Por paulo ferreyra
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“Desde la primera escritura hasta la última escritura cambió muchísimo todo, en estos 20 años siempre fui escribiendo un poquito, tuve y tengo estos personajes en mi cabeza”, expresó con gran entusiasmo Patricia Kolesnicov al hablar de su novela “No es amor”; presentada semanas atrás en el marco de la 5 Feria Provincial del Libro en Corrientes Capital.
“Había un deseo de contar una escena de sexo que no se ve en ningún lado. Siempre fui escribiendo un poquito pero cuando la retomo enserio el mundo había cambiado, había cambiado el país, habíamos cambiados todos nosotros. Lo empecé a escribir en pleno alfonsinismo. No es amor es una historia que quizás sea de amor, una historia, un encuentro entre dos mujeres muy intenso y con un fuerte contenido sexual. Mi intención no fue mostrar las cosas sino hacerlas florecer”, cuenta.
Patricia Kolesnicov es de sonrisa amplia, sus ojos brillan tras su gafa y cobran vida cuando hablan de su novela. Las palabras surgen como un torbellino y caen en picada para hacer pausas y acentuar algunos conceptos. La novela coquetea con el pasado y el presente, “está en pasado porque el tiempo para una ya fue y para la otra es presente. Hay cosas que no se pueden decir en pasado, aquí chocan el pasado y el presente”.
“Cuando retomé la novela a principios del año dos mil con la intensión de cerrar la historia, me encontré con que ya había pasado el menimismo por encima, el país les pasó por encima a los personajes y a mí. A una piba que iba a cambiar el mundo con franja morada ya le habían hecho pelota y los poderosos ya están en mundo globalizado, los que tienen plata son los que mejor se dan vuelta. Esto influyó en la novela, en el vínculo, a medida que uno pierde poder también deja de ser tan deseada y pierde dentro de ese vínculo también”, cuenta Patricia.
“En el vínculo – en ese vínculo – pasa algo, quizás sea amor o no, pero es intenso y fuerte. La intensión siempre es mostrar algo. Siempre me movió el deseo personal. Es difícil escribir una escena de sexo, vas escribiendo una y otra hasta encontrar una que cierre con la historia, vas probando hasta encontrar el punto exacto”.
Patricia Kolesnicov atiende con gran amabilidad los requerimientos de la prensa, se siente cómoda también del otro lado del micrófono. “A mí el periodismo me llegó muy pronto. Yo estudiaba letras y escribía unas notitas sueltas para sexo humor, pero no era periodismo eran notas ficcionales. Después de apoco comencé hacer periodismo”.
“Una forma de ver el mundo”
“No es amor refleja como somos. Como hacemos el sexo y como queremos hacerlo. Como nos imaginamos que lo hacemos. Creo que cualquier novela mira con los ojos de la sociedad donde se fue gestando. Aquí hablamos de una forma de ver el mundo pero lo hacemos desde este contexto y desde este mundo”, cuenta Patricia y casi cambia de posición para interrogar a su entrevistado con la mirada. “Hoy el periodismo me lleva mucho tiempo pero aun así ya estoy escribiendo dos novelas, una de ellas también de chicas, con otro momento histórico, con mucho wasap y otras cosas que vamos palpando en nuestros días”.
“Los medios canonizan lo ya canonizado”
“El periodismo está remando con el cambio tecnológico. En el mundo entero se está viendo cómo pensar y producir en los medios tradicionales con las nuevas tecnologías. Las cosas pasan ahora y se producen ahora. En el país creo que el periodismo militante hace daño y el monopolio también hace daño, pero no me como la fruta de que estamos frente a un solo monopolio. Ojo”, advierte y al hablar de periodismo su tono también vuelve a ser intenso.
“El periodismo tiene que ser una piedra en el zapato de alguien”, advierte Patricia Kolesnicov. “Los periodistas somos empleados, hace 30 años nadie pensaba el periodismo como hoy. Yo puedo decidir esto no firmo, ¿pero porque querés firmar?, no se trata de ponerte la camiseta de alguien. Hay libertades que no se han perdido”, cuenta.
Patricia trabaja en el diario Clarín, dejamos por último la consulta sobre el poco espacio que tiene la información cultural del interior del país en la Revista Cultural Ñ de Clarín. Hubo un silencio breve, suspiros y una mirada lejana para buscar las palabras precisas. “Es difícil abrir ese espacio. Los medios grandes canonizan lo ya canonizado, lo que ya sabemos que le gusta a la gente. Hagamos tu ejemplo y pongo la tapa con un escritor de Caa Cati, a Corrientes le va a interesar. Pero a Santa Fe no sé si puede interesarle el tema. Pero si pongo a Borges en la tapa seguro interesará a todos. Hay algo que va más allá de la maldad de los medios, si pongo a Borges le gusta acá y en Santa Fe”, puntualizó.
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