Por paulo ferreyra
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En principio hay que decir “Bien Florido. Puro Litoral” es eso, un disco de música que corre como los ríos, que tiene el sonido de los pájaros y el verde que se cuela en cada nuevo tema. Silvia Teijeira es pianista y compositora, ya ha editado los discos "Rulos de zamba" 2005 y "Latiendo" 2009. En estos tiempos donde internet abre caminos, hizo también posible esta charla casi íntima con Silvia Teijeira donde cuanta todo sobre su nuevo disco.
Silvia Teijeira. Foto de Adrián Gómez |
- Este disco contiene clásicos chamameceros. ¿Surgió así el disco, lo buscaste o fue floreciendo de este modo? ¿Cómo fue ese proceso de selección?
Me crie escuchando esos chamames y tantos otros que no están en el disco. Siempre quise tocarlos de determinado modo, en el piano. Entonces era una cuestión de tiempo nomás prepararlos y luego grabarlos.
Tal vez un poco largos han sido hasta ahora mis tiempos. Pero ya se empiezan a acortar, para mi alegría.
- Aquí encontramos un solo tema tuyo. ¿Por qué?
La composición es muy libre en mí.
Estos años estuve muy abocada a estudiar y dar forma a las versiones de los chamames que están en el disco.
Aunque pasó mucho tiempo solo vino esta idea musical desde mi interior. Un solo tema. Entonces me pareció que debía rendirle todos los honores y brindarle ese lugar tan especial como el nombre al disco.
Si bien tengo la suerte de tener cabeza melodista, solo trabajo cuando las ideas tienen mucha presencia adentro mío y si no sigo con el camino de los arreglos.
A raíz de eso que me preguntas viene a mi mente compartirte algo sobre dos aspectos que no son el compositivo, la expresión personal mediante música de otros preparando las versiones y en la interpretación.
Siento y pienso que al realizar versiones para tocar en el piano sobre música que existe y la interpretación son posibilidades de expresión muy profundas a las que les otorgo una altísima valoración.
Valoro altamente poder expresarme desde una idea ajena. Hacerla propia esa idea pero respetando al autor.
Estudiarla. Internalizarla. Encontrarme con ese autor desde ese tema.
Versionar e interpretar son tareas muy bellas, a la vez que un desafío ser uno en y desde el otro. ¡Eso es maravilloso!
Por suerte, para mi es así y puedo dejar que las ideas musicales mías vengan cuando hay espacio espiritual y emocional.
- El litoral tiene un andar especial, este andar se traduce en pequeños silencios que juegan en cada tema del disco. ¿Estos silencios se buscan en las composiciones o en los arreglos de cada tema o salen solos?
Según mi vivencia los silencios están “explícitos” e “implícitos” en los temas. Ellos existen más allá de mí y/o de que un otro pueda oírlos.
Lo que sí hago conscientemente es escuchar mucho cada tema para descubrirlos. Luego trabajar, trabajar y trabajar hasta que se integran al discurso con el sentido que los percibo y según intento transmitirlos.
Es decir, el silencio es parte de la vida y dentro de ello del paisaje, de cada día, de los vínculos humanos, de una charla. Por lo tanto también forman parte de la música en general y de cada tema en particular.
La cuestión para mí al menos es en el trabajo de interpretación de una obra, adentrarme de tal modo que “me pierdo en ella” y luego tomo distancia.
Entonces ahí, al tomar distancia luego de haberme metido de tal modo en esa música, aparecen los silencios como parte de ese discurso.
Del mismo modo que parecen otras formas y necesidades expresivas.
Ahí viene otro trabajo para que formen parte de ese discurso y no queden descolgados o sin sentido.
Es un trabajo maravilloso el de interpretar.
Es entrar y salir todo el tiempo de la obra.
Es entrar y salir todo el tiempo de la parte de uno mismo que es la obra.
Es aprender a “amoldar” el cuerpo para que el instrumento pueda decir eso.
El disco "Bien Florido. Puro Litoral" |
Y que eso se pueda hacer con un instrumento creado por el hombre, con un producto de la cultura no con la voz humana que es “el instrumento” por excelencia. Es un misterio. Un maravilloso misterio que vale toda la vida que implica dedicarle.
Hay veces es el modo en que movés el brazo, otras te pegás a la tecla con la yema del dedo, qué se yo.
Para mí es un misterio ¡Cómo algo inerte como un instrumento que no es la voz humana puede convertir los sonidos y las frases, en una forma de expresión tan profunda! Más aún el piano que suena por un golpe del martillo a la cuerda y donde entre tu dedo y la cuerda hay varios pasos intermedios, ya que es un sistema de palanca.
- Es muy importante en este disco la incorporación de tus recitados. Cómo surgió y por qué decidiste hacer estos recitados. Además por qué elegiste los textos de Luis Luján y Nedi Nardín.
Para mí la música es una forma de expresar, de “decir”, es un medio. En ese decir van mis sentimientos, mis emociones, mi sangre, pero a la vez todo eso en un sentido de pertenencia colectiva al pueblo del que formo parte, al paisaje.
La palabra es muy importante para mí porque me permite decir algunos pensamientos, describir algunas miradas, divertirme con complicidad, posicionarme en algunas temáticas de las que me siento parte y sobre las que deseo reflexionar con la gente que escucha.
Y como no canto encontré ese modo. Recitar poesías que tratan temas de esos y leer un cuento que tiene su veta cómica pero simultáneamente “dice” mucho.
Me encanta recitar e interpretar cuentos desde la voz. Lo hago en los recitales y así fue que me dieron la idea de grabarlos en el disco y luego de mucho pensar, me animé.
Elegí esos escritores porque se expresan en temas que son parte de mis búsquedas, preocupaciones e intereses. Me gusta mucho como lo hacen, tengo mucha afinidad con su forma de escribir. Aparte en general sus obras parten de la vivencia y para mí eso siempre es vital.
- Por último tenemos en el disco una excelente interpretación de Tren Expreso, La Calandria, entre tantos otros. ¿Qué te sucede cuando el público se deja llevar por la música y siente ganas de bailar o abrirse en un sapukái?
El año pasado toqué el disco en la ciudad entrerriana de Larroque. Iba a ser un recital al aire libre, pero llovió y se hizo en una sala muy linda.
Silvia Teijeira. Foto Adrián Gómez |
Fue hermoso para mí. Tocando chamame en piano solo alguien hubiera sentido el deseo de expresarse en sapukái.
El sapukái nace de las entrañas, es así nomás, no se inventa.
Le dije a la señora cuán agradecida estaba por lo que sintió y me contó. También le dije que si había una próxima vez que le pasaba eso, no lo pare, sea ahí, en una cancha, en un festival o en el Teatro Colón.
Por ahora, tocando sola, el baile ha sido con parejas o ballets, lo cual es muy especial y lindo.
Tocando en grupo sí y ha sido hermoso ver salir a bailar espontáneamente al público.
La gente es generosa conmigo. Escucha lo que llevo, me brindan su atención y mucho silencio. Luego son generosos en los aplausos y los abrazos.
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