El pasado viernes César Frette Trio se presentó en La Cocina de Peie Pedro Verdaguer. Cesar estuvo acompañado por Alejandro Mendoza en bajo y Diego Gómez Dabrio en guitarra. La noche se escurrió en un repertorio amplio que incluyó composiciones nuevas y revisiones de clásicos chamameceros, además Cesar Frette amplió sus dotes con el fuelle ejecutando el acordeón y el bandoneón.
Por paulo ferreyra
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En la mesa se habla de los nietos, del futbol, de un amigo que no llega, de una amiga que no llega, todo transcurre entre empanadas, vino, cerveza o gaseosa. Los instrumentos de Cesar Frette, su acordeón y su bandoneón aguardan en el piso, en silencio, al igual que los cuadros que viste la pared. El olor de las empanadas se esparce en el aire sin viento, sin corriente y sin aliento. El aroma no es invasivo sino por el contrario es seductor.
Hoy muchos jóvenes que llegan recién perfumados y bañados a las 12 de la noche. Los viejos nos bañamos hoy a la mañana cuando salimos para trabajar.
Pasada las 23 horas comienza Cesar Frete trío, Cesar con el acompañamiento Alejandro Mendoza en bajo y Diego Gómez Dabrio en guitarra. “Ellos son amigos antes que compañeros músicos”, resalta Cesar Frette. “Estamos muy agradecidos a esta Casa. A la Cocina de Peie por recibirnos y atendernos tan bien. Vamos a compartir nuestra música, temas propios y reversión de clásicos chamaceros”.
Los temas en la noche se abren entre Isac, El limpia bancos, Villa Nueva, Merceditas, Correntino, entre otros. Alejandro Mendoza, hijo de Bruno Mendoza, revela un aire de su padre, se acompasa mientras ejecuta el bajo y las yemas de sus dedos se enhebran con las cuerdas de su instrumento.
La noche se hace madura, Cesar Frette saluda a los amigos presentes, a muchos los va nombrado uno por uno, “gracias por acompañarnos esta noche”, resalta. Cuando llegó a la velada Cesar sorprendió a todos por el uso de la muleta, se lesionó jugando al futbol y ahora tiene el tobillo enyesado y se apoya en la muleta para caminar. “Me quise hacer el Maradona”, comenta entre risas.
Después llegaran temas como Cielo gentil, Puerto Corazón y Cómo allá en mi pueblo. Rebalsa el clima y una pausa pone freno a los entusiasmos de media noche. La pausa se hace larga pero las mesas se pueblan de charlas animadas y sonrisas amplias. Cesar ahora vuelve ya con el bandoneón, “hace poco incorporé en bandoneón y esto nos dio otra posibilidad de ampliar el repertorio”, desliza.
El rostro de Cesar Frette se tensa mientas ejecuta el bandoneón. Los sonidos armónicos del bandoneón no lo relajan, hasta que finalmente se mese y se deja llevar por la melodía. La noche brilla con temas como Tras los sueños, O che gente kuera, Niña de ñangapirí, entre tantos otros.
Diego Gómez Dabrio cantó y le puso voz a la noche chamamecera. Una dama se abraza a su caballero y se dejan llevar por la propuesta musical. Cesar Frette bebe un vino y brinda por el chamame y por los presentes. Salud al chamame.
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