viernes, 13 de febrero de 2015

“Me metí en el sonido con un bisturí”

Osvaldo Burgos ha sido el creador de la música original con la que se presentó el Ballet Oficial en la Edición de Plata de la Fiesta Nacional del Chamame. Osvaldo también creo la música original en la Fiesta Nacional del Chamame cuando el tema era Universo Chamame. “Este año a partir de la idea de dos temas de Isaco Abitbol, “bodas de plata” y “la calandria”. Además tenía información de que según los registros Isaco Abitbol abrió la primera Fiesta del Chamame con “la Calandria”. Estas dos melodías fueron el disparador que tomé para componer música original para la fiesta”, cuenta Osvaldo en esta charla donde desandamos estas y otras cuestiones.

Por paulo ferreyra
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La incorporación de fuellistas en vivo, la música, el concepto general de la música con la que el Ballet hizo la apertura y el cierre de la Edición de Plata de la Fiesta Nacional del Chamame corrió por cuenta de Osvaldo Burgos. La Organización de la Fiesta bajo la Dirección de Eduardo Sivori tuvo en carpeta una primera opción, con música original y una puesta en escena novedoso. Los costos trepaban a las nubes y la organización invocó – tal como lo había hecho bajo el tema de Universo Chamame – al músico Osvaldo Burgos para que creara una música original para la Fiesta Nacional del Chamame.

Osvaldo cuenta que en un principio no se sentía con las energías o con la capacidad para hacer un tema original de la 25 Fiesta Nacional del Chamame. “Era un concepto muy amplio y se debían respetar los origines de la Fiesta”, cuenta. “Lo que planteo en ese momento fue que a partir de una idea, con dos temas de Isaco Abitbol, “Bodas de plata” y “La calandria” se podrían hacer cosas. Me dieron el visto bueno y comencé a trabajar. Hable con los fuellistas cuando aún no había desarrollado la idea, los convencí a ellos primero de hacer algo que solo estaba en mi cabeza”.

- ¿Cómo hiciste para partir de dos temas bien tradicionales armar un tema original para el Ballet?

A estos dos temas de Isaco Abitbol había que darle un marco, lo primero que pensé fue en una atmósfera sonora. Esta música originó todo, tenía en principio seis minutos para trabajar, parte de ese tiempo lo tenía resuelto porque los fuellistas iban a tocar en vivo Bodas de Plata y La Calandria. Hablé con los fuellistas antes de desarrollar el proyecto en la computadora.


- ¿Cómo fue crear esa atmósfera sonora?

En principio tenía la parte del medio más o menos resuelta porque los fuellistas iban a tocar estos temas. Para el principio fui pensando en poner música a un reflejo, algo armónico y música que represente la luz de plata que también puede ser la luz de la luna. Tome sonidos de bandoneón y lo procese con efectos. Filtre distintos sonidos para generar sonidos espaciales. Me metí en el sonido como un cirujano con un bisturí y tome del objeto sonoro alguna frecuencia. Es decir, como si tuvieras una madera y le sacas una beta y con eso hacer una cosa. Descompongo el sonido. Lo pensé como el sonido de la luz y la luz de la plata. El ballet trabajó con algunos elementos plateados, instrumentos, después en el escenario una bandoneonista iba al centro a representar a Isaco Abitbol.

- Creo que ahí es cuando se escuchan las distintas voces diciendo “chamame”.

En un momento todos estos sonidos del inicio del tema se cortan como una irrupción de múltiples voces diciendo chamame en diferentes tonos. Niños, ancianos, jóvenes, voces que van diciendo chamame y con paneos de izquierda a derecha diciendo chamame con grabes y agudos. Esto lo interprete como si fuera un sueño,

Interprete como si nos despertáramos de un sueño. Escuchábamos la luz y el inicio del chamame, hay un efecto sonoro como eléctrico, algo muy urbano que hace como chipas. Lo entiendo como algo actual, la electricidad esta presente, lo eléctrico esta presente. Si miramos a nuestro alrededor la energía nos rodea y es un efecto palpable que tenía que estar representada. A la vez esta electricidad era un semáforo, un pie o punto de referencia para que el fuellista comenzara a tocar.

- Eso también es actual. La música en vivo y la música procesada hoy juegan en otros ámbitos.

Esto se denomina música mixta, donde esta la música procesada y la música en vivo. En este caso alguien toca un bandoneón. Pero el músico siempre tiene que tener una señal que le permita ubicarse dentro de lo que se esta escuchando y lo que va a suceder. Si no tiene un director que este en frente tiene que tener sonidos que lo ubiquen en el espacio tiempo.


El juego entre lo tradicional y la actualidad

En la cultura, en el arte, en la literatura, en la música tampoco podemos encontrar esa línea arbitraria que divide a los países. El juego, el coqueteo en la música que creo Osvaldo Burgos se palpa y se siente la libertad de lo tradicional y la actualidad. Los fuellistas tocaban “Bodas de plata” y después “La Calandria”. Con esto ellos cerraban un círculo, los 25 años de la Fiesta Nacional del Chamame. A partir de ese momento comenzaba el camino de oro.

“A partir de ese momento la música cobraba un carácter más violento, en ese preciso momento se quebraban ciertas estructuras. Hasta ese momento el ballet representaba un gran pentagrama y después comienza a romperse ese pentagrama. Todo a partir de ahí se distorsiona en las formas, tiene que ver con la ruptura de los paradigmas, respetando la fuente pero con la mirada hacia el futuro.

- Esa violencia a la que hacías mención también tiene que ver con lo electrónico.

El final de la música es electrónico. Ojo, no creo que el chamame vaya a girar o vaya en esa dirección. El bandoneonista vuelve a tocar y se vuelve si se quiere mas electrónico. Pero lo electrónico lo pensé en base a la actualidad. Desde la primera fiesta hasta la 25 es una etapa, de ahora en mas con los elementos que nos constituyen hoy que son electrónicos vamos avanzar hacia el oro y más también. En ese aspecto no hay vuelta atrás. No podemos frenar lo electrónico. Lo incorporé por ese motivo, incluso hoy lo electrónico forma parte de lo digital. Es el lenguaje con el que nos movemos en la actualidad.

- En algún momento pasa por tu cabeza los movimientos del Ballet.

Si me piden dos pasos a la izquierda o dos a la derecha seguro los hago mal. No pienso lo que hará o puede hacer el ballet. En la creación de la música original para el Ballet lo que hago es construir disparadores conceptuales para que a partir de ahí propongan y sobre todo hagan cosas nuevas. Eso es lo que he realizado en estos dos últimos años, en la edición 24 y en la edición 25 de la Fiesta Nacional del Chamame.

- Cómo fue convencer a los fuellistas para que se presten a esta música

Antes de armar la música hable con ellos. Los convencí a ellos de hacer algo que yo sólo tenía en mi cabeza. Agradezco profundamente la colaboración desinteresada que tuvieron para este proyecto, al igual que yo ellos no cobraron por hacer esto, lo hicieron desinteresadamente.

- ¿Quienes estuvieron?

Puedo mencionarte en el orden que aparecieron, Pablo del Valle, Oscar Mambrin, Lucky Bentos, Toti Montiel y Diego Gutiérrez. El último día de la Fiesta tocaron todos juntos menos Lucky Bentos que no pudo estar. Debo destacar además el aporte de Pablo del Valle a quien le pasé un listado de cosas que necesitaba que me grave con el bandoneón, le pedí por ejemplo tres notas largas con vibratos, tres clusters suaves, tres notas largas sin vibratos, entre otras cosas que le pedí y el colaboró desinteresadamente. En esta última parte del tema también colaboró Irma Solís en las voces que dicen “chamame chamamecito”. Había grabado mi voz diciendo “chamame chamamecito” pero finalmente la mía quedó oculta y la que se escucha es la voz de Irma Solís.

- Por último, en qué crees que le beneficia a la fiesta, a los realizadores audiovisuales y al ballet tener música original.


Creo que la música original necesita su espacio. La música original es importante porque le permite al director del ballet y al director audiovisual tener libertad para componer desde su lugar. Dentro de esta música original esta presente lo tradicional y se coquetean con su mirada también hacia el futuro. Además creo que en este marco tan importante de la fiesta el chamame es mucho mas que cuatro músicos haciendo buena música. El chamame avanza en la dirección de desembarco en otras culturas, esos viejos conceptos de música superior e inferior, música culta y música tradicional ya han quedado sepultados.


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