Días atrás Salvador Lencinas estuvo en la Vaca Atada de Resistencia, Chaco. Presentó composiciones propias y revivió clásicos chamameceros. El público desbordó la velada y acompañó con aplausos y canto varios temas. “Hace 15 días me pusieron un marcapaso. Me gusta esta música y por eso ya estoy aquí compartiendo esta velada con ustedes. La fuerza interior es lo que me sostiene”, deslizó en la presentación Salvador Lencinas. Coqui, quién está al frente de La Vaca se animó junto a su hijo a demostrar sus virtudes en el canto. Paquita Gómez expresó sobre el final que “la Vaca Atada es un lugar familiar, lindo, donde comes bien y te atienden muy bien. Además con música muy linda y muy agradable”.
Por paulo ferreyra
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El sábado por la noche aún en bajas temperaturas se hace cálido en la Vaca Atada. Cerca de las 23 horas está todo listo y el presentador Manolo Duran vuelve hacer gala de sus conocimientos. Hace una descripción minuciosa por los caminos recorridos por Salvador Lencinas quien observa abrazado a su guitarra y en silencio. La música no se hace esperar y comienzan clásicos como “rumbeando para el litoral”, “la bailanta”, “linda correntinita”, entre otros.
“Hace unos días me llama Coqui para que venga a tocar aquí para todos ustedes”, cuenta Salvador Lencinas. “Me operaron y tengo un marcapaso. Tengo que cuidarme mucho pero cómo negarme y no venir a compartir una noche a puro chamame. Este lugar es mágico y uno se siente como en casa. Con los años y con la salud delicada estoy tocando más el arpa que la guitarra. Pero algo seguramente lindo saldrá esta noche”; deslizó el músico y los acordes incendiaron la noche de nostalgia y felicidad.
En La Vaca Atada el público desbordó las ubicaciones, “no hay lugar”, escurren en voz baja y con pena los mozos a visitantes que siguen llegando cerca de la media noche. Salvador Lencinas presenta su disco “Amigos sin Fronteras” y se detiene poco para hablar, la música lo riega todo. Entre los clásicos se puede percibir y casi hasta tocarlo a Ernesto Montiel. En esta noche lo acompañan a Salvador Julio Morel en guitarra y Hugo Encinas en acordeón.
Después de una breve pausa los aplausos cobran fuerza y las parejas encuentran un espacio para dar rienda suelta a su pasión. Algunos los observan en silencio, otros cantan y cierran cada tema con un gran aplauso. Entre los temas nuevos que presentó Salvador Lencinas se encontraban composiciones suyas con Bruno Mendoza, “amigos sin fronteras” y “esperanza mía”.
Coqui Librado, el padre de La Vaca y su hijo Martín Librado hacen gala de su voz y cantan acompañados por Salvador Lencinas “Para Villanueva”. “En realidad el tema original era “Para Villa Ángela pero salió nomás Para Villanueva”, afirma Coqui y su voz es un eco altivo en cada uno de los presentes. Después Salvador pregunta “cómo la están pasando. Desde aquí los vemos bien y con la piel rozagante”. El locutor lee algunos mensajes y manifiesta salutaciones de cumpleaños.
Ya en el cierra de la noche, ante de retirarse la destacada coreógrafa con más de 63 años de trayectoria, Paquita Gómez manifestó que “La Vaca Atada es un lugar familiar, lindo, donde comes bien y te atienden muy bien. Además con música muy linda y muy agradable”, expresa. Cuando los músicos sueltan los acordes de “El Guazuncho” despiertan todos los sapukái dormidos y las parejas salen movidas por la música a bailar en cada rincón de La Vaca.
Sobre el final la amistad esta regada en todo el lugar. La noche y la música adobaron el alma. Alguien le pregunta a Salvador cómo cerrará la noche y el responde, “no quiero saber cómo voy a terminar. Prefiero que ocurra y nada más”.
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