viernes, 23 de octubre de 2015

“Juan José busqueba la palabra justa”

En el Centro Cultural Universitario se realizó un curso sobre la producción literaria del poeta Juan José Folguerá. “Vengo acompañando estos ciclos desde el comienzo, desde que nacieron, soy parte del inventario”, resaltó en esta charla Stella Maris Folguerá. “En esta oportunidad sugerí que lo escuchen a él, ha circulado poca su obra en la provincia y entonces busqué de mi hermano aquellos poemas que pudieran ratificar mi visión de Juan Jusé. Todos los aportes que se dieron en este curso fueron muy importantes, como los de Maia Eirin y Fabian Yausaz”, sostuvo Stella. Cabe destacar que este es el tercer año que se realizan estos cursos, en años anteriores la atención estuvo puesta en Francisco Madariaga y Velmiro Ayala Gauna.

Por paulo ferreyra
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Estos cursos coordinados por Maia Eirin tienen como principal objetivo construir un ámbito permanente de docencia, investigación, extensión, reflexión, promoción y difusión de la producción literaria de la provincia de Corrientes. Desde su nacimiento se planteo la modalidad de abordar a poetas y narradores, es así que comenzaron con Francisco Madariaga 2013, Velmiro Ayala Gauna 2014 y Juan José Folguerá en el presente año, se espera seguir en los próximos años con Esquer Zelaya, Gerardo Pisarello y David Martínez.



“En este ciclo y en mi intervención apunte que lo importante era escuchar a Juan José Folguerá. Entonces en mi exposición busqué los poemas que pudieran ratificar mi visión de mi hermano, quería que se lo oyera a él y fui guiando esa lectura”, así comienza la charla con Stella Maris Folguera. “Vengo acompañando estos ciclos desde el comienzo, desde que nacieron, soy parte del inventario, por ello no fue excepcional mi participación en este caso por tratarse de mi hermano. Estos ciclos me parecen importante e interesante, es una lástima que el público no se haya volcado a estas charlas”.

Estamos en la sala, a un costado están los bordados de Stella, afuera el clima es fresco y aquí adentro es cálido, acogedor e iluminado. “La poesía de Juan José no es poesía fácil, demanda repetida lectura y demanda entrega del lector para entrar en el lenguaje de Juan José. Desde el primero hasta el ultimo poema que escribió se planteo desafíos técnicos muy duros, él tenía una manera de decir las cosas que es una constante en toda su poesía, hay siempre un lenguaje y una manera de decir la cosas. Hay una búsqueda de la palabra justa, no busca la rima o lo bello, logra lo bello porque busca la palabra justa”.

En los poemas de Juan José suda y trabajo el poeta y el lector. “Él cambio todo el proyecto de vida que había familiarmente concebido y lo enfrentó desde su posición de poeta”, desliza y hace una pausa. Stella escudriña a su entrevistador con la mirada, el tiempo es corto y necesita ir al grano, las miradas se encuentran.

Para este curso dictado en Extensión Universitaria de la Universidad Nacional del Nordeste ella volvió a leer la obra completa de Juan José, “mientras convivíamos en la juventud con mi hermano había cosas que yo no entendía, ahora las entendí. El enfoque que le dio Maia Eirin en el libro “Digo los nombres” fue increíble. A los 17 años Juan José Folguerá escribió semejante poesía pero Maia te dice en ese momento él está leyendo tal o cual autor. “Digo los nombres” es un libro fundamental porque es difícil tener una antología en la que el antólogo es el autor, esa es una manera de contarse a si mismo y dejarse contado”, subraya.

“Estoy convencida de que es imposible separar la vida de la obra del autor”, destaca y recuerda que ella hizo una lectura, Maia hizo otra y el aporte de Fabián Yausaz fueron importantes para entender la magnitud de la poesía de Juan José. En este curso se abordó el poema Ita Pucu, Stella ahora no se guarda nada y sus palabras corren como un río. “Cuando él camina hacia la piedra, cuando pone ese niño que camina descalzo hacia la piedra, la piedra que está ahí adelante y hacia la cual el camina, él sabe que va a ser de su vida si se entrega a la poesía, un faro que emite tinieblas, él va hacia ese faro. Él cree que entre lo que se propuso ese chico y lo que hizo el poeta hay algo que no se cumplió, por eso dice tal vez logre tu perdón, tal vez lo logremos juntos. La muerte fue una constante en sus poemas, yo lo manifesté por ahí que tanto habló de la muerte que la muerte vino temprano para que se dejara de embromar. El sentía que se iba a ir temprano, tal vez si logro su perdón, es como decir si tengo tiempo de hacer lo que aquel chico quería hacer. Esa expresión de si yo tuviera la voz que tuve”, resalta.


Homenaje

En esta charla surgen algunos títulos y algunos poemas, Ita Pucu se lleva la atención pero al ser consultada sobre su poema preferido Stella Maris Folguera advierte que su favorito es “el poeta comienza a comprender su historia. “Todos los 15 de enero, día del cumpleaños de Juan José, como si fuera una oración leo “el poeta comienza a comprender su historia”, este es un soneto biográfico, Itá Pucú es sobre su relación con la poesía. En este curso fue la primera vez que leí entero Ita Pucu, por eso cuando Fabián preguntó quién lo quería leer me abalancé, pues a raíz de una interpretación que hicieron unos culturosos de Corrientes, interpretación absurda, yo no volví a este poema”.

“Cuando hablaba con Juan José le decía que el dejaba a mucha gente afuera con su escritura y el me decía que trabaje también el lector. Hay cosas donde no podía entrar y ahora pude entrar. Juan José había leído todo, leía seis idiomas y hablaba cuatro”, resalta Stella Maris Folguerá.


“Bordar me ordena la cabeza”

Stella publicó los libros “Lo que ella manda”, “Arroz viudo y papas pobres”, “Minas bravas”, es escritora, escultura, ha sido denominada como “la señora carnaval” - de lo cual no hablaremos en esta oportunidad – y ahora está bordando. “Me sumergí en el bordado, estoy metida en el color y como veras recién estaba bordando. Nunca pude pintar pero manejo el color, en la escultura ya manejaba el color porque mi escultura es pintada. Me siento cómoda en este mundo de los hilos. Tengo que armar un libro que está casi terminado pero siempre hay que reescribir cosas, empecé a escribir otro pero ahora paré porque estoy bordando”, desliza Stella.

La charla se encamina por los hilos, por los colores, por los movimientos de sus manos en el bordado, cuenta además que esta en un taller porque le gusta la tertulia del taller. Ahora bien, la escritura sigue tan viva como siempre. “Sucede que mientras estoy bordando estoy pensando, no le estoy dando con los dedos al teclado pero estoy pensando y los personajes están en mi cabeza. Bordar me ordena la cabeza”.

“La ficción y los cuentos son lo mío. El único libro que no es ficción es “arroz viudo”, a veces se cuela por ahí una introspección o una evocación como puede ser en el caso de “minas bravas” hay una evocación a mi madre. Yo nunca mentía pero sí inventaba, por eso digo que lo mío es la ficción. Me atreví muy tarde a publicar pero me atreví gracias a los talleres literarios, el hecho de intercambiar opiniones, escuchar criticas o sugerencias, defender o no lo que está escrito me ayudo muchísimo”, cuenta.

Por último, antes de volver a mirar el reloj pues Stella tiene un compromiso y la charla sigue corriendo como un torrente donde ni los afluentes nos detienen. “Juan José era muy generoso conmigo, el sobre valoraba todo lo que yo hacía, tenía un gran amor por mí y me alentaba permanentemente. El no inhibió que yo publicara antes sino que fue un compromiso conmigo misma”, concluye.

Stella es conocida como “la señora carnaval”, fue muy reveladora la charla sobre este tema pero advirtió, “abdiqué del carnaval”. En otro apartado, ya que quizás una deuda de esta revista es justamente el espacio al carnaval de Corrientes y de la región, ahondaremos en su abdicación del carnaval.

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