Este viernes se presentó el libro de Estefanía Ceballos “Desde la guarida”. La cita tuvo lugar en el Café El Mariscal y acomparon a Estefanía Miguel Ángel Federick y Juan Meneguin. La noche fue sumergiéndose en lo más profundo de la poesía, la palabra recitada y la palabra cantada, la palabra dueña absoluta de la noche. “Esto más que una presentación de un libro es un encuentro, no tengo palabras para agradecer a cada uno de ustedes”, expresó.
Por paulo ferreyra
[email protected]
“Estefanía Ceballos escribió y escribe con el cuerpo. Escribir con el cuerpo significa escribir con nuestros sentidos, con nuestra soledades, con nuestro corazón, con nuestro ahogo. Escribir con el cuerpo significa sentir con el cuerpo. Esta poesía es poesía necesaria aunque leerlos no sean simpáticos”, así arremetió en parte de su alusión Juan Meneguin.
El encuentro, porque así lo definió la poeta, el encuentro con el libro fue un diálogo o una charla permanente. El Café El Mariscal estaba colmado, las botellas de vino y cerveza se tocaban en las meses, algunos platos osaban interrumpir ese diálogo con empanadas y maní. En la apertura habló Juan Meneguin y todas las miradas estaban puestas en él, “esta poeta que esta hoy con nosotros es una poeta auténtica. Superadora de muchas de estas modas o seudos tecnicismos. Ella me devuelve la esperanza en la poética de las nuevas generaciones”.
Estefanía Ceballos estaba custodia de alguna manera por Juan Meneguin y Miguel Ángel Federick, se la veía feliz, sonriente, acomodándose el pelo, primero con una mano y recogiéndolo detrás de la oreja, después juntando todo el pelo con ambas manos y arrojándolo a su espalda. Había un brillo especial en sus ojos. El vaso de cerveza humedecía sus manos y refrescaba su boca.
“Hace rato que las mujeres tomaron la palabra”, disparó Federick. Su alusión también fue una clase de poesía, de poesía femenina latinoamericana. Danzaron muchos nombres de poetas, lugares y el yvagape del ava. También tuvo espacio para marcar lo que le gustó y lo que no le gustó de la poesía de Estefanía. Leyó fragmentos que arrebató aplausos calurosos por parte del público.
“Esto es un encuentro, no es una presentación de un libro”, argumentó Estefanía Ceballo emocionada y disparando agradecimiento a cada uno de los presentes. Ella era la musa de la noche, todas las miradas se concentraban en su rostro, las camas de fotos y los celulares le dedicaban sus mejor haz de luz y ella devolvía un rayo de sol con su mirada y la sonrisa urgente.
“Gracias a mis viejos porque son un estímulo constante. Gracias a Maia Eirin por mostrarme ciertos caminos y por hacer esto posible”, la lista de agradecimientos se abrió entre parientes y amigos. “La magia de este libro es palpable, el libro provocó este encuentro maravilloso”, resaltó. La lectura de los poemas estuvieron a cargo de María Fernanda Sánchez Barros, Maria Rosa Ducic, Tony Salazar, Marcelo Caparra. La música vino de la mano de Rocío Lens, Atahualpa Coulleri, Luis Ibarrola y Javier Vallejos Amil.
0 comentarios:
Publicar un comentario