Por paulo ferreyra
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"Desde chico siempre estuve metido en torno a los medios. Hacía diario o revista. Después pasé por Buenos Aires haciendo diario. Después vine al Chaco donde hice mucha radio, producción de televisión y después me metí en lo institucional, ahora estoy trabajando en Salud Pública", cuenta Roberto Satina.
Estamos en su casa; a diferencia de otras oportunidades, hoy en la charla ofrece mate. Mate. Roberto Satina está a cargo de las Cátedras de Gráfico I y Gráfico II en la carrera de Licenciatura en Comunicación Social de la Universidad Nacional del Nordeste. Licenciatura que algún día voy a terminar.
"La docencia no estaba en los planes pero surgió", cuenta Roberto y las palabras se suceden como un torrente. "Cuando vine al Chaco me metí en un Terciario y después tuve la oportunidad de ir a Corrientes a la Carrea de Comunicación. Me metí en la docencia en una época donde los sueldos eran más bajos que ahora. Aposté a la docencia y me sumergí en paralelo al periodismo. Esta dualidad me permitió conocer por dentro cómo era la lógica del periodismo, la propiedad de los medios, la economía política de la comunicación, la publicidad oficial, el empresario propietario, entre otras cosas".
-Hiciste docencia en el ámbito privado y en el ámbito público, ¿por qué te quedaste en la universidad pública?
Me quedé en este ámbito porque me engancharon y apasionaron cosas que no encontré en los medios y tampoco lo encontré en la universidad privada. Lo que me seduce de la Universidad Pública es tener la libertad para crear un proyecto propio, tener la libertad de ejecutarlo, tener libertad de expresión y libertad de pensamiento. Me enganchó la libertad de definir qué libro damos y qué libro no damos, me enganchó mucho el uso de la libertad responsable de la Cátedra.
- ¿Por eso te involucraste en la última clase pública?
Me enganché en esto porque sueño con un día vivir de y por la docencia. Es apasionante ejecutar un plan, esta libertad de pensar y expresarte, tratar de que el alumno piense, vuele, me gusta lo áulico y no me gusta lo institucional. No me gustan los cargos institucionales. Me dedico al aula y ahí puedo tener libertad responsable.
Me quedaría a vivir haciendo docencia toda la vida en la Universidad Pública. Ese espacio áulico me atrapa, ahí no tenés patrones ni tenés empleados. Al único que tenés que rendirle cuentas en un modo relativo es al alumno. En este espacio no mandás ni te mandan, no tenés patrón ni empleados. Aquí sólo recomendás hacer trabajos prácticos, si lo hacen bien y si no volverás hasta que un día lo hagan. Este espacio no es privado y no necesito conservarlo al alumno ahí adentro bajo el lema de que “el cliente tiene la razón”.
- Hablaste de libertad responsable; esto también tiene un costado social porque hacer una clase pública tomando una calle tiene toda una carga política. ¿Por qué lo haces?
Sucede que uno está formando profesionales y hay que crear conciencia. Por eso la participación en los paros. Hay tibiezas que después hoy están reflejadas en los periodistas, en los sindicatos; los sueldos de la provincia del Chaco son mejores que Corrientes, por dar un ejemplo. En Corrientes cada diario cierra por su lado la cuestión salarial y todo está ultra dividido. En el Chaco hay paritarias con los tres diarios que después marcan los sueldos de la radio y la televisión.
Uno como docente tiene que crear conciencia. Los jóvenes tienen que saber qué es estar en blanco, ser monotributista, qué significa estar en negro, cuáles son tus derechos.
Sé que no está bien visto que el profesor tome la calle, incluso institucionalmente no está bien que el profesor haga un paro y toma la calle con una clase pública. Pero el profesor tiene que crear conciencia, es necesario que la gente sepa sus derechos y se involucre. Nadie te va a solucionar los problemas, a veces no se soluciona nada con una clase pública pero peor es la inercia, peor es la nada. Yo no creo que uno se merezca lo que gana en primer año como docente.
Leer y producir acá
Roberto Satina es un apasionado por la docencia y el periodismo. La charla se vuelve - al igual que sus parciales en la facultad - a libro abierto, indaga con la mirada y una sonrisa se dibuja en su rostro aunque no muestre los dientes. Confiesa que le gusta el libro Interior de Martín Caparrós. "Lo llevo al aula porque quiero que los chicos lean cosas de acá con temas de acá y de la gente de acá. Entonces la idea es cronicar tu barrio, tu espacio, tu lugar y tu entorno".
El mate sigue circulando, se queja cuando en la última chupada se escarba esa gota de agua que queda en su panza. La tele esta prendida como "un contexto más, como si fuera el sofá o la mesa ratona". Roberto como buen docente tiene la capacidad de irse lejos a veces y después tomar un atajo para volver solo - sin que uno lo llame - y responder sin rodeos.
- Hoy la crónica está en auge con esos elementos que mencionas.
Lo que pasa es que vos podes cronicar tu lugar. Otro ejemplo más cercano que se me ocurre es el libro del “caso Ramoncito” en Corrientes. Es un caso típico de nuevo periodismo. Se puede cronicar acá. Tenemos muchos ejemplos del tipo que escribe, protagoniza y participa del hecho. Hay un compromiso con la escritura y la observación participativa.
Investigar y poner el cuerpo es la lógica del nuevo periodismo. Ojo, no se da en todos los casos. Creo que tiene que haber una simbiosis especial entre el periodista, su formación, su posición político-ideológica y el hecho que aborda. Tiene que ser muy estrecho y sanguíneo el lazo del periodista con el hecho narrado para que demuestre esa cuestión. Los personajes se meten en el hecho y lo cuentan como un nosotros inclusivo dentro del hecho. No es un proceso sencillo porque el periodista no toma todos los hechos con la misma onda. Por ahí cubrís cualquier cosa y por ahí cubrís algo que sí te interesa.
- ¿Cuánto le cambia la lectura a un periodista?
El mate sigue circulando, se queja cuando en la última chupada se escarba esa gota de agua que queda en su panza. La tele esta prendida como "un contexto más, como si fuera el sofá o la mesa ratona". Roberto como buen docente tiene la capacidad de irse lejos a veces y después tomar un atajo para volver solo - sin que uno lo llame - y responder sin rodeos.
Tapa del diario El Litoral - Clase Pública |
- Hoy la crónica está en auge con esos elementos que mencionas.
Lo que pasa es que vos podes cronicar tu lugar. Otro ejemplo más cercano que se me ocurre es el libro del “caso Ramoncito” en Corrientes. Es un caso típico de nuevo periodismo. Se puede cronicar acá. Tenemos muchos ejemplos del tipo que escribe, protagoniza y participa del hecho. Hay un compromiso con la escritura y la observación participativa.
Investigar y poner el cuerpo es la lógica del nuevo periodismo. Ojo, no se da en todos los casos. Creo que tiene que haber una simbiosis especial entre el periodista, su formación, su posición político-ideológica y el hecho que aborda. Tiene que ser muy estrecho y sanguíneo el lazo del periodista con el hecho narrado para que demuestre esa cuestión. Los personajes se meten en el hecho y lo cuentan como un nosotros inclusivo dentro del hecho. No es un proceso sencillo porque el periodista no toma todos los hechos con la misma onda. Por ahí cubrís cualquier cosa y por ahí cubrís algo que sí te interesa.
- ¿Cuánto le cambia la lectura a un periodista?
Le cambia totalmente la cabeza la lectura. Justamente dijo Caparrós hace poco, "no entiendo al periodista que no le interesa leer. No entiendo que alguien quiere ser periodista y no le interesa leer", es una frase sencilla, yo la escuchaba a mi vieja decir estas cosas.
La primera intención en el periodismo tiene que ser la lectura. La lectura de los jóvenes hoy es complicada, es corta, no es papel, es en dispositivo, es Twitter, es Facebook, es un mensaje que no supera las cuatro líneas, pocas palabras mal escritas, es difícil incentivar o motivar a la lectura.
La neurolingüística dice que la comprensión de un texto a los 18 o 19 años si nunca leíste un texto es bastante complicada de realizar. Si vos empezás a leer libros a los 18 o 19 años vas a lograr un nivel analítico universitario, todo pasa por el interés que tengas en sentarte a leer y ocupar el tiempo en la lectura. Con toda la tecnología que tenemos hoy es difícil que la gente se siente a leer dos horas un libro sin que te entre un mensaje, un Watsapp o lo que sea.
- ¿Cómo era en tu época?
En nuestra época “los cucos” - yo me río de esto ahora -, en nuestra época de estudiante el cuco y los estudios científicos estaban destinados a la cantidad de horas que los niños pasaban frente al televisor. Los niños pasan cinco o seis horas frente al televisor, hoy con toda la tecnología quizás sean más sanos que con la televisión. Hoy cambiamos de pantalla, de horas y de contenidos frente a la pantalla digital.
- ¿Entonces el contexto es complicado como antaño pero todo recae en el interés del alumno?
Así es, la cuestión está en el interés que tengan en leer y el contacto del chico con el libro. Es una época complicada y es muy difícil porque muchos estudiantes te lo dicen en primer año: "este es el primer libro que voy a leer". Entonces es muy complicado que el chico así adquiera el amor por la lectura, el hábito por la lectura o por la sabiduría, el amor por saber y conocer. Es complicado para él leer un texto y analizar el libro con un nivel universitario. Muchos pueden leer el libro y comentar verbalmente pero después no lo pueden llevar al texto.
- ¿La baja lectura decanta o revela otras falencias?
Por empezar los problemas más comunes son los errores de ortografía y problemas de redacción. Cuando vos ves la caligrafía ya tenés la sensación de que el proceso de aprendizaje de la caligrafía no fue concluido. Frente a la hoja escrita tenés la sensación de que la caligrafía es tan elemental como la que tenía cuando empezaste a escribir en un papel. En las formas de las letras te das cuenta de estas cosas.
Sucede que un chico que habitualmente escribe en la escuela escribe con mejor caligrafía. Ahora quien no lee no tiene buena caligrafía, la caligrafía es un detalle para nosotros pero lo observamos siempre. De esto se decanta que quien tiene mala caligrafía tiene errores ortográficos y mala redacción, no redacta bien sujeto, verbo y predicado. Al último paso que es el análisis no llega. Con todos esos pasos incompletos el análisis es casi nulo, vacio, no tiene relación de conceptos.
- Con 22 años en la docencia, ¿los problemas siguen siendo los mismos?
Los problemas son siempre los mismos. Pero siempre hay un grupo que estudia, chicos que entran en primer año que escriben bien y que te terminan el parcial completo.
- Por último, en Gráfico II recuerdo que hacías los examen de nivel informativo con noticias nacionales y locales. ¿La lectura académica y la lectura de medios deben ir de la mano en la formación de un periodista?
La lectura académica y la lectura de medios son las que te van a dar de comer. La información local es la que te permite comer y trabajar, ahí volvemos a la tecnología. A los chicos le encanta saber quién juega en el Barcelona y Real Madrid pero no en Ferroviaria y Lipton, Fontana y Don Orione. Seguimos tomando el nivel informativo porque es necesario saber la información local.
Hay gente que le cuesta manejar la información local. Aquí en el Chaco son muy pocos los periodistas locales que manejan la liga chaqueña, y yo los admiro. Porque ellos conocen al 5 de Don Orione, al 8 de Fontana, el cambio que se hizo de arquero; por todas estas cosas uno ve que el periodista está metido en lo que hace. Otros en cambio comentan partidos del Barcelona, o de River y Boca. Pero si yo quiero informarme sobre esos equipos voy a internet y busco al periodista que fue a la cancha. A los chicos les cuesta leer los medios locales y cuesta que sepan de información local. "El noticiero local es una porquería pero el de América es buenísimo", te dicen. Sin embargo con la información local vas a vivir y con eso vas a trabajar. La información local sirve.
Grafico I y Gráfico II
Roberto Satina está al frente de estas Cátedras de Periodismo Gráfico en la Licenciatura en Comunicación Social de la UNNE. En estas Cátedras los nombres de Walsh, Capote, Arlt, Caparros, entre otros, comienzan a ser moneda corriente durante todo el cursado. Después de haber pasado por estas cátedras me motivó conocer los criterios de selección de estos autores. Hubieron muchas llamadas fallidas a su casa, mensajes a celular que se perdieron en la nube y finalmente mensajes por medio de Facebook que lograron concretar la charla. Así nos reunimos un viernes por la tarde. Es difícil describir las risas, el clima distendido y ameno, los interrogantes del entrevistado como si hubiera doble rol posible. Hoy no, hoy sólo uno hace las preguntas.
- ¿Cómo armas las cátedras de Gráfico?
Con Rocío Navarro nos juntamos para planificar la cátedra este año. Nos juntamos dos o tres veces para analizar lo que teníamos del año pasado y qué vamos hacer en el presente año. Nos juntamos para ajustar, queríamos este año ver si manteníamos la estructura de 10 trabajos prácticos y al final terminamos poniendo dos más. Se dan muchos textos en Gráfico.
Ahora Rocío me sacó del eje diariero que tenía la cátedra, el eje prensero y diariero. Ahora pasamos a las revistas, otras cosas en papelería, cosas de la web. Ella es la pata joven de esta cuestión de salir del diario. Este año hemos incorporado a Sebastián Bravo en la cátedra quien está al frente de la dirección de El Litoral Online, esto era algo que los chicos reclamaban sobre periodismo web.
- En la cátedra se dan varios libros de autores reconocidos del periodismo, ¿cuál es el criterio que tienen para seleccionar a esos autores?
En principio están los clásicos que son difícil de bajar y también difícil que los autores nuevos los alcancen. Hay autores como Rodolfo Walsh que tienen un compromiso político, una lucha, una vida, donde te permiten analizar no solo sus libros sino también analizar su vida y el contexto socio político que vivía la Argentina, América latina y el mundo. Con este autor podes hacer un gran análisis, ahora quizás suena a viejo lo que voy a decir pero no veo hoy autores nuevos con ese compromiso.
Entre los intocables están Truman Capote, quien no tiene un compromiso político pero tiene un pluma y un texto de nuevo periodismo muy bueno. También está Roberto Arlt con su veta literaria periodística.
- Entonces tenemos a los intocables y los que no entran ahí; estos últimos ¿cómo juegan?
Después hay como una segunda línea donde están Bayer, Soriano, Galeano, Gelman, entre otros. Caparrós también está presente. Ahora hemos introducido a Kapuscinski y a Darío Jaramillo con su libro de 50 crónicas de cronistas latinoamericanos.
El criterio es altamente subjetivo. Esta subjetividad está justificada y cada vez que hablamos de ellos tenemos una enorme cantidad de datos para justificarlos y sostenerlos desde esa visión subjetiva y sesgada según la opinión que tenemos nosotros. Todo esto lo charlamos mucho con Rocío y ella me hizo leer a cronistas más jóvenes como Cristian Alarcón, los cronistas de Anfibia, entre muchos otros nombres que llegaron de la mano de Rocío. Además hemos sumado a cronistas locales como Bruno Martínez Miño. La lista de nombres es larga.
- ¿En esa lista dónde estuvo Tomas Eloy Martínez?
Tomas Eloy Martínez está en la línea de articulista y no de cronista. Habíamos hecho un apunte con las contratapas de Página 12 y ahí estaba Tomas Eloy Martínez. Sus artículos son texto ya de un periodismo más maduro y de gente muy formada. Ya no se ven hoy esos articulistas.
En cambio el cronista es más de gente joven que anda por la calle. Hoy la onda y la ola viene por la crónica. La crónica de perfil y de lugar. El artículo quedó de viejo y al joven no lo engancha.
- ¿Qué engancha a los jóvenes?
A los jóvenes lo engancha el periodista observador, el periodista en movimiento y en la calle. Hoy al joven le gusta la crónica, le gusta que también se hable de gente joven, que esté vivo; eso es de los jóvenes.
- ¿Hemingway entró en algún momento en esa consideración?
Nunca entró. Tenemos muy pocos extranjeros. Además tenemos dos cátedras nada más, no podemos hacer un doctorado en letras. A Hemingway lo vi en otras cátedras en la Universidad de la Plata pero en una pata que nos falta aquí en Corrientes que es literatura y periodismo. Hemingway está más cercano de la literatura que al periodismo.
La primera intención en el periodismo tiene que ser la lectura. La lectura de los jóvenes hoy es complicada, es corta, no es papel, es en dispositivo, es Twitter, es Facebook, es un mensaje que no supera las cuatro líneas, pocas palabras mal escritas, es difícil incentivar o motivar a la lectura.
La neurolingüística dice que la comprensión de un texto a los 18 o 19 años si nunca leíste un texto es bastante complicada de realizar. Si vos empezás a leer libros a los 18 o 19 años vas a lograr un nivel analítico universitario, todo pasa por el interés que tengas en sentarte a leer y ocupar el tiempo en la lectura. Con toda la tecnología que tenemos hoy es difícil que la gente se siente a leer dos horas un libro sin que te entre un mensaje, un Watsapp o lo que sea.
- ¿Cómo era en tu época?
En nuestra época “los cucos” - yo me río de esto ahora -, en nuestra época de estudiante el cuco y los estudios científicos estaban destinados a la cantidad de horas que los niños pasaban frente al televisor. Los niños pasan cinco o seis horas frente al televisor, hoy con toda la tecnología quizás sean más sanos que con la televisión. Hoy cambiamos de pantalla, de horas y de contenidos frente a la pantalla digital.
- ¿Entonces el contexto es complicado como antaño pero todo recae en el interés del alumno?
Así es, la cuestión está en el interés que tengan en leer y el contacto del chico con el libro. Es una época complicada y es muy difícil porque muchos estudiantes te lo dicen en primer año: "este es el primer libro que voy a leer". Entonces es muy complicado que el chico así adquiera el amor por la lectura, el hábito por la lectura o por la sabiduría, el amor por saber y conocer. Es complicado para él leer un texto y analizar el libro con un nivel universitario. Muchos pueden leer el libro y comentar verbalmente pero después no lo pueden llevar al texto.
- ¿La baja lectura decanta o revela otras falencias?
Por empezar los problemas más comunes son los errores de ortografía y problemas de redacción. Cuando vos ves la caligrafía ya tenés la sensación de que el proceso de aprendizaje de la caligrafía no fue concluido. Frente a la hoja escrita tenés la sensación de que la caligrafía es tan elemental como la que tenía cuando empezaste a escribir en un papel. En las formas de las letras te das cuenta de estas cosas.
Sucede que un chico que habitualmente escribe en la escuela escribe con mejor caligrafía. Ahora quien no lee no tiene buena caligrafía, la caligrafía es un detalle para nosotros pero lo observamos siempre. De esto se decanta que quien tiene mala caligrafía tiene errores ortográficos y mala redacción, no redacta bien sujeto, verbo y predicado. Al último paso que es el análisis no llega. Con todos esos pasos incompletos el análisis es casi nulo, vacio, no tiene relación de conceptos.
- Con 22 años en la docencia, ¿los problemas siguen siendo los mismos?
Los problemas son siempre los mismos. Pero siempre hay un grupo que estudia, chicos que entran en primer año que escriben bien y que te terminan el parcial completo.
- Por último, en Gráfico II recuerdo que hacías los examen de nivel informativo con noticias nacionales y locales. ¿La lectura académica y la lectura de medios deben ir de la mano en la formación de un periodista?
La lectura académica y la lectura de medios son las que te van a dar de comer. La información local es la que te permite comer y trabajar, ahí volvemos a la tecnología. A los chicos le encanta saber quién juega en el Barcelona y Real Madrid pero no en Ferroviaria y Lipton, Fontana y Don Orione. Seguimos tomando el nivel informativo porque es necesario saber la información local.
Hay gente que le cuesta manejar la información local. Aquí en el Chaco son muy pocos los periodistas locales que manejan la liga chaqueña, y yo los admiro. Porque ellos conocen al 5 de Don Orione, al 8 de Fontana, el cambio que se hizo de arquero; por todas estas cosas uno ve que el periodista está metido en lo que hace. Otros en cambio comentan partidos del Barcelona, o de River y Boca. Pero si yo quiero informarme sobre esos equipos voy a internet y busco al periodista que fue a la cancha. A los chicos les cuesta leer los medios locales y cuesta que sepan de información local. "El noticiero local es una porquería pero el de América es buenísimo", te dicen. Sin embargo con la información local vas a vivir y con eso vas a trabajar. La información local sirve.
Grafico I y Gráfico II
Roberto Satina está al frente de estas Cátedras de Periodismo Gráfico en la Licenciatura en Comunicación Social de la UNNE. En estas Cátedras los nombres de Walsh, Capote, Arlt, Caparros, entre otros, comienzan a ser moneda corriente durante todo el cursado. Después de haber pasado por estas cátedras me motivó conocer los criterios de selección de estos autores. Hubieron muchas llamadas fallidas a su casa, mensajes a celular que se perdieron en la nube y finalmente mensajes por medio de Facebook que lograron concretar la charla. Así nos reunimos un viernes por la tarde. Es difícil describir las risas, el clima distendido y ameno, los interrogantes del entrevistado como si hubiera doble rol posible. Hoy no, hoy sólo uno hace las preguntas.
- ¿Cómo armas las cátedras de Gráfico?
Con Rocío Navarro nos juntamos para planificar la cátedra este año. Nos juntamos dos o tres veces para analizar lo que teníamos del año pasado y qué vamos hacer en el presente año. Nos juntamos para ajustar, queríamos este año ver si manteníamos la estructura de 10 trabajos prácticos y al final terminamos poniendo dos más. Se dan muchos textos en Gráfico.
Ahora Rocío me sacó del eje diariero que tenía la cátedra, el eje prensero y diariero. Ahora pasamos a las revistas, otras cosas en papelería, cosas de la web. Ella es la pata joven de esta cuestión de salir del diario. Este año hemos incorporado a Sebastián Bravo en la cátedra quien está al frente de la dirección de El Litoral Online, esto era algo que los chicos reclamaban sobre periodismo web.
- En la cátedra se dan varios libros de autores reconocidos del periodismo, ¿cuál es el criterio que tienen para seleccionar a esos autores?
En principio están los clásicos que son difícil de bajar y también difícil que los autores nuevos los alcancen. Hay autores como Rodolfo Walsh que tienen un compromiso político, una lucha, una vida, donde te permiten analizar no solo sus libros sino también analizar su vida y el contexto socio político que vivía la Argentina, América latina y el mundo. Con este autor podes hacer un gran análisis, ahora quizás suena a viejo lo que voy a decir pero no veo hoy autores nuevos con ese compromiso.
Entre los intocables están Truman Capote, quien no tiene un compromiso político pero tiene un pluma y un texto de nuevo periodismo muy bueno. También está Roberto Arlt con su veta literaria periodística.
- Entonces tenemos a los intocables y los que no entran ahí; estos últimos ¿cómo juegan?
Después hay como una segunda línea donde están Bayer, Soriano, Galeano, Gelman, entre otros. Caparrós también está presente. Ahora hemos introducido a Kapuscinski y a Darío Jaramillo con su libro de 50 crónicas de cronistas latinoamericanos.
El criterio es altamente subjetivo. Esta subjetividad está justificada y cada vez que hablamos de ellos tenemos una enorme cantidad de datos para justificarlos y sostenerlos desde esa visión subjetiva y sesgada según la opinión que tenemos nosotros. Todo esto lo charlamos mucho con Rocío y ella me hizo leer a cronistas más jóvenes como Cristian Alarcón, los cronistas de Anfibia, entre muchos otros nombres que llegaron de la mano de Rocío. Además hemos sumado a cronistas locales como Bruno Martínez Miño. La lista de nombres es larga.
- ¿En esa lista dónde estuvo Tomas Eloy Martínez?
Tomas Eloy Martínez está en la línea de articulista y no de cronista. Habíamos hecho un apunte con las contratapas de Página 12 y ahí estaba Tomas Eloy Martínez. Sus artículos son texto ya de un periodismo más maduro y de gente muy formada. Ya no se ven hoy esos articulistas.
En cambio el cronista es más de gente joven que anda por la calle. Hoy la onda y la ola viene por la crónica. La crónica de perfil y de lugar. El artículo quedó de viejo y al joven no lo engancha.
- ¿Qué engancha a los jóvenes?
A los jóvenes lo engancha el periodista observador, el periodista en movimiento y en la calle. Hoy al joven le gusta la crónica, le gusta que también se hable de gente joven, que esté vivo; eso es de los jóvenes.
- ¿Hemingway entró en algún momento en esa consideración?
Nunca entró. Tenemos muy pocos extranjeros. Además tenemos dos cátedras nada más, no podemos hacer un doctorado en letras. A Hemingway lo vi en otras cátedras en la Universidad de la Plata pero en una pata que nos falta aquí en Corrientes que es literatura y periodismo. Hemingway está más cercano de la literatura que al periodismo.
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