martes, 4 de julio de 2017

“Hemos sentido la calidez del público y eso nos devolvió mucha energía”

El sábado último la Orquesta Sinfónica dependiente del Instituto de Cultura de la Provincia de Corrientes realizó una presentación novedosa en contacto directo con el público en el Teatro Oficial Juna de Vera. La propuesta musical en esta ocasión propuso un recorrido por la sonoridad del Renacimiento al Barroco. En este nota un breve repaso por algunos testimonios que dejaron este concierto de la mano de la maestra Andrea Fusco, Adriana Verónica Sargenti, Juanchi Cardozo, Griselda Copani y Alejandro Bendersky

paulo ferreyra
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La fricción del arco con las cuerdas. Algunas voces tímidas pidiendo permiso y esquivando la posición de los músicos de la Orquesta Sinfónica fue la ante sala del concierto. El sábado último los espectadores vivieron algo único en la apertura de esta quinta presentación de la Orquesta Sinfónica, dependiente de la dirección de Artes Escénica, Música y Artes Audiovisuales del Instituto de Cultura.

Cuatro chelista recibían a los espectadores con obras Johann Pachelbell, Luis de Narvaez, Gaspar Sanz. Absortos al comienzo, después se movieron entre la fascinación, el asombro y el deleite por la música.



“Tengo muchos nervios. Este será un concierto diferente y estoy más expuesta con el violín”, desliza antes del inicio de la velada una violinista vestida de negro impecable, el pelo recogido a los costados y el resto suelto besando sus hombros. Llevaba una amplia sonrisa blanca. Sobre el filo del inicio de la velada llegan familias, amigos, público en general. Parte del público habitué de la Orquesta ya tiene su lugar fijo, determinada fila y butaca en la ancha platea del Teatro.

Pasada las 21.30 comenzó el concierto. “Esta es una propuesta distinta de la Orquesta Sinfónica de la Provincia de Corrientes. Esto está inspirado en el maestro Claudio Monteverdi. Este año se cumplen 400 años de su natalicio. Fue un compositor paradigmático para la historia de la música. Allá por el año 1607 presentó esta obra titulada L’Orfeo, es la opera más antigua que se conserva”, explicó la maestra Andrea Fusco.

“En este concierto hemos propuesta no solo la música sino también invitarlos a sumergirse en los conceptos de la música de aquella época. La música tenía funcionalidad. Así como cuando entraron en la sala hoy había músicos que los recibieron mientras ustedes se disponían en sus asientos. En aquella época las orquestas tocaban para diferentes momentos de la vida. En este concierto van a ver a los músicos de la Orquesta cumpliendo diferentes roles, mucha música de cámara en la noche de hoy y espero que disfruten de esta propuesta”, resaltó Fusco y dio unos pasos al costado. La música regó las emociones en una noche totalmente diferente.

Al finalizar parte de la propuesta musical o un tema los utileros entraban en escena para disponer los movimientos de los músicos. Vestidos de negro, sobrios, sin sonrisa en el rostro ordenaban todo en un parpadear, así iban Juan Pablo Alfonso y Gonzalo Naranjo. El copista y parte responsable de esta propuesta de la Orquesta, Osvaldo Buscos, se paseaba por los pasillo u observaba de píe en la última fila de la platea.

El público se mostró sorprendido y acompañó cada nueva propuesta de la orquesta. Al finalizar el músico Juanchi Cardozo expresó que esta propuesta fue muy interesante porque el trabajo en sí de la orquesta es un trabajo de cámara. “Por lo general se trabaja por familias y después se ensambla todo. Por ejemplo, en el festival de Lucerna el director Claudio Abbado había convocado a muchos músicos de distintos países y hacía un gran festival. Cuando uno escucha hay muchos músicos de distintas orquestas pero se ensamblan y hacen una sola orquesta. El fin es un gran ensamble de música de cámara. Acá hicimos algo parecido separando las distintas familias para mostrar el trabajo. El repertorio giró en torno a la música renacentista y barroca. Creo que fue una gran propuesta y algo nuevo que hicimos con la Orquesta”, destacó.

Entre los chelistas que recibieron al público estuvo Alejandro Bendersky. “Fue algo extraño. Por momentos era incómodo porque la gente pasaba a nuestro lado y nos desconcentraba”, explicó en los pasillos del Teatro Vera. “De todos modos fue muy buena la propuesta porque sentimos que la gente estaba entre la música y sentimos que la gente disfrutaba de ese momento. Fue la primera vez que me tocó hacer algo así entre el público. Cuando surgió en los ensayos nos pareció muy buena idea. Estas cosas vienen bien a la propuesta de la Orquesta no solo en la forma sino también en la selección del repertorio. Creo que es enriquecedor para nosotros también trabajar otros periodos y se aprende mucho más de la riqueza de la música”, subrayó Bendersky.

Entre los condimentos que tuvo esta presentación de la Orquesta Sinfónica fue las voces, una de ellas, la voz de Griselda Copani volvió a cargar de luz y sentido distintos momentos del repertorio. “La verdad es que fue algo nuevo para mí. Esto fue mucho más exigente porque había que cuidar mucho la afinación. Me sentí muy a gusto pero estaba muy comprometida con la música que se propuso en esta ocasión. El clima que se creo fue un plus importante para poder llevar a delante cada momento. Creo que es significativo que la gente conozca lo que fuimos heredando a través de los tiempos musicalmente y esta fue una oportunidad para conocer la herencia de la música”.

“La propuesta de los músicos tocando en el ingreso de la sala me pareció muy original. Recibir así al público es algo fabuloso. Los músicos toman otro contacto con la gente y esto es muy importante. La directora nos da las posibilidades de trabajar con nuestras fortalezas. Yo nunca había trabajado con obras de Claudio Monteverdi pero me sentí muy bien. El hecho de estar preocupada por la afinación tiene relación con la música. Todas las música deben sonar bien pero esta música tiene que sonar pura y bella porque aquí se vuelve a los cánones de belleza donde todo está medido”, explicó Copani.

Por último la pianista invitada Adriana Verónica Sargenti manifestó que fue un placer acompañar a la Orquesta Sinfónica. “Fui invitada para este concierto y toqué como refuerza. Toqué el teclado en función de clave. El ambiente fue maravilloso y fue un placer enorme poder participar de este concierto. Hemos sentido la calidez del público y eso nos devolvió mucha energía. Este concierto fue distinto a todo lo que uno hace y nos sentimos más cerca del público”, concluyó.




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