como te impulsa el mundo hoy, la sociedad en sí. ¿Qué chico de 16 años sabe realmente? Yo fui a la Universidad de Buenos Aires en octubre del 98 a inscribirme cuando tenía17 años, no tenía mucha idea de lo que estaba haciendo ni de adónde me estaba metiendo. Agradezco la formación que tuve en la UBA como ingeniero, creo que eso tampoco es una condena en la vida de una persona, no tiene nada que ver que vos hayas estudiado una cosa y dediques toda tu vida a eso, creo yo. Muchas veces recibo comentarios, algunos buenos, otros malos, otros capciosos así como 'pero vos sos ingeniero y escribís'. ¿Y qué tiene? Yo terminé la secundaria y aprendí a escribir como todo el mundo, obviamente que hay cuestiones de sintaxis, de redacción, de manejo de palabras, pero todo se va adquiriendo con la práctica.
¿Qué tipos de lugares te gusta retratar en tus historias?
El suspenso y el misterio son lugares donde mejor me manejo, he hecho alguna cosa más romántica pero no tuvo buenos resultados para mí. Vos a veces escribir, lo guardás y lo volvés a leer y no te gusta, lo desechás, lo dejás de lado. Hay dos cosas que me gustan. Lo inexplicable me llama mucho la atención, eso que podría o no podría pasar.
Pero siempre en torno a la muerte, la no muerte, el mundo de los sueños, la vida dentro de los sueños, fuera de los sueños, los sueños dentro de la vida. Esos juegos a mí me gustan mucho. Hay tres ejes básicamente que son naturaleza, realidades sociales y el mundo de lo fantástico, esos tres ejes y sus mezclas. Trato de jugar con todos los mundos.
Cuando hablás de naturaleza en tus relatos trabajás y describís siempre escenarios de la selva misionera y el monte. Estos escenarios, ¿cómo son? ¿Cuál es la selva que vos querés mostrar o retratar?
A mí me gusta retratar la selva que veo cuando viajo o trabajo. Son espacios que todavía quedan, que son mágicos, esos saltos todavía escondidos, que los conoce el lugareño como el lugar al cual va y reside por la zona, lo disfruta. Entonces trato de remarcar eso. Creo que es una manera muy indirecta de ser un poco ecologista. Yo no me considero para nada un ecologista pero hay diferentes luchas y yo pienso que por ahí eso despierta algo en alguien con un espíritu más combativo, más decidido para cuidar todo esto que es nuestro. Yo hago esto que sé hacer.
Me gusta también retratar la gente, dónde vive, cómo vive. El interior me llama mucho la atención, no digo que nunca vaya a escribir algo en Posadas o de Posadas, pero el interior de la provincia me llama mucho la atención. Tengo también cuentos con escenarios indefinidos que muchas veces son ciudades donde el escenario es universal y no importa. Yo no descartó nada. Tiene esa magia la literatura.
Yo no considero que el regionalismo sea una cuestión limitante, porque está esa discusión, pero no si sos regional, porque escribís de tu región y de tu zona, pero yo creo que hay que buscar más fondos. Obviamente ahora a mí me sale lo regional, y si es así siempre es porque a mí me gusta.
La verdad yo no tengo ningún problema de escribir siempre sobre y desde Misiones; me encanta, me inspira. Siempre me inspira cuando doy vueltas ya sea de paseo o por trabajo.
¿Cuáles son para vos los grandes personajes de la literatura de Misiones? Quiroga, por ejemplo, tenía al mensú como tipología sociocultural en sus relatos.
El mensú es algo que siempre está presente en los cuentos míos de manera indirecta y en otras novelas en otros escritores por ahí de manera más indirecta, porque es una realidad que conmueve. Yo no creo que el escritor lo use porque es una realidad que le conviene, sino todo lo contrario.
El escritor o el artista escribe porque está conmovido, se han hecho un montón de pinturas al respecto, canciones y todo eso con el mensú, el tarefero que creo que es el personaje que merece ser conocido. Aparte hoy en día hay cierto tipo de mensú en la provincia, una suerte de explotación corporativa de empresas grandes.
En fin, hay situaciones de injusticia como hubo siempre, y entonces esos personajes siempre van a tener un lugar. También está el personaje colorido. No todo es negro. Yo me tiro para ese lado pero también tenés la parte colorida de los inmigrantes, de lo jugoso que puede llegar a ser un misionero que viene de algún lugar y habla de cierta forma porque tiene padres o abuelos que vienen de otros lugares. Eso te podría decir que son tipologías que se repiten y se va a seguir repitiendo, por más que desaparezcan.
¿Cómo definís al lector misionero?, ¿Cuáles son sus características?
No sé si podría caracterizarlo, es muy complicado. Hace que te pongas en la cabeza de un montón de gente que obviamente es imposible pensar. Uno puede suponer, todo partiría de una suposición, y yo creo que hay ganas de leer cosas nuestras y lectores nuestros. Lo veo porque en las escuelas se trabajan libros con escritores misioneros. Entonces, hay también un empuje de los propios escritores que han hecho, hemos hecho, una especie de push para decir acá estamos, acá trabajamos, y la respuesta general es positiva. Yo supongo que el lector en general, el misionero que lee, va a la librería y se compra libros y por curiosidad le interesa leer lo que escribe alguien que está dentro de su mismo entorno sociocultural.
Es difícil caracterizar un lector; no sé si hay una diferencia entre un lector misionero y un porteño, salteño, cubano o mexicano. La lectura es tan amplia que cada obra tiene un significado único para un determinado lector. Hay una relación y eso es lo que me fascina de este mundo. Vos agarrás un libro, agarrás Bajada vieja, de Areu Crespo, lo leés y es una cosa para vos y para mí es otra.
¿Cómo es tu relación con el mundo de las editoriales?
Tuve varias propuestas, yo mandé a muchas editoriales El puñal Escondido, y tuve algunas propuestas. No varias, algunas. No es fácil, es muy grande, el mercado es muy amplio, y bueno la Editorial Beeme se mostró interesada y empezó así la historia con ellos. A mi primer novela, El puñal escondido le fue mejor de lo que yo esperaba. Yo no sabía ni dónde me estaba metiendo.
Una vez me dijeron 'tenés que tener un hijo y escribir un libro'; ahora tener un hijo y escribir un libro es fácil, lo difícil es criar al hijo y encontrar a alguien que lea tu libro.
Por suerte aparecieron varias lectores, no sé qué tuvo El puñal escondido realmente, tal vez fue el tema del policial, del suspenso, que haya sido regional y que haya tocado el tema del narcotráfico, y quizás ahí el lector misionero se interesó.
A partir de ahí comencé a tener con la editorial otra relación y otras ofertas, obviamente. También están las publicaciones independientes, algunas antologías en las que participé y ahí el antólogo es el que tiene la autonomía con las editoriales y yo cedo. No creas que ganás, prácticamente vos tenés que agradecer que te publicaron y que tengas circulación, porque lo más difícil es eso, que te lean.
¿A qué creés que se debe este boom de escritores misioneros?
No sé a qué se debe, pero creo que ahora hay más fuerza, más unión, hay más interés de los docentes, de los alumnos. No sé si se debe a una búsqueda de identidad también, en general, que hay en la provincia.
El misionero siempre tuvo una identidad muy fuerte porque no le quedaba otra al estar rodeado de Paraguay y Brasil. Al ser muy particular no le quedó otra que tener una identidad bien marcada, inclusive con la particular mezcla que somos.
Si habría que buscar algún responsable de que haya más escritores seguramente sería internet, porque es una herramienta, es un lugar donde uno puede expresarse gratis y es mucho más fácil que publicar un libro.
Vos, yo, cualquiera, puede escribir un cuento corto, un poema, y publicarlo. Es cuestión de hacer un click para que todos lo lean. Y creo que eso es positivo porque genera más para todos los gustos. Y así creo que se está comenzando a crecer.
¿Cuáles son los grandes desafíos que tienen que enfrentar los nuevos escritores misioneros?
Lograr que todo esto sea bueno. Estamos hablando de escribir, escribir, escribir. El desafío siempre está en la calidad literaria y en la profundidad del mensaje, el compromiso del mensaje. A mí me gusta decirle al lector: esto es lo que yo vi, tu compromiso está en la realidad esa que querés mostrar, el compromiso ético si se quiere, porque yo puedo escribir cualquier cosa y no está mal porque es válido, porque es una historia de ficción y vale, pero hay un compromiso con la realidad que vos querés mostrar, de lo que vos sentís, del sentimiento que estás mostrando.
Por otro lado, la calidad literaria, creo que tiene que ser un norte. Uno tiene que tratar de buscar la mejor forma a la prosa más estética, más cómoda para expresarse, para que el lector lea más.
Entonces creo que el compromiso está en la lectura, en buscar y conocer las obras también nuestras, regionales, porque me parece que ese es el compromiso. El desafío me parece es lograr posicionarse a nivel nacional, y ese es el desafío que tenemos todos los escritores.
Nos estamos haciendo ver y sentir dentro de la provincia, lo cual es excelente y creo que es lo que está ocurriendo en los últimos diez años, y eso es lo que hay que llevar a nivel nacional.
Yo creo que lo fundamental es que se conozca que en Misiones se escribe y se escribe bastante, y que hay muchos que escriben. Creo que ese sería el desafío.
Hubo una antología de todo el país en un libro del cual eligieron cuatro cuentos de escritores misioneros, para lo que en general eligen solo dos escritores por provincia, y eso llamó muchísimo la atención de todos. Creo que eso es un pequeño logro.
Es un compromiso de ambas cosas, porque tiene que haber muchos escritores pero también esa sed de mejorar, esa sed de leer mucho y de estar en un buen nivel narrativo o lírico.
Cuanto más haya mejor, y si todos esos que hay se ponen a tratar de hacer cosas buenas y cada vez mejores, no digo que no se hagan cosas de calidad, sino que siempre creo que existe la posibilidad de mejorar, y eso debe ser un norte para todos, por más buena que nos hayan dicho que fue nuestra novela, nuestro cuento o nuestro poema. Siempre se tiene que tener en cuenta de que se puede ser mejor. Esa es la infinidad del arte.
Sobre la falta de un stand de Misiones en la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, ¿a qué creés que se debió y de qué manera perjudicó, o sirvió para tomar conciencia, sobre la importancia de la difusión de los autores de la provincia?
No puedo decirte a qué se debió porque la realidad es que no tengo conocimientos de la gestión que lleva a cabo la Subsecretaría de Cultura.
Sin embargo, me hago una idea del perjuicio que tuvo para los escritores. Es cierto que llevaron escritores a presentar sus libros como hacen todos los años, y eso está muy bien, de hecho yo fui en dos ocasiones, pero la ausencia de stand es algo grave, y no soy el único escritor que opina esto. Andar por los pasillos de la feria y ver que los libros de autores misioneros ocupan un estante cedido gentilmente por la provincia de Corrientes no es algo para estar orgulloso.
La feria de Buenos Aires es uno de los mejores lugares para lograr esa presencia nacional por la cual hay que trabajar. Sin un stand propio donde exponer el trabajo de todos los misioneros, esto se hace difícil. Espero que la experiencia sirva para que el año próximo contemos con un stand y que esto se vuelva una costumbre en la feria.
Vida
Nació en Posadas en el año 1981. A los 18 años se mudó a Buenos Aires, donde se recibió de Ingeniero Industrial y trabajó hasta el año 2008, cuando decidió interrumpir su carrera para dedicarse a recorrer Latinoamérica. Fue así que comenzó a darle forma a su primer novela, "El puñal escondido". Su segunda publicación es un libro de cuentos titulado "Cetrero Nocturno", que fue traducido al francés por el profesor Miguel de León y editado posteriormente por Beeme. Hacia fines del 2013 Borkoski lanzó al mercado su segunda novela titulada "Trampa Furtiva". Los trabajos literarios de Borkoski son material de estudio en instituciones secundarias y universitarias de la provincia de Misiones y en colegios de Chaco, Corrientes y Formosa. Por este motivo es convocado a brindar charlas destinadas a los estudiantes con el objetivo de incentivar la lectura juvenil, difundir la cultura regional y promover valores reflejados en sus obras, como el respeto a la naturaleza, la construcción de la identidad, el interés por la historia local y el ejercicio de la imaginación. Fue finalista en el Concurso Internacional de Microficciones que organizó la Fundación El Libro, en el marco de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires.
Foto de Sebastián - César Losso
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