Jorge Mazzochi, Sebastián Arena y Hernán Gigena partieron días atrás en kayak desde El Pintado, Chaco, para llegar hasta Tigre, provincia de Buenos Aires. “Esto nace porque somos navegantes y estamos en contra de las represas. Estamos a favor de todas las cuencas libres y de los ríos limpios sin contaminarse. Queremos sus especies nativas en conservación y vivas. Queremos que las culturas humanas que rodean las cuencas estén a salvo. Uno ve muchas fundaciones que hablan de conservación y que hablan de salvar especies. Sin embargo, no se habla de salvar nuestra propia especie humana acechada por muchos patrones. Tenemos que ser una sociedad pluricultural. La diversidad es sana para todos”, explicó en comunicación telefónica Jorge.
por Paulo Ferreyra
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Esta travesía por las cuencas libres tiene un antecedente: la primera la hicieron en 2012, fue de 1450 kilómetros; partieron desde el Salto del Moconá de la localidad de El Soberbio, Misiones. Hicieron la navegación en kayak por el río Uruguay hasta Buenos Aires.
En esta ocasión partieron desde El Pintado, “un poco más arriba del Parque Nacional El Impenetrable. Navegamos por el río Bermejo, desembocamos en el Paraguay y después seguimos por el Paraná desde Corrientes hasta Buenos Aires. Esta travesía implica un recorrido de dos mil kilómetros”, cuentan.
“El río Paraná en América del Sur es el más importante después del Amazonas. La travesía abarca tres ríos con características muy distintas entre sí”, explica. Días atrás habían pasado por el Barrio San Pedro Pescador. En el trayecto van tomando fotos con sus celulares y también con cámaras profesionales.
Aves argentinas
“Nuestra intención es hacer un registro de las aves de la zona. Vamos tomando fotos para registrar todo lo que podemos, además estamos escribiendo un diario de viaje. Cuando lleguemos a Buenos Aires vamos hacer una presentación en Aves Argentinas, una institución histórica que promueve tanto el avistaje de aves como también su conservación”, comenta Jorge mientras se escucha del otro lado del teléfono cómo sorbe un mate.
En la travesía del monte chaqueño no encontraron muchos habitantes en las cosas. En los lugares donde hicieron noche, cuentan que los han recibido muy bien. “Hemos recibido apoyo de la gente. Estamos remando entre 60 y 70 kilómetros por día y recibir agua caliente para el mate ya es muy importante. Entre 20 y 25 días esperamos poder llegar al Delta del Paraná”, amplían.
Una fundación que trabaja en conservación en El Pintado los acercó a los jóvenes hasta el lugar para que sea el punto de partida. Un kayak viajó desde Villa La Angostura hasta El Impenetrable. Es una odisea grande desde la logística. Todo es a pulmón, sin espónsor, sin más pretensiones que los ríos libres. Es un reclamo por la pluriculturalidad de la vida”, concluye Jorge.
El Bermejo, una potente biodiversidad
“El río Bermejo entre Chaco y Formosa cuenta con muchísima biodiversidad casi sin habitantes en sus costas. En algunos sectores con habitantes originarios como Wichí, Qom y Pilagá. En toda la cuenta hay mucha fauna. Es un río muy rápido. El mismo corre casi 15 kilómetros por hora. Hay muchas curvas y contra curvas”, cuenta Jorge, quien junto a Sebastián y Hernán emprendieron esta aventura que también es conocimiento.
“El río Bermejo tiene grandes peculiaridades. Es el río más denso del mundo. Tiene muchas partículas en suspensión, el sedimento que viene desde la cordillera de Los Andes, desde Bolivia, pasando por Jujuy y Salta, cuando encuentra el nivel cero en el Delta forma una máquina perfecta. Es un río muy potente. Esto merece ser conocido y puesto en valor”, subrayan.
“Durante nuestro recorrido, desde la costa del Chaco pudimos observar muchos árboles como algarrobo, espinillo, además hay tapires, surubíes, yacarés; todo es magnífico y gigante. Hay mucha diversidad. También tenemos muchos mosquitos, nos cubrimos la cara porque con los repelentes no alcanza. Por momentos parece un ambiente inhumano. Hay muchos bichos, además de troncos que vienen en el río muy grandes en algunos casos; troncos que vienen flotando como si fueran una embarcación más, y que si llegan a pegarle al bote pueden dañarlo. También se encuentran yararás y otras víboras que si te pican, tenés hasta tres o cuatro horas para llegar a un puesto sanitario. Es un riesgo grande que corrimos pero salimos adelante”, relata con fruición Jorge. En ese torrente uno también puede ver aquella travesía por el Bermejo narrada en su momento por Guido Miranda.
“Haroldo Conti fue un apasionado por los ríos”
La Casa Museo de Haroldo Conti está ubicada en el Delta, a pocos minutos de la Estación Fluvial de Tigre. Allí pueden verse libros, instrumentos de navegación, cuadros y otras reliquias del novelista. El museo posee dos espacios destinados al conocimiento de la vida de Conti, sus ideas y sus textos: el Rincón del Escritor y la Biblioteca de la Memoria. El museo se fundó en 2009 al cumplirse el 33° aniversario de su secuestro durante la última dictadura militar.
“El final del viaje está pensado en el Tigre, en la Casa Museo Haroldo Conti. Él fue un escritor navegante y apasionado por los ríos. Sebastián Arena es de ahí, y para nosotros es simbólico cerrar esta travesía por los Ríos Libres en su casa”, concluye Jorge.