Por Paulo Ferreyra
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En un momento la música se apaga. Desde muy temprano una gran pared blanca revelaba imágenes que jugaban entre la portada del libro y distintas fusiones de ambiente natural. Mientras afuera ya ganó la noche con su manto oscuro, aquí algunos siguen tomando mate al tiempo que otros ya destapan un vino o una cerveza. Hay en el aire sonrisas encendidas, Julieta ríe fuerte, vivas, feliz. El salón del primer piso de El Mariscal tiene paredes grises, en algún tiempo fueron blancas, las luces se apaga en los rincones mientras las miradas de los presentes se cruzan y se encienden.
En tanto aguardamos la presentación el tiempo corre, algunos parecen abstraídos con sus celulares y otros se prenden en charlas entusiastas. En el ambiente todo está preparado para la presentación del libro: micrófono, libros distribuidos prolijamente en una mesa, tres vasos y tres botellas de agua que aún traspiran. Sin embargo, la autora del poemario y sus invitados poetas nunca usarán esa mesa, recorrerán distintos espacios para dialogar a través de la poesía.
La voz de Julieta Ramos arremete en el ambiente, se escucha altiva, potente, clara. Después se percibe como el quejido de una silla que se arrastra por el piso de madera, un sonido grave que empuja y se va llevando miradas, cuerpos, la atención de todos. Desde la alfombra de madera, la voz de Tony Zalazar se alza en versos dedicados a la obra poética de Julieta. Ella también lo busca con la mirada y sonríe, elegante, soñadora, tímida. Su rostro al fin parece ruborizarse tras los grandes ojos negros.
"Julieta elige las palabras con los ojos, y con la boca se lleva los sentidos. Mariposa que esparce en versos el vértigo del mundo", son algunos de las palabras que sigue lanzando Tony ahora desde otro lugar, mutando a cada instante mientras su voz cabalga entre el público. Parado en una silla, acostado, sentado, si pudiera a lo Kafka nos miraría a todos desde el techo.
“Escribo desde muy chica, no pensando en un libro, sino que escribo constantemente. Este libro surgió gracias a la intervención de Tete Romero quien hizo posible la publicación por medio de la Editorial Contexto. Tete había leído parte de mi obra y me sugirió que preparara el material para un libro de poesía. Así empecé a producir este libro”, explica Julieta.
“Revisé todo lo que tenía acumulado desde hace dos años, hice una selección y miré qué podía decir a través de esos textos. Fue un trabajo muy fino. Ahí me di cuenta de que había un hilo y fue así como surgió el libro”, cuenta.
Después del cruce poético de Julia con Tony, llegó otro diálogo con Alicia Marina Rossi. El título del libro, Disculpe las molestias, sale de una frase que decía: "me estoy construyendo, disculpen las molestias. Me estoy construyendo, esa es la idea”, relata Julieta; por un instante borra su sonrisa y se pone seria. “Uno de los poemas del libro contiene esa idea, el cambio es lo único permanente en la vida y me permite construirme, así que me estoy construyendo, disculpen las molestias. Estoy cambiando. El libro tiene ese concepto en general. Hay poemas que surgieron en diferentes momentos, pero están atravesados por esta construcción”.
“La poesía siempre fue un lenguaje natural para mí. Siempre estuve muy estimulada con los libros, aprendí a leer desde muy, muy pequeña. Leer me hizo o me empuja también a expresarme, tengo necesidad de expresarme por medio de las palabras. Un día me dijeron ‘eso que estás haciendo es poesía’. Desde ahí empecé a explorar más y este es el lugar donde me gusta moverme. En la poesía soy yo”, subraya y una mueca ilumina su rostro al tiempo que vuelve a dibujarse una mueca risueña.
“Necesidad ineludible de escribir”
“Creo que en general y lo más auténtico de la escritura surge de un estado de trance. Uno no sabe muy bien de dónde viene. Incluso parece una voz que llega y se hace poesía. En ese momento surge la necesidad ineludible de escribir. Cuando estás en ese trance sos un instrumento, nada más, algo que llega y hay algo que sale. Después no lo adorno mucho o no busco ponerle muchas palabras”, explica Julieta sobre su proceso creativo.
“La poesía llega con un lenguaje coloquial y así se queda. Incluso no pienso mucho en la estética, si hay alguna metáfora, una imagen, es porque llegó así y salió así. Si me salgo de esa línea dejaría de ser auténtico. Las correcciones sirven simplemente para limar y pulir algunas cosas. No puedo decir ‘hoy voy a escribir poesía’, no sucede así, se escribe cuando llega”, puntualiza.
“… brotarás de mil noches
De lluvia y luna perdida.
… la mente te dirá los obstáculos,
Pero la mente nunca será tu obstáculo.
Un vals en la Línea 9
Dentro de Disculpen las molestias, se encuentra un bloque de poemas escritos durante un viaje en colectivo urbano de Resistencia. “Los escribí en el colectivo urbano de la ciudad. Trabajaba y tenía un momento. Son 20 o 30 minutos arriba de un colectivo. En ese tiempo podés leer, escuchar música, mirar las redes sociales, hacer un relax si tenés suerte y vas sentado. Estamos en un mecanismo social y político que no te permite ver más allá. A veces no tenía papel pero el poema llegaba en ese momento, me surgía en ese instante y entonces escribía en el celular. Tenía que escribir”, relata sobre estos poemas.
Viaje al interior
“Este es un libro que te permite pensar, sentir. La poesía llega con palabras coloquiales para invitarte a viajar y permite sentir. Los poemas permiten viajar indagando sobre la soledad, el amor, el tránsito. Leer cada verso y meterse en la mente y el corazón de Julieta. Es un libro para hacer una pausa en la vida y sentir”, concluye Tony Zalazar sobre la obra poética de Ramos.
La presentación fue muy abierta, amena, el diálogo de lecturas hizo desaparecer el tiempo. “Los poetas nos sentimos muy cómodos hablando entre nosotros mediante la poesía. Quería hacer una presentación distinta, por eso nos corrimos de la mesa y del lugar formal”, agregó sobre el final Julieta. En el mismo sentido Alicia Marili Rosi se manifestó alagada por el cruce de lecturas, “Julieta es una poeta joven fantástica. Tiene un presente brillante y nos espera un futuro aún mejor a nosotros como lectores amantes de la poesía”, concluyó.
Otra vuelta
Los lunes huelen sepulcro,
O huelen quizás como ese perfume
Que me descompone en el colectivo.
Tienen el inconsciente “empezar”,
El evento inicial que desencadena la semana
En verde y sin atajos,
Para que levantarse de la cama
Tenga más de obligación que de gusto.
Porque los lunes también huelen a comienzo
Y a ese olor le tenemos miedo todos.
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