sábado, 29 de agosto de 2015

“Las guitarreadas son actos sagrados de amistad”

El espacio Maracuyá de Resistencia fue protagonista días atrás de una gran guitarreada comandada por Juan Falú en el marco del quinto Encuentro de Músicos “Huella Argentina” organizado por el Plan Nacional de Igualdad Cultural. Estuvieron además Coqui Ortiz, Germán Kalber, Verónica Varela, Lilian Saba, Juan Quintero, Nahuel Pennesi, Matías Arriazu, entre tantos otros. “Me han puesto como un guru de las guitarreadas", deslizó al comienzo Juan Falú. "Las guitarreadas son imprescindibles, hay guitarreadas que se asocian al encuentro y a la descarga, casi casi como un entretenimiento y una juntada. Pero hay otras guitarreadas a las cuales le queda chico esa denominación porque son verdaderas ceremonias de arte y de comunicación alrededor de la música, del canto y de la poesía, en esta última me enrolo yo. Guitarreadas como en Argentina no hay en ningún lugar del mundo, si algo tengo para decir de mi experiencia por el mundo es esta sentencia. En las guitarreadas argentinas tenemos ese afán de detener el tiempo, juntarse y que fluya la música”.

Por paulo ferreyra
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Lucio Antonio Sodja es un hombre de gran sensibilidad, frota sus manos, sus ojos están sumergidos en emoción y la pausa va subrayando sus palabras, “cómo querés que este, este es una espacio de gestión independiente y hoy estamos orgullosos de que este tanta gente maravillosa que nos desborda. Nos sentimos muy felices”, deslizó y volvió al silencio. El Espacio Maracuyá de Resistencia se vió desbordado el jueves últimos siendo el centro de atención del Encuentro de Músicos “Huellas Argentina”.

Desde el comienzo Juan Falú se mostró feliz de poder participar de este encuentro, aclaró que este programa es similar al que comenzará en pocas semanas más por todo el país “Música del Interior”. Sin embargo “Huellas Argentinas” tiene una concentración de músicos y actividades en un solo lugar, en cambio en música interior habrá una dispersión de músicos y escenarios diferentes por todo el país. Ahora bien, el concepto de congregar con un determinado perfil estético e ideológico la música argentina, alimentar no solo la actividad artística unidireccional por la cual uno toca, canta y los demás escuchan sino también estimular el pasaje de vivencias y conocimientos que es la parte formativa, mas silenciosa y tremendamente importante tienen lugar en estos encuentros. Creo que aquí y en todo el país hay una avidez por estas cosas y se reciben generosamente estas iniciativas, para nosotros también es una responsabilidad poder responder a esto”.


A la hora de abrir musicalmente la guitarreada Juan Falú arrojó sobre la mesa la duda de no saber qué tocar. Después argumento que en estos casos es “notable cómo uno se refugia en el lugar más seguro, uno toca muchas músicas pero termina refugiándose en el lugar conocido. Uno se refugia en el tema que lo hace sentir seguro o el tema que establece una comunicación con sus pares. Coqui Ortiz ofició de entrevistador en ese dialogo con la música y con las palabras, Juan reiteró que tiene empeño en acogerse a las guitarreadas que son celebraciones de arte y donde se detiene el tiempo.

“Tengo empeño en buscar ese lugar y quizás haya sido malcriado en esas guitarreadas profundas en Tucumán. Ha ocurrido en mi vida – por suerte, es de lo mas hermoso que me ocurrió en la vida – estar en una ciudad como San Miguel de Tucumán reunido con amigos que nos reuníamos por la música, no nos reuníamos para hacer de la música un medio profesional o un medio de exitismo, que es un valor agregado en los últimos años. Para nosotros la música es un elemento indisoluble de la vida misma”, deslizó y recorrió con su mirada la presencia de sus amigos tucumanos presentes en el espacio Maracuya.

“Las guitarreadas son un espacio de formación. Yo aprendí armonía en las guitarreadas – si algo aprendí lo aprendí en las guitarreadas. Ahí aprendí armonía, estilo, gestos, modos de tocar, la música esta llena de gestos”, sostiene Juan Falú y dibuja una sonrisa en su rostro.

La noche iba transcurriendo, el sonido de un corcho despegándose del pico de una botella de vino, un vaso teñido de tinto y las emociones cruzadas riegan la guitarreada. La música transcurre con las composiciones del propio Falú como “Taficeña”, después aparecerá Verónica Varela para cantar “Lavandera del río chico”, Germán Kalber interpretando “zamba de argamonte”, ambas del Cuchi Leguizamón. Pannisi llegó con “zamba del carnaval” y manifestó que ha sido un sueño que lo acompañé Falú. La noche estuvo ampliamente regada en música.

“Lo primero que se aprende en una guitarreada es a conocer sus lugares y las personas. Es como quien va a un lugar y para conocer el lugar algunos van al shopping y otros van al mercado, yo soy de los que va al mercado. Los que buscamos reuniones de guitarreada somos los que vamos al mercado, porque buscamos ver como ama esa gente las especies de la tierra, los frutos de la tierra, ver los bolsones de comino es ver una zamba, ambos son productos de la tierra”, afirmó Juan Falú. A las cero horas terminó la transmisión en directo de Radio Nacional y la guitarreada se abrió paso al amparo de los conceptos del guru de la guitarreada. El tiempo sin reloj y sin celulares tuvo lugar en el Espacio Maracuya.


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