Por paulo ferreyra
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Pasada las ocho de la mañana los utileros de la Orquesta Sinfónica de la Provincia de Corrientes llegaron a la Unidad Nº 3 Cárcel de Mujeres Instituto Pelletier. Acomodaron la tarima, las sillas y los atriles, al llegar los músicos debieron cambiar de ubicación debido al frió y al viento reinante en la mañana de este viernes. El sol en lo alto jugaba con las nubes en un ir y venir constante, en el patio estaban los cadetes y las internas del Instituto pasaron al patio minutos antes de las 10 de la mañana.
En la apertura habló Eduardo Sivori, director de Artes Escénicas, Música y Artes Audiovisuales del Instituto de Cultura, “llegamos hasta aquí para compartir una mañana plena de música. Estos artistas que están aquí nos enorgullecen porque son parte de uno de los organismos más importantes de la provincia de Corrientes. Venimos a compartir entre correntinos, el Instituto de Cultura sale al encuentro de la comunidad y trabajamos para acercarnos a ustedes”, concluyó. Por su parte el ministro de Seguridad de la Provincia de Corrientes Pedro Braillard Poccard resaltó la labor del Instituto de cultura por llevar la cultura a cada rincón. “Trabajamos juntos en el marco de la Fiesta Nacional del Chamame y esta visita de la Orquesta habla de una política de estado con fuerte contenido cultural”, destacó el ministro de Seguridad.
En las modesta platea estaban las autoridades provinciales y del servicio penitenciario de la provincia, en el medio los internos y las últimas filas estaban ocupadas por cadetes de la policía. Al momento de ingresar las internas, una de ellas traía en brazos a su hijo, a quienes todos se acercaron a saludarlo bajo el nombre de Ángel. El niño devolvía un sonrisa y se aferraba a su pequeña guitarra sin cuerdas.
Cerca de las 10.30 de la mañana la Orquesta Sinfónica de Corrientes bajo la dirección de la Mtra. Andrea Fusco comenzó su transito musiquero entre música universal, música de película y música folclórica. Al finalizar se escuchabas los aplausos que a medida que transcurría la música fueron tomando más calor e intensidad. “Bravo”, “bravo”, deslizaban algunos. Entre los temas conocidos “la pantera rosa” y “piratas del caribe” se llevaron más aplausos.
En la platea el mate se movía en una sola fila, Ángel estiraba su cuello y buscaba en esa orquesta algún instrumento que se pareciera al suyo, mientas sus pequeños dedos se paseaban por el mástil de la guitarra dibujando notas imaginarias. La otra mano de Ángel se aferraba con tenacidad en la boca de la guitarra y su mirada sólo estaba destinada a la orquesta, ni los fotógrafos que se cruzaban delante suyo lo interrumpían en su atención. En el fondo, algunos adultos hablaban y pelaban caramelo como si nada ocurriera delante de sus ojos.
Sobre el final llegaron clásicos del folclore como “pueblero de allá ité”, “lunita de taragui”, con la interpretación de la joven cantante Florencia de Pompert y al finalizar una exquisita versión instrumental de “Posadeña Linda”. Los aplausos se repitieron una y otra vez, de píe fue despedida la Orquesta que brindó una repertorio amplio y diverso mostrando parte de su potencial musical.
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