Semanas atrás estuvieron de gira por el litoral Matías Arriazu y Cecilia Palh. “Esta gira fue una experiencia maravillosa. Se ordenaron los planetas y pudimos visitar esta región tan entrañable para nosotros”, expresaron. Aquí, parte de lo que dejó una de sus presentaciones en Nanas Suena Bien, en Resistencia, Chaco, además de su participación en el 8º Festival de Invierno de Chamamé en Corrientes.
por paulo Ferreyra
[email protected]
La magia de Nanas Suena Bien se multiplica durante el año por su cartelera artística, además por sus colores de madera, sus portalápices, las hojas blancas para dibujar, rayar, escribir, pintar o soñar. El sonido en la noche es dulce, llega amable en cada rincón y sólo se apaga cuando en una mesa se encienden charlas resueltas.
“¿Vos viniste a verla a ella? —pregunta. Hay mucha gente que vino a verte a vos nomás. Ahí está mi viejo que también vino a verte. ¿Alguien vino a verme a mí?”, chanceó Matías Arriazu, en tono animado en medio de una pausa. Él lleva una sonrisa de plata, mientras sus dedos pasean por el diapasón, sonríe con los labios y en otros momentos muestra su dentadura blanca.
El repertorio sigue entre canciones de Ramón Ayala como Irupé, Volver en un cuento, Antiguo Barracón. Entre otros temas también llegarán melodías de Sebastián Macchi, Coqui Ortiz y un inédito compuesto por Germán y Matías Arriazu.
La voz de Ceciclia Palh se columpia y se extiende como un río torrentoso que va abriendo sensaciones coloridas en el público. Antes de cada tema nos introduce en ese remanso de canción litoraleña. “Volver en un cuento” es un retrato y un homenaje que hizo Ramón Ayala a Horacio Quiroga. “Es una canción muy emotiva. Me gusta mucho cantarla y me parece que a Matías también le gusta mucho tocarlo. Ojalá les haya gustado”, deslizó, y los acordes acariciaron el ambiente. “Por el monte, por el duende, por la tierra, por la muerte, por él”“, rezó en un fragmento la canción y la noche se inundó de verde.
En cada mesa de Nanas hay un portalápices, en la mía están el verde, el rojo, el azul, también rosa, negro, amarillo y celeste. Mientras el pulso intenta plasmar algo en el papel, las cuerdas de nylon son una caricia afectuosa, una mano tendida. Matías hace magia o despierta fascinación, en ese vaivén se mueve. Con la canción de El Cosechero el público se anima en el estribillo y cantan todos. “Bravo. Bravo. Bravo”, se alzan las voces entusiastas sobre el final de la canción.
Homenaje a Nini Flores
Antes de presentar esta canción de homenaje, Cecilia Palh cuenta que fue compuesta por Germán y Matías Arriazu. “Aquí en esta poesía está plasmado un homenaje al entrañable músico y persona que todos sentimos que nos haya dejado”, desliza.
Por su parte, Matías expresó que Nini fue un gran amigo y un gran maestro. “Se fue muy rápido. Tuve la suerte de tocar y viajar con él. Encontré en su persona un ser muy musical, todo le salía bien y era realmente un músico extraordinario”, concluye al tiempo que afina su guitarra y la melodía comienza abrirse en el recuerdo del entrañable acordeonista. “A dónde van las notas que hallamos en el alma, tejidas por tus manos”, canta Cecilia Palh y la piel comienza a erizarse.
“Otra, otra, otra, una más”, exclamaban a viva voz los presentes entre aplausos. Pasó rápido el tiempo y uno se queda con la boca seca y quiere un poco más. “En realidad nosotros no tenemos bises, así que vamos a repetir una canción”, desliza Matías y las sonrisas se encienden.
“Hacer esta gira fue como tocar en casa”
“Tocar en esta región es como tocar en casa. Volver a mi lugar. Estoy contentísimo y sobre todo volver con una amiga que comprende esta música del litoral. Fue una experiencia muy linda visitar Santa Fe, Chaco y Corrientes. Hacía bastante que no hacíamos una gira”, cuenta un día después Matías Arriazu detrás de escena en el Teatro Vera de Corrientes.
El dúo además de tocar en Nanas también participó del Festival Chamamé de Invierno en Corrientes. “Esta gira fue una experiencia maravillosa, se ordenaron los planetas y pudimos estar visitando esta región tan entrañable para nosotros. En las giras se produce una intimidad muy grande y un aprendizaje entre los músicos porque estamos compartimos mucho más que la música”, agregó Cecilia Palh.
Sobre la canción que compusieron German y Matías Arriazu a Nini Flores, el músico expresa que el fallecimiento de este fue un sacudón muy grande. “Nadie se esperaba esta partida. Él estaba muy bien y estaba haciendo un montón de cosas. Entonces esta canción nace del dolor, de la amistad, de esta pérdida repentina.
Primero surgió en mí la melodía de manera espontánea, salió de una y después le conté la situación a mi hermano e hicimos juntos la letra. Él tuvo una idea y me pareció muy buena. En la canción es como si Nini le cantara a Rudi, su hermano, simplemente intentamos hacer este homenaje. Es difícil tocarlo”, confiesa Matías.
Por último Arriazu y Palh cuentan que se viene un disco del dúo. “Vamos hacer un disco con esta formación porque este es el momento. Hace tiempo que salimos a tocar juntos y estamos en el punto justo”, cuentan. La libertad cobra significado aquí, la libertad se ensancha entre las voces y los acordes de este dúo del litoral.
por paulo Ferreyra
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La magia de Nanas Suena Bien se multiplica durante el año por su cartelera artística, además por sus colores de madera, sus portalápices, las hojas blancas para dibujar, rayar, escribir, pintar o soñar. El sonido en la noche es dulce, llega amable en cada rincón y sólo se apaga cuando en una mesa se encienden charlas resueltas.
Cecilia Pahl y Matías Arriazu. Foto Marieth Ledesma |
“¿Vos viniste a verla a ella? —pregunta. Hay mucha gente que vino a verte a vos nomás. Ahí está mi viejo que también vino a verte. ¿Alguien vino a verme a mí?”, chanceó Matías Arriazu, en tono animado en medio de una pausa. Él lleva una sonrisa de plata, mientras sus dedos pasean por el diapasón, sonríe con los labios y en otros momentos muestra su dentadura blanca.
El repertorio sigue entre canciones de Ramón Ayala como Irupé, Volver en un cuento, Antiguo Barracón. Entre otros temas también llegarán melodías de Sebastián Macchi, Coqui Ortiz y un inédito compuesto por Germán y Matías Arriazu.
La voz de Ceciclia Palh se columpia y se extiende como un río torrentoso que va abriendo sensaciones coloridas en el público. Antes de cada tema nos introduce en ese remanso de canción litoraleña. “Volver en un cuento” es un retrato y un homenaje que hizo Ramón Ayala a Horacio Quiroga. “Es una canción muy emotiva. Me gusta mucho cantarla y me parece que a Matías también le gusta mucho tocarlo. Ojalá les haya gustado”, deslizó, y los acordes acariciaron el ambiente. “Por el monte, por el duende, por la tierra, por la muerte, por él”“, rezó en un fragmento la canción y la noche se inundó de verde.
En cada mesa de Nanas hay un portalápices, en la mía están el verde, el rojo, el azul, también rosa, negro, amarillo y celeste. Mientras el pulso intenta plasmar algo en el papel, las cuerdas de nylon son una caricia afectuosa, una mano tendida. Matías hace magia o despierta fascinación, en ese vaivén se mueve. Con la canción de El Cosechero el público se anima en el estribillo y cantan todos. “Bravo. Bravo. Bravo”, se alzan las voces entusiastas sobre el final de la canción.
Homenaje a Nini Flores
Antes de presentar esta canción de homenaje, Cecilia Palh cuenta que fue compuesta por Germán y Matías Arriazu. “Aquí en esta poesía está plasmado un homenaje al entrañable músico y persona que todos sentimos que nos haya dejado”, desliza.
Por su parte, Matías expresó que Nini fue un gran amigo y un gran maestro. “Se fue muy rápido. Tuve la suerte de tocar y viajar con él. Encontré en su persona un ser muy musical, todo le salía bien y era realmente un músico extraordinario”, concluye al tiempo que afina su guitarra y la melodía comienza abrirse en el recuerdo del entrañable acordeonista. “A dónde van las notas que hallamos en el alma, tejidas por tus manos”, canta Cecilia Palh y la piel comienza a erizarse.
“Otra, otra, otra, una más”, exclamaban a viva voz los presentes entre aplausos. Pasó rápido el tiempo y uno se queda con la boca seca y quiere un poco más. “En realidad nosotros no tenemos bises, así que vamos a repetir una canción”, desliza Matías y las sonrisas se encienden.
“Hacer esta gira fue como tocar en casa”
“Tocar en esta región es como tocar en casa. Volver a mi lugar. Estoy contentísimo y sobre todo volver con una amiga que comprende esta música del litoral. Fue una experiencia muy linda visitar Santa Fe, Chaco y Corrientes. Hacía bastante que no hacíamos una gira”, cuenta un día después Matías Arriazu detrás de escena en el Teatro Vera de Corrientes.
El dúo además de tocar en Nanas también participó del Festival Chamamé de Invierno en Corrientes. “Esta gira fue una experiencia maravillosa, se ordenaron los planetas y pudimos estar visitando esta región tan entrañable para nosotros. En las giras se produce una intimidad muy grande y un aprendizaje entre los músicos porque estamos compartimos mucho más que la música”, agregó Cecilia Palh.
Sobre la canción que compusieron German y Matías Arriazu a Nini Flores, el músico expresa que el fallecimiento de este fue un sacudón muy grande. “Nadie se esperaba esta partida. Él estaba muy bien y estaba haciendo un montón de cosas. Entonces esta canción nace del dolor, de la amistad, de esta pérdida repentina.
Primero surgió en mí la melodía de manera espontánea, salió de una y después le conté la situación a mi hermano e hicimos juntos la letra. Él tuvo una idea y me pareció muy buena. En la canción es como si Nini le cantara a Rudi, su hermano, simplemente intentamos hacer este homenaje. Es difícil tocarlo”, confiesa Matías.
Por último Arriazu y Palh cuentan que se viene un disco del dúo. “Vamos hacer un disco con esta formación porque este es el momento. Hace tiempo que salimos a tocar juntos y estamos en el punto justo”, cuentan. La libertad cobra significado aquí, la libertad se ensancha entre las voces y los acordes de este dúo del litoral.