lunes, 17 de diciembre de 2018

Bullen las emociones, las ideas y el silencio en 25 de El Mariscal

El lugar de la bohemia correntina está de cumpleaños y lo celebrará esta noche con música. Hoy se cumplen 25 años del bar El Mariscal. Ahora Lucio Sodja, Mariela Mioni, Pepo Bianucci, Roxana Amarilla, Federico Molina recuerdan el significado de este lugar en la escena cultural de la ciudad. Esta nota tuvimos el placer de escribirla juntos Mariela Mioni y Paulo Ferreyra.

Además de los testimonios aquí abordamos una semblanza de la casa, “una joya arquitectónica de Corrientes anclada a la historia de Adriano Nalda”, también parte del universo que reverbera con los escritores que aquí comparten su escritos y debaten sobre la cultura local.



Lucio Sodja: “En El Mariscal celebramos nuestro oficio de músicos”


“Tengo una foto de principio de los años 90. En la planta alta de El Mariscal, la ya legendaria Banda Armada que integrábamos por esos años con Rubén Sosa (saxo alto, soprano, flauta traversa), Hugo "Pomelo" Collante (bajo), Lucio Sodja (piano Fender Rhodes) y un juvenil Pepo Bianucci en batería”, recuerda ahora el pianista de Guaú Trio, Lucio Sodja.

Aunque con la Banda Armada ya habíamos desembarcado en Corrientes años atrás, con la inestimable ayuda del gran Ernesto Ricotti a través del Corriente Jazz Club en la difusión y también en la producción, fueron muy importantes los ciclos en El Mariscal ya que nos acercaron a un público joven, una joven bohemia correntina y a músicos de distintos géneros. Compartir escenario, ir a escuchar propuestas de muy buen nivel, trabar amistades que perduran hasta hoy, todo eso sumado a la bonhomía (la sencillez unida a la bondad en el carácter y las maneras según la RAE) de Alcides Romero, un grande en envase pequeño. La experiencia de tocar en El Mariscal era algo único, que se disfruta a pleno y sigue siendo con el paso de los años”, explica.

“Volvimos al Mariscal tantas veces a lo largo de este tiempo, con diversas formaciones (tríos, dúos, cuartetos, la primera experiencia Guaú que fue Guaú Cuatro y después con Guaú Trío) o como invitado para compartir con tantas gentes maravillosa como Nely Blanco, Cacho Núñez, Carlos Maciel, el Pombero Romero, Ramiro Pedrozo, Luis Rott, Eugenio Balbastro, Gustavo Amarilla, Rafael Rojas Matta, Valeria Ojeda, Rubén De Biasi padre e hijo y otros tantos que pido me disculpen por no mencionarlos. Para Guaú Trío, hoy con la formación de Jorge Castro, Alejandro Ruiz y un servidor, El Mariscal es casi un templo donde celebramos nuestro oficio de músicos”, destacó y concluyó su evocación Lucio Sodja.




Mariela Mioni: “La historia de los que algunas vez pasamos por ahí”.


Desde hace 25 años el Café Mariscal es un gran reducto de historias nuevas y las heredadas por los que habitaron durante 133 años antes, la casona de la esquina de Salta y Carlos Pellegrini.

Este lugar concentra acontecimientos, es testigo de hechos, chismes, mentiras y verdades, fábulas, calumnias, insidia y enredos. Relatos que muchas veces se conocieron y otra innumerable cantidad de ocasiones que permanecen en silencio, resistiéndose al olvido, hasta que mueran los que allí asisten o el Café cierre sus puertas.

Es un sitio de secretos, de elucubraciones, de amores imposibles, de utopías, de fantasmas; recinto donde se gestaron movimientos, ideas; local elegido para hacer mitines y múltiples denuncias, de encuentros y desencuentros, impulsor de artistas y escritores.

Las paredes de esta antigua casona escuchan, ven pasar y circular por sus salones a los protagonistas de la vida social, política, judicial y cultural de Corrientes. La de ahora y la de antaño. Y a mí me resulta fantástico. Cuando entro y me siento en alguna de las mesas, miro hacia la calle, paso la vista por sus paredes de ladrillo a la vista, escucho el murmullo de los parroquianos mientras trato de interpretar de qué me hablan esas paredes.

Cuando se da la ocasión subo la escalera de mármol, llego al segundo piso, me asomo por lo ventanales y me hago siempre la misma pregunta: ¿quién habrá hecho, esto exactamente como lo estoy haciendo yo? ¿Qué historias están dispuestas a contarme en esta ocasión?

Imagino que puedo viajar en el tiempo y asomarme a los distintos momentos en los que esta casa era un almacén de ramos generales y también donde vivía una familia. Me gustaría poder ver el quehacer cotidiano de los que allí vivían, o en la planta baja ver qué compraban los visitantes. Me las ingenio para idear que puedo entrar en el momento en que el escritor José Hernández se encuentra sentado en una de las mesas, con la mirada perdida, pensando en qué escribirá en el periódico del día siguiente.

Dejo volar un poco más mi imaginación para poder ser testigo de cómo funcionó el hospital de sangre durante la Guerra de la Triple Alianza. Ver a quiénes trasladaban allí y cómo los atendían. Qué se decía. Cómo actuaban los médicos y enfermeros ante la desesperación de una vida que se escapa entre las manos del propio herido.

Mi vida adulta, profesional, estuvo y está muy ligada a esta casona y a sus últimos 25 años. Ella me conoce y sin duda ha sido testigo de mi devenir. Aquí me senté a escuchar y a entrevistar a un montón de personalidades. Tuve oportunidad de conocer a todo tipo de gente y aprender de ellos. Presenté libros y también asistí a varias presentaciones y reuniones, escuché recitales de música de amigos y de otros que ni conocía. Y aun así, cada vez que entro, siempre es como la primera vez que lo hago. Miro para todos lados, paso la mirada por sus paredes, descubro qué hay de nuevo y qué sigue en su lugar como si el tiempo no transcurriera; me pregunto quiénes habrán pasado por allí, quiénes se habrán sentado en aquellas mesas, de qué habrán hablado. Y de igual modo, una y otra vez, sigo esperando que la casa me susurre historias, sus historias, las historias de todos los que alguna vez, al menos una, pasamos por allí.



Roxana Amarilla: “Hay que ir y entrar por la puerta”

Ella fue gestora de distinta actividades culturales en la ciudad de Corrientes. En la gestión de Norberto Lischinsky Roxana Amarilla llegó a lo que fue la subsecretaría de Cultura, desde ese lugar impulsó diferentes acciones. Hoy se encuentra trabajando en el ámbito nacional, Roxana es director del Mercado Nacional de Artesanías Tradicionales de la Argentina (MATRA), dependiente del área de cultura de nación desde el 2011.

“En El Mariscal fue un punto de encuentro durante El Correntinazo. Es un lugar de movida cultural. Me han invitado a organizar ahí algunas charlas, seminarios, entre otras actividades. Fui a muestras, reuniones con artistas e intelectuales de todo el país que llegaban a Corrientes. Este es un Bar en un edificio importante e histórico para la ciudad. Se han generado y se generan muchas cosas. Cuando uno es habitué, yo fui habitué de El Mariscal, puertas adentro uno no percibe lo que puede generar junto a otras personas. Aún hoy cuando puedo volver a Corrientes así como voy a mi casa familiar también quiero pasar por El Mariscal. Decirte que era habitué significa que este lugar era parte de mi cotidianeidad, iba con frecuencia. Recuerdo que uno vez una periodista me preguntó cómo se hace para entrar El Mariscal. Me quedé helada ante esa pregunta y de una pieza le respondí - por la puerta. Este lugar siempre fue de puertas abiertas”, subrayó.



Gabriel Romero: “Tengo proyectado una galería de arte en El Mariscal”


“El Mariscal es mi casa. A principios de los 90 lo concebí junto a un amigo y después se sumó Alcides. A lo largo de estos 25 años creo que todos los días de mi vida pasé por el bar, parte de mi historia personal y cultural forma parte de este El Mariscal”, desliza Gabriel Romero. El arquitecto desde el llano armó este reductor cultural, hoy como presidente del Instituto de Cultura cuenta cómo vive su relación con el bar y los proyectos que tiene para el mismo.

“Aquí demás de una gran biblioteca hay obras plásticas, cuadros, fotografías. Hay obras por ejemplo de Julia Isidrez, artista paraguaya, porque me gustan mucho sus obras. Hay dos obras de ellas que están sobre el mueble de la biblioteca. Este lugar es una extensión de mi casa y mi casa es una extensión de El Mariscal. Hay cosas que van de un lugar a otro porque quiero conserva ese lugar familiar. Además en El Mariscal expusieron en estos años muchos artistas y pasaron muchos amigos, algunos de ellos que ya no están como Marily Morales Segovia, Oscar Portela, Juan José Folguerá, entre tantos. Alcides también tiene sus afectos en este lugar”, cuenta.

Gabriel tiene 55 años pero durante estos últimos 25 años pasó cada día por este bar, “aquí durante mucho tiempo se gestaron proyectos culturales. Ahora me toca a mí estar del otro lado del mostrador. Sin embargo desde este lugar nosotros fuimos críticos de la cultura oficial y de la poca flexibilidad que tiene la cultura que no atiende determinados proyectos. Hicimos muchas cosas acá con Norberto Lischinsky, Eduardo Sivori, Roxana Amarilla, pensábamos en muchas cosas y en cómo deberían funcionar esas cosas. Hemos traído a referentes culturales por fuera del estado provincial. Después la realidad me demuestró otra cosa. Cuando estás del otro lado te das cuenta que las cosas – como ciertos caminos burocráticos - no te permite avanzar en algunos frentes”, advierte.

Sin embargo desde este lugar se generaron ideas. “Aquí hay que hablar de Carlos Lezcano, Varela, Figueroa, quienes estuvieron en los comienzos. Cada uno de ellos arrimó a sus amigos e hicimos proyectos acá. Hemos editados libros al comienzo, no nos cerraron la cuestión económica pero si nos pareció importante sostener ese proyecto. Lo vamos a retomar en algún momento porque El Mariscal como sello editorial edito libros de autores fundamentales como Cacho González Vedoya”, destacó.

“Este lugar siempre tiene las puertas abiertas, Fernando Vargas Gómez contaba que la gente le preguntaba cómo se hacía para pertenecer a este círculo, cuando en realidad es un bar que estaba abierto para todos. Pero como todas las cosas marcó una época y quizás ahora le toque reinventarse en una etapa nueva de la sociedad con nuevos exponentes culturales. Aquí hay una gran biblioteca van a subsistir más allá de nosotros. También se está pensando en reactivar actividades en la planta alta. Tengo la idea de hacer una galería de arte porque me interesa mucho esa cuestión, me gusta, seguramente será el proyecto para los próximos años. Cuando termine mi paso por la cultura oficial voy a volver a dedicarme de lleno a este reducto. Voy a poder dedicarme a determinadas cosas que me interesan por desarrollar”, concluyó Gabriel Romero, hoy presidente del Instituto de Cultura.



Federico Molina: “Es la casa para dar el punta pie cultural”

El humorista y standapero recordó que El Mariscal fue uno de los primeros lugares de la ciudad abrió sus puertas para el Stand Up, mucho antes que el Teatro Oficial Juan de Vera. “Aquí fue uno de los primeros lugares donde se hicieron funciones de stand up. El clima en todo momento es agradable y las presentaciones ahí fueron siempre rodeada de amigos. Después que se consolidó este tipo de propuesta recién llegó escenario grande como el Teatro Vera. Incluso ahora Alcides nos recuerda que venimos de ahí, de ese reductor cultura y que ese fue la puerta para otros escenarios”, cuenta el humorista. Por su parte agrega que sigue siendo un punto cultural importante, “así como una vez a nosotros nos supieron abrir las puertas hoy El Mariscal sigue siendo el lugar para escuchar nuevas bandas, nuevos músicos, nuevos artistas y hacedores culturales”.



Pepo Bianucci: “Un refugio para compartir el arte”

El músico y gestor o promotor cultural Pepo Bianucci manifestó que de El Mariscal hay varias cosas que lo atraen mucho. “Es un espacio para compartir el arte. Ahí uno puede encontrar a un amigo simpático como Alcides Romero, quien es un anfitrión siempre a mano con humor y con un chiste al encuentro. El lugar es un ambiente muy lindo, creo que es el único lugar que queda de la verdadera bohemia correntina. Ahí los pocos locos que hay en la ciudad siguen yendo a este encuentro y para mí siempre es un gusto poder hacer música para ese tipo de gente”, comentó.

Por otra parte no recordó cuando fue la primera vez que tocó en El Mariscal. “Si recuerdo una oportunidad allá por los años 93 o 94, en aquel tiempo ir a Corrientes era toda una osadía desde Resistencia. Creo que tendría 19 años, no había ni por aproximación la movida cultura que hay ahora. En aquella ocasión toqué con Banda Armada, donde compartíamos con Lucio Sodja, Rubén Sosa y Pomelo Collante. También recuerdo ir con Marcelo Mutio a tocar, me surgen muchas imágenes. Por esos años El Mariscal era un lugar antológico, era un lugar de culto y ya estaba Alcides detrás de la barra como si fuera un busco escolar, una estatua de San Martín”, deslizó con una sonrisa Pepo. “25 años después ahí sigue Alcides”, subrayó.



Paulo Ferreyra: “El rincón para sosegar el día”

Es noche cerrada, en la ciudad se apaga lentamente los peatones, los micros, los autos. En algún rincón se ensancha esta penumbra. En El Mariscal su paredes reflejas cuadros de artistas locales, Alcides gruñe por momentos del otro lado del mostrador, en el lugar se prenden charlas improvisadas. Los recuerdos se me borran y no registré cuándo entre por primera vez, sí tengo presente que vuelvo, vuelvo.

Aquí llegan músicos, escritores, fotógrafos, artistas plásticos, trabajadores culturales, poetas, ansioses de beber de esas fuentes, también con sed de beber alguna bebida que unte la garganta en fuego. Muchos de los personajes que ahí llegan son habitués, pero las charlas y las ideas bullen en tiempo distintos, siempre dependen del humor de los presentes. Aquí se reúnen a sosegar el día.

El Mariscal se ha convertido en los últimos años en ese rincón donde se cobijan las charlas, los encuentros, la comida casera y de vez en cuando, el humor. He asistido a conciertos íntimos de música de la región, de jazz, de música cubana y folclore latinoamericano. Además de presentaciones de libros y muestras plásticas. Un hogar para compartir la cultura que somos.

Hace pocas semanas atrás mientras se elevaba un poca al aire por estos 25 años. Alguien deslizó que es un lugar infame, un “resto” bar. Otros desde hace tiempo repiten que El Mariscal es el único “bar desatendido por su propio dueño”, esa lógica se aplica porque no ven ahí un número en cada persona, no somos el signo pesos que camina y entra al bar, somos personas.




Una joya arquitectónica de Corrientes anclada a la historia de Adriano Nalda 

La casona que alberga desde hace 25 años al Café El Mariscal fue protagonista de muchos hechos históricos de Corrientes. Su ubicación en la esquina de Salta y Carlos Pellegrini –a sólo 100 metros de la sede gubernamental y centro cívico- la ubican como testigo mudo de importantes acontecimientos para la ciudad.

De la información que hay disponible se sabe que el edificio fue construido alrededor del año 1860 y que desde el principio desempeñó distintas funciones. Vivienda familiar, almacén de ramos generales, pulpería, hospital de sangre en tiempos de la Guerra de la Triple Alianza, oficinas particulares y dependencias públicas, y en los últimos tiempos café y centro cultural.

Entre los datos arquitectónicos se sabe -además de su construcción en 1860- que este edificio histórico con 158 años de vida, es uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura del período Confederal correntino.

Se trata de una estructura edilicia de volumen contundente, de dos plantas, con balcón corrido con barandal y remate con un refinado pretil de hierro. En una esquina sin ochava, las pilastras apareadas en ángulo con doble puerta de ingreso a ambas calles y la particular solución de arcos de medio punto en la planta baja y arcos ojivales en las ventanas altas. Es uno de los primeros ejemplos en Corrientes donde el clasicismo italiano incorpora elementos neogóticos.

En general el edificio mantiene la forma original en un singular estilo neogótico siendo de los primeros edificios de altura de la ciudad. Fue declarado a nivel nacional en 1986, parte del Área Monumental de la Playa 25 de Mayo.

La casona fue, según algunos historiadores lugareños, la pulpería donde recalaba cotidianamente José Hernández, el del “Martín Fierro”, durante su temporada en Corrientes, en la que ocupó cargos públicos y se desempeñó como periodista. También fue hospital de campaña durante la fratricida guerra del Paraguay; y según un aviso de 1931, del desaparecido diario “Norte”, el “Almacén por mayor “El Vasco” de Adriano Nalda”.

Los datos concretos que se tienen es que en esta Casa funcionó hasta 1895 la firma comercial Bustindy i Castillón, pero desde ese año se reconoce a la sociedad Castillón – Nalda y Cía como propietaria. En 1901 pasa a llamarse Castillón y Nalda, pero definitivamente queda el nombre de Adriano Nalda e Hijos aproximadamente hacia 1930.

El Vasco
Adriano Nalda fue un español que se instaló en Corrientes hacia 1893, primero al servicio de una casa comercial y finalmente como propietario del importante negocio mayorista de ramos generales “El Vasco”, se convirtió en uno de los grandes protagonistas de la historia económica de la provincia. Hacia 1900 se remató el ingenio azucarero “Primer Correntino” en Santa Ana de los Guácaras, cuyos trabajos habían cesado y, junto con su socio José Castillón adquirieron la fábrica. La empresa tomó a partir de ese momento una dinámica inusitada y marcó uno de los puntos más altos del desarrollo industrial de Corrientes.

La filosofía del éxito económico fue el desafío de vida de Nalda; progreso en lo material que logró plasmar en un estilo de vida burgués. A nivel social, integró círculos cerrados como el del Jockey Club, el del Hotel-café Buenos Aires y el de la Sociedad Correntina de Hacendados, entre otros ámbitos que ocupaban los sectores superiores de la sociedad correntina.

Fue uno de los primeros en compatibilizar en la casona de la esquina de Salta y Carlos Pellegrini, la función comercial con la residencial, dado que en la planta baja funcionaban las oficinas y un almacén de ramos generales pertenecientes a Adriano Nalda, mientras que en los altos -hoy el segundo piso- se encontraba la vivienda familiar. De allí que el edificio lleve el nombre de Casa Nalda.

Su dueño fue uno de los primeros en utilizar la fotografía para difundir sus empresas, tanto el almacén “El Vasco” como las instalaciones del ingenio. Desde álbumes y revistas correntinas hasta revistas de Buenos Aires reprodujeron estas imágenes, las que simbolizaban el esplendor de la “La California Argentina” como se dio a llamar a esta provincia en un número especial dedicado a Corrientes de la mítica Caras y Caretas de marzo de 1937.

En el caso de la Casa Nalda, edificio permaneció como oficinas de la familia hasta cerca de la década de 70 y luego fue alquilada para distintas oficinas estatales hasta 1994 cuando se habilita como Café El Mariscal.

En esta foto el empresario exhibe su flota de camiones y operarios.


Fuentes:
“La Ciudad de Corrientes. Imágenes urbanas de su pasado y su presente” de Ángela Sánchez Negrete y Gabriel Romero.

“La evolución urbana y arquitectónica de Corrientes. Tomo II (1850-1988)” de Ramón Gutiérrez y Ángela Sánchez Negrete.

“La alta burguesía urbana de Corrientes en las primeras décadas del siglo XX”. de Adriana Covalova.

“La Nación” y el café “El Mariscal”. Nota periodística de Darwy Berti, publicada en www.momaradú.com el 5 de octubre de 2011.




La mesa de los dinosaurios 


El último viernes de cada mes, al mediodía, en el Café El Mariscal dispone una larga mesa en la que los comensales cumplen con una cita, casi ineludible: el tradicional almuerzo de los dinosaurios. El ritual gastronómico se mantiene desde hace 14 años en forma ininterrumpida, y surgió por iniciativa de los decanos del periodismo correntino -ya jubilados algunos-, que en su momento lo impulsaron como una forma de reencontrarse fuera de las redacciones de los diarios, para intercambiar puntos de vista y aprovechar para departir con algún invitado especial. Estos encuentros no se reducen sólo a la cita mensual; de lunes a viernes cada mañana se los puede ver conversar, discutir y hasta leer algún artículo periodístico, libro o publicación local, nacional o internacional en su rincón a un lado de la puerta. Todo aquello que pueda caer en sus manos y despierte su interés, será el centro de análisis político, sociológico y hasta psicológico de los integrantes de esa mesa. Allí está su mesa, y allí junto a ella, hay una galería de fotografías de los que ya fallecieron. Faltan varios, pero hasta el momento se encuentran Juan José Folguerá, Girala Yampey, Carlos Gelmi, Ernesto Veragua y Mario “Chaque” Mauriño.

Todo comenzó mucho antes del 2004, por iniciativa de varios de estos hombres de las letras y la prensa local. En lo comienzos participaban Hugo Vallejos, Marcelo Fernández, Mario Roteta Lacarrié, Juan Manuel Lubary, Mario “Chaque” Mauriño, Carlos Gelmi, Darwy Berti, Ernesto Veragua, Omar Vallejos y Miguel Meza. Con los años, varios fallecieron, pero otros se fueron sumando. Así se incorporaron a la mesa de los dinosaurios, periodistas más jóvenes, escritores, inclusive de otras profesiones, pero de alguna forma siempre vinculados a las letras y a la cultura local. Girala Yampey, Arturo Zamudio Barrios, Carlos Buratti, Hugo Santander, José Cazorla Fábrega, Fernando Abelenda, Javier Vallejos Amil, Alejandro Mauriño, José Miguel Bonet, Ramón “Taka” Benítez, entre otros.

Más allá de la carrera periodística, literaria, o de la profesión que hayan desempenado a lo largo de su vida, todos ellos han sido y son testigos de los cambios que se han dado en el mundo, en el país y sobre todo en Corrientes. Y cada uno a su modo, permanentemente lo refleja en su accionar diario, en las anécdotas que comparte y en los análisis que realiza sobre hechos particulares. Escucharlos hablar, compartir impresiones, ideas, teorías, experiencias es también aprender sobre Corrientes y la Argentina.


jueves, 13 de diciembre de 2018

El dúo Marta Toledo y Carlos Maciel llegan el Mariscal


Este sábado en el marco de los 25 años de El Mariscal Marta Toledo y Carlos Maciel compartirán un repertorio con canciones del litoral. La cita es a las 22. Además se suman a la velada el bandoneonista Pablo Delvalle y el cantor Juan Leyes. “Durante estos últimos meses venimos consolidando con Carlos un proyecto de dúo, comenzamos a grabar y ya nos quedan dos o tres temas para cerrar el disco”, explicó Marta Toledo.


“El repertorio incluirá canciones de Pocho Roch, Teresa Parodi, también interpretamos otros géneros fuera del chamamé. La intención es crear un clima familiar y compartir las cosas que nos gustan”, agregó Carlos Maciel.

Este dúo ya se ha presentado en otras ocasiones y ahora vuelven para festejar junto al Mariscal sus 25 años. “El lugar tiene esa cosa familiar donde suceden lindos momentos y el clima se presta para escuchar”, cuentan. La música, las canciones con la voz de Marta Toledo y Juan Leyes convivirán con los sonidos y el silencio de grandes melodías.


Además cabe recordar que las paredes del Mariscal lucen la muestra colectiva de dibujo, pintura, fotografía y técnica mixta de artistas correntinos. En esta ocasión exponen Norma Capponcelli, Esteban Gómez, José Mizdraji, Marta Cordera, Hugo Justiniano, Ángeles Fernández y Salvador Mizdraji.

viernes, 9 de noviembre de 2018

Este viernes tributo a Pat Metheny


Esta noche a partir de las a las 22 se presentara en El Mariscal, Salta y Pellegrini, el tributo Pat Metheny.  “Es una propuesta de acerca el color, el paisaje y la sonoridad de una música contemporánea”, explica el baterista Pepo Bianucci.  Además acompañan a la banda Julio Ledesma en guitarra, Ivan Luque en bajo y Romina Gómez Marecos en saxo.

Paulo Ferreyra

“Pat Metheny es muy importante en mi vida. Tenía entre 15 o 16 años cuando mi hermano me hizo escuchar Pat. Desde entonces siempre lo escucho. No tenía la posibilidad de tocar su música porque era difícil encontrar músicos interesados en hacer este tipo de sonidos”, explica Pepo a pocas horas de volver al ruedo con este homenaje.

“En el camino de la música todo se fue dando hasta que encontré a Julio Ledezma, Ivan Luque y después se sumó Romina Gómez Marecos en el saxo. Así le estamos dando el último color que necesitaba la formación para esta música. Comenzamos de apoco sacando algunos temas. Mi intención era estudiar la música de Pat Metheny”, cuenta. 
La banda con este tributo comenzó a rodar en marzo y ha recorrido distintos escenarios tanto de Corrientes como de Resistencia.  “Para mí es un honor tocar temas de Pat. Estamos en un período de estudio, pero también hay que decir que las presentaciones hacen que el grupo maduro, nos empuja a madurar. La exigencia de tener que presentarse, el local, el público, así también se va solidificando un repertorio”, agrega.
Pat tiene muchos temas y ha tocada con distintas formaciones, sobre todo con sextetos. La música de Pat tiene esa magia donde logra una gran química con sus músicos y también con el público. Al respecto Pepo recuerda: “la primera vez que lo vi fue a principios de los 90,  en Buenos Aires. Estuvo en el Gran Rex o en el Teatro Opera. Había temas muy íntimos donde se lograba una atmósfera única. Recuerdo que el teatro estaba colmado y en absoluto silencio. Esa comunión se crea con su música. Tiene además temas que son como un laberinto que a la vez es un viaje con los músicos y con el público”.
 “Yo me siento más la izquierda del jazz, donde lo prioritario es ser tú mismo, sonar lo mejor posible y buscar aquellos lenguajes que aún están por definirse. Por otro lado, si les preguntas a cien músicos de jazz tendrás cien respuestas diferentes”, deslizó y sonrió en una entrevista Pat. Esa postura sirve para entender el viaje a que nos invita música. Viajar. “Pat es un compositor muy claro. Su música alcanza los niveles de la música clásica, la delicadeza en la ejecución para lograr los matices en cada tema son importantes. Además es muy paisajístico, viniendo del jazz tiene un brocha muy paisajística y te hace viajar”, concluye Pepo Bianucchi.  La música rodará esta noche y será un viaje, quizás, como diría Pat, “I can see your house from here”.

miércoles, 24 de octubre de 2018

Fabián Roldán: “La búsqueda en el arte es permanente”

Se inauguró días atrás en la Sala “Justo Díaz de Vivar” del Museo de Bellas Artes de Corrientes, la muestra En los jardines. Invocaciones, del artista Fabián Roldán, y permanecerá abierta para todo público hasta el 4 de noviembre.

paulo ferreyra

“Creo que la identidad o el lenguaje dentro del arte es un proceso. Más allá de algunos logros uno siempre sigue buscando”, explicó Fabián tras la apertura de las puertas de la sala.


Esta actividad fue organizada por el Instituto de Cultura de la Provincia a través del Museo de Bellas Artes Juan Ramón Vidal. “Agradecemos a quienes nos acompañan”, exclamó el director del Museo Luis Bogado. “Esta muestra la veníamos gestando desde el año pasado, es la primera individual del artista aunque en este mismo lugar expuso sus obras en otras muestras colectivas”, explicó. A su turno, Roldán comenzó por agradecer a los presentes, a Jesica en especial y a todos quienes los acompañaron en este marco tan importante.

“Me han invitado varias veces para que exponga mis obras pero le venía esquivando a esa presión, no es fácil montar una muestra individual. Siento presión y por momentos siento que estoy desinflado. Venía rechazando la oportunidad y sin embargo ahora había que dar el paso. El desafío llegó, me pone más vivo y me empuja de alguna manera a seguir creando. Es mi primera muestra individual aunque ya hice muchas muestras colectivas”, deslizó Fabián.


“Estos objetos los fui pensando desde hace un tiempo. Poco a poco fui bocetando en lápiz, ya que me gusta mucho el dibujo. Después llegó el momento cuando me sinceré conmigo y acepté que me gusta lo tridimensional, entonces fue un desafío pasar del dibujo a la tridimensión”, explica Roldán.

“Mis dibujos son planos, no tienen volumen y entonces representan un desafío llevarlo a otra dimensión. Sin embargo, empecé a sorprenderme cuando trabajé con el objeto, con el material y cómo se iba transformando en mis manos. Trabajé con la arcilla porque era una cosa que ya conocía. El desafío fue pensar de tal forma que esa idea del dibujo pueda llegar a buen puerto con el objeto. Creo que logré así concretar esta muestra. Estoy conforme, y la gente también me tiró buena energía. Esto también es un respaldo”, subrayó.

Sobre el tema de la muestra, En los jardines. Invocaciones, el artista advierte que pudo exorcizarse. “La religiosidad de Corrientes me llega muy de cerca. Aunque uno quiera configurarse de otra forma ya lo tiene incorporado. Trato de llevar mis pulsiones por otro camino pero no sé si lo he logrado en el resultado final. Esto es como internet o una licuadora donde vas largando cosas y así se configura el arte. Creo que a todos les pasa más o menos algo parecido en el momento de crear. Vengo de la gráfica, me gusta mucho ese mundo, pero estoy en una frontera donde voy y vengo, pero también me quedo en ese lugar del medio jugando con los horizontes”, explica.


“Búsqueda permanente”
“Creo que la identidad o el lenguaje dentro del arte es un proceso. Hasta aquí hay un camino recorrido y estoy conforme con el presente. Sin embargo, uno siempre sigue buscando. Ahora en este momento estoy conforme, pero quizás mañana me levante y piense distinto. La búsqueda en el arte se da todo el tiempo”, advierte Fabián mientras corre su vista hacia sus obras.

“Admiro a muchos artistas y trato de nutrirme de muchas cosas todo el tiempo. Me nutro en la forma en cómo producen. No es fácil producir. Me imagino que para quien escribe debe suceder algo similar. Un día estás con todas las luces y podés escribir lo que sea, otro día en cambio no surge nada. A mí me sucede lo mismo con el dibujo y con el objeto. No me desesperan esos cambios porque la búsqueda es constante”, confiesa con un respirar profundo.


“Consideraciones generosas”
Esta es la primera muestra individual de Fabián, pero ya hizo muestras colectivas. Muchas personas tienen obras suyas y ponen de manifiesto que es un gran artista. Él esquiva el sayo, “hay consideraciones generosas hacia mi arte”, desliza y piensa. “Estoy agradecido a las personas que ya tienen obras mías en sus casas pero eso no me hace especial o no me ubica en algún lugar determinado del arte. Agradezco las consideraciones pero mi construcción es permanente”, concluye.



“Tal vez en algún momento sólo haga planteros”
En la muestra pueden observarse planteros, un libro con un dibujo, un caballo, distintos personajes. Las obras llevan títulos atractivos como Cuidador de árboles, El otoño terminó, Domingo a la tarde, Confió en ti, Perro, Pasaba a saludarte, Sonrisa, Suelo Volar, Cuidas de mí, entre otros y la serie Planteros. Ahí se va anclando su mirada y su visión del arte.

“Con lo que más me identifico son los planteros que casi siempre aparecen en mi obra; me gustan y vienen conmigo desde hace un tiempo. Cuando hablo de jardines me gusta coquetear con las plantas, en mi familia siempre hubo planteros. El que tuvo un hogar con patio sabe lo que son las plantas y lo que significan. En lo particular me gustan, he vivido una infancia que estuvo buena y tenía ahí los perros, las plantas, las estaciones con sus verdes y sus colores”, explica.

Junto a Fabián recorremos la muestra. Tras la inauguración y después de los saludos de los amigos se fueron uno a uno como la noche escurriéndose. Nos detenemos en algunos planteros. Alguien lo espera fuera mientras él intenta asir algunas palabras más.

“Vuelvo a mi niñez en todo tiempo. Los planteros son mundos e inyecciones del presente que inflan vida. Las plantas son lindas, verlas cuando uno las riega, el contacto con ellas, creo que son simbólicas y bellas. Me represento mucho ahí, en las hojas y en los personajes metidos entre las plantas. Tal vez llegue un momento en el que solo haga plantas. Si te fijás, mis planteros no tienen flores, son plantas, la vida pasa por ahí. Mi vida pasa por ahí”, repite, y sus ojos al fin se encienden como soles.


viernes, 19 de octubre de 2018

La guitarra de concierto gana terreno en Corrientes

Días atrás se realizó un nuevo capítulo del Ciclo Música en el Museo de Bellas Artes. En esta oportunidad fue un Concierto de Guitarras a cargo de alumnos de la Cátedra de Guitarra del Instituto de Música, bajo la dirección de los Profesores Javier Larrosa y Jorge Soto. Los músicos interpretaron un repertorio de música académica y popular. La actividad fue organizada por el Instituto de Cultura de la Provincia, el Museo de Bellas Artes “Juan Ramón Vidal”, el Instituto Superior de Música "Carmelo H. De Biasi" y la Fundación JUN-MUS.

Paulo Ferreyra

La tarde va cayendo detrás del edificio. Los niños llegan temprano para el concierto. Después de recorrer el lugar se van instalando en distintos lugares mientras desenfundan la guitarra. Los primeros acordes suenan tímidos, como pidiendo permiso al viento y al aire vacío de la tarde. Frente a una partitura uno de los chicos rasguea mientras se acompasa con los pies.

El concierto de guitarras estaba previsto para las 20 en el patio principal del Museo de Bellas Artes. Minutos antes el público había colmado parte de las sillas disponibles, familiares y amigos mostraban su ansiedad. Algunos chicos buscan el refugio del segundo patio para seguir ensayando. Llegan los profesores y al tiempo se ponen a poner a punto la velada.

El cielo ahora está encapotado. La noche es más cerrada y oscura, vacía. El licenciado Luis Bogado realizó la bienvenida tanto a los artistas como al público.  Finalmente Benjamín Romero Alegre y Facundo Galván realizan la apertura con “Aire de Milonga” de Héctor Ayala. Luego continuará Amarú Grela García con “El Coyuyo”. Después se sumaron Victoria Ledesma, Facundo Galván y Camila Benítez con la interpretación de Chamamé de Abel Fleury.
El silencio en el auditorio es absoluto. Los alumnos son jóvenes y la música se sucede casi sin pausa, sólo interrumpida de a ratos mientras unos abandonan el modesto escenario y otros suben al mismo. La velada continuó con Sol Mereles, primero como solista y luego junto a Camila Benítez haciendo dúos de Fernando Carrulli. Luego siguieron Uriel Gutiérrez, Florencia Sandoval, Juan Silva, Constanza Rodríguez, Juan Silva.

El cierre llegó con el ensamble de Guitarras del Instituto de Música interpretando Pimpollo de Iparraguirre y Calipso, tema popular jamaiquino. El Ensamble de guitarras estaba integrado por alumnos de la educación secundaria, capacitación y el profesorado de música, ellos interpretaron Al Azar, El minino y Guitarreando.  Además, estuvieron Diego García y Facundo Ponce cerrando la velada.

“Estamos muy felices por esta presentación de los chicos. Venimos trabajando hace años en su formación, con continuidad y el acompañamiento de familiares y amigos. Muchos están progresando notablemente”, destacó tras el cierre el profesor Javier Larrosa. “Hoy en Corrientes tenemos nuevos valores, nuevos sonidos porque los chicos van encontrando su lenguaje. La música hace bien, es sano y bien para todos. La guitarra de concierto va adquiriendo un lugar en Corrientes. Algo que buscamos desde el Instituto de Música y desde la Fundación Jun-Mus”, concluyó.

jueves, 18 de octubre de 2018

Lucio Sodja: "La magia se manifiesta cuando nos conectamos y creamos"

Este viernes Guaú Trío se presentará en El Mariscal a las 22. En la oportunidad celebrará los 25 años del mítico bar de la ciudad y lo harán repasando sus discos de jazz. “Volver al mariscal es el gusto de encontrarse con viejos amigos, tanto músicos como seguidores de nuestra propuesta. También es el placer de tocar en un ambiente chico, íntimo, de entrecasa. Este lugar permite un contacto muy cercano con el público”, comentó Lucio Sodja.

Paulo Ferreyra

El Trío está compuesto por Jorge Castro en batería, Alejandro Ruiz en bajo y Lucio Sodja en piano. “El repertorio de este viernes tiene algunas novedades que forma parte del material que estamos preparando para el próximo disco, temas míos, de Ale y de Jorge conformarán el próximo disco. En esta oportunidad vamos a mostrar algo de lo que se viene junto a los temas que ya tenemos grabados y que siempre salen frescos y distintos en vivo”, explicó Lucio. En estos años de historia el trío ya lleva editado dos discos, Jazz Sudaca y recientemente Alma Guaraní.

Además los músicos adelantaron que siempre los amigos en Común se acercan para compartir algo de música en los bares chicos.  “No tenemos nada programado pero siempre puede surgir una sorpresa”, cuentan. El viernes los sonidos del jazz y la música del litoral se darán la mano en una velada de ríos y pájaros azudes.
Consultados por lo que sostiene al grupo durante estos años Lucio explica que hacer música es un placer. “Es un placer tocar juntos. Hacemos música con libertad. Nos sentimos libres cada vez que subimos a un escenario, la camaradería, el respeto y la admiración que cada uno de nosotros siente por el otro siempre está presente. La magia se manifiesta cuando logramos conectarnos y crear el ambiente propicio para que surgan historias nuevas con cada tema. Todo eso se hace mística en lo que hacemos y estoy seguro lo percibe el oyente”, concluye Lucio Sodja.

martes, 2 de octubre de 2018

Mistura: un camino de mandarinas al sol

Bullen cuerpos en palabras, música y danza. Esta es la propuesta que comenzó Mistura en su presentación en la Biblioteca Mariño de Corrientes y llegó días atrás a Resistencia.  María Fernanda Sánchez Barros, Estefanía Ceballos, Claudio Margosa, Esteban Ordenavía, Laura Chávez, Jao y Daniel Villalba, dan cuenta de ese espectáculo multidisciplinario. 


Por Paulo Ferreyra
Fotos Carlos Maciel



Hay quienes dicen que ante las pinturas de Rothko hay que pararse como frente a un amanecer. Sus pinturas tienen la vitalidad y la fuerza del color puro. Aunque parezca paradójico, en sus cuadros el negro está vivo.

Hace unos días, la noche viva se abrió ante esta propuesta de música, poesía, cuerpo y alma. Pasadas las diez de la noche, la voz de Estefanía Ceballos hendía el espacio de Nanas. Luego le siguió la voz de Fernanda Sánchez Barros. Por momentos, un amable silencio en derredor. Un coqueteo insistente se percibía entre un decir y el otro, una voz y la otra. La palabra se expandía en el silencio.

El público llevaba sus ojos al escenario pero la atención también se esparcía hacia otros movimientos. El movimiento de las poetas arrastraban las miradas y la atención.

Las palabras tienen música, y ésta se hace melodía dulce refulgiendo en los instrumentos.



Silencio



Danza



La música rasga el vientre de la noche



Hay movimientos corporales. Desde distintos espacios, los fotógrafos también se mueven en formas danzantes para poder capturar la mejor imagen. Se ven sonrisas de dientes de marfil entornados en labios con tinta rojo fuego.

“Soy consciente de que pintar cuadros tan grandes es grandilocuente y pomposo”, había declarado Rothko hace más de 60 años. “Pero pinto así precisamente porque quiero ser íntimo y humano. Si pintas cuadros grandes, tú estás dentro. Y el espectador también se siente dentro del cuadro”.

Entre estas palabras y la música, la propuesta de Mistura se ensancha con la danza. Manos que se tocan sin tocarse, se acarician, se besan. Manos que besan. El público inmerso sigue en silencio. No hay aplausos. Mientras intento asir lo que sucede en un papel inmaculado en otra mesa cercana alguien dibuja con fruición.

La noche madura y llegan sonidos del monte en el centro de la ciudad. Las voces de las poetas que cubren todos los espacios, una pisadas crujiendo el presente para despegarnos del bar, la música, con sonidos ancestrales, llega para amasar todo y llevarnos a un viaje.


La propuesta de Mistura combina textos, música y danza. La segunda función de esta propuesta artística tuvo lugar hace unos días atrás en Nanas Suena Bien, Resistencia. Los textos fueron de María Fernanda Sánchez Barros y Estefanía Ceballos, la música, danza y canciones llegaron de la mano de Claudio Margosa, Esteban Ordenavía, Laura Chávez, Jao y Daniel Villalba, la realización visual corrió por cuenta de Maru Richeri.

Se entrecruzan las palabras y las voces de un coro. Las poetas acentúan palabras, versos, leen al público que los mira con todo el cuerpo. Aparecen el padre, la madre, la siesta, el cuerpo, la infancia,la duda, la grieta, el dulzor de la tarde, la casa, el viento que cuaja las heridas y el rancio sabor que me devuelve la mirada como un animal fugaz.

La tentación de desgrabar los audios de los poemas es alto, crece como un sismo en mis oídos, pero las palabras se suceden dulces, manchadas por el alcohol de la noche y en vano busco ser fiel a la palabra poética.

Mistura tendrá nuevas fechas, nuevos artistas, la invitación es para hacer un viaje de noche al interior de la creación artística. “El alma puede aquietarse y los peces no ahuyentan fantasmas".

Suena Mi pueblo, mi casa y la soledad, en una versión exquisita en violín, guitarra y percusión. La casa de al lado llegará en una versión donde bailan y los cuerpos salen de sí. Los tambores sobre el cierre son latidos.

Al finalizar la noche, el público aplaudió con entusiasmo como después de un chapuzón. Rejuvenecidos.

Mistura tendrá nuevas fechas tanto en Corrientes como en Resistencia.

Rothko sintió la presión del arte sobre sus espaldas, cuando podía se abría e insistía: “Debemos encontrar un modo de vida y un trabajo que no tenga las consecuencias de ir acabando uno a uno con todos nosotros”. De eso se trata la vida, un baño de poesía, música y danza. Mistura.






viernes, 14 de septiembre de 2018

Alvarenga, entre el vuelo y la síntesis poética



Este año se cumplen diez años de la publicación del libro Vuelos Chamánicos del escritor Martín Alvarenga. “A lo largo de los textos pueden percibirse movimientos y mitos personales, poesía, microcuento y textos en prosa poética”, esboza, al tiempo que reflexiona sobre ese proceso creativo. En esta charla nos sumergimos en su proceso de escritura y en la intimidad de un libro que hoy puede leerse como la “síntesis de su obra poética”.

Por Paulo Ferreyra
Foto Eugenio Led

Hace mucho frío, en un departamento en la ciudad de Corrientes, edificio de 7 pisos, de espaldas a la ciudad nos miramos. La mesa es pequeña, tomamos algo; el grabador, libros, un cuaderno, lapiceras, la luz baja completan nuestra escena.

“De tanto en tanto escribo alguna cosa nueva. También estoy rescatando cosas que tengo en mis archivos. No excluyo la posibilidad de hacer cosas nuevas pero mi estado de salud no me permite embarcarme en proyectos de largo plazo. Sigo en la mía. Estoy retirado de todo movimiento cultural y por ello me sorprendió sobremanera tu llamado”, desliza y hace silencio.


Martín nació en Corrientes y después de vivir en otras ciudades volvió a  su ciudad. Dentro y fuera de ella, escribió sobre esta tierra. Ha publicado ensayos, novela, poesía, teatro. Este año se cumplen diez años de su poemario Vuelos Chamánicos, un libro conmovedoramente poético.

Alejandro Rodríguez, pintor y docente de Paso de los Libres, hace un tiempo expuso sus obras en el Museo de Bellas Artes de Corrientes. En ese marco destacó que su fuente literaria partía de Martín Alvarenga, Gabriel Ceballos y Francisco Madariaga.  De la obra de Martín destacó el libro Vuelos Chamánicos, el aniversario del libro y su producción hacen propicia la oportunidad de revisar y volver a leerlo.

“Con Alejandro es recíproco el respeto y el cariño que nos tenemos. Es de ida y vuelta la valoración que tenemos entre nosotros. Me gusta su búsqueda estética. Le pedí disculpas por no poder asistir a su presentación. La obra de Alejandro es latinoamericanista, muy exuberante, colorida, con un paisaje preñado de colores intensos, tropical. Lo sigo a pesar de la distancia”, desliza.
Martín vive rodeado de su familia, su esposa y su hija. Leyendo y releyendo, creando y reescribiendo.  Vuelos fue publicado en 2008 bajo la gestión de Carlos Lezcano como subsecretario de Cultura de la Provincia de Corrientes. Se publicó junto con el libro de poemas de Mariano Soto y Cacho González Vedoya. Estaba en ese tren Florencio Godoy Cruz, pero él publicó por otra vía. Esta fue la única vez que una institución gubernamental publicó un libro mío. En general yo me arreglé con editoriales o solo”, cuenta y sonríe.

“Antología sui generis”

“Fue un libro muy elaborado, muy trabajado y fue también muy espontáneo. Se mezclan las dos cosas, por un lado fue muy elaborado y por otro, una cuota de espontaneidad.  Es un poemario que venía trabajando con un grupo de poemas y después apareció otro grupo de poemas. Me salió una mini sinfonía, el libro tiene movimientos y tiene mitos personales, tiene poesía y textos en prosa poética”, explica.

“Además es un libro en el que por algunos momentos se mezcla la poesía con el microcuento.  Aquí es donde entra a participar el zem como elemento movilizador de una parte de mi poética.  Este libro es una síntesis de toda mi poesía. Creo que esta es la antología que no publiqué”, subraya y vuelve al silencio. En el medio advierte que estas reflexiones surgen ante las preguntas, porque antes no se lo había planteado.
Ahora sonreirá ante el aniversario, frente a estos diez años y de cara al libro.

“Es decir, publiqué una antología sui generis en el sentido de que no fueron elegidos para una antología poética. Pero da la impresión de que por el proceso de veinte años de trabajo, por la decantación y por esa pulsión de espontaneidad, es como si fuese un micro manual de mi obra poética. En este libro se condensa toda mi poética. Sin desmerecer otras experiencias que tuvieron otra tesitura. Por ejemplo, flotilla de fábula, que es un libro que me llevó cinco años de escritura, de lectura de mitos precolombinos y muy intensos, es también un libro importante”.

Sin embargo el camino de Vuelos Chamánicos es un trayecto de veinte años. Es una diferencia grande entro otros libros en cuento al proceso raro que viví para hacerlo. Además en ese momento no me lo planteaba como rareza pero ahora mirando el tiempo transcurrido surgen estas reflexiones.  Creo que es un collage lírico.  Está presente lo latinoamericano pero también otros factores como el zem, otros elementos que se tutean mucho como la poesía con la filosofía, no desde el punto de vista académico sino la filosofía como propuesta vivencial. No hay una teoría filosófica.

Incluso hay un poema en el que juega esa diferencia entre la filosofía y la poesía.

—Así es, es como si sucediera una ruptura jubilosa, después de esa enunciación, que de pronto va un pensamiento taxativo a un quiebre y así  asoma la metáfora. Cuando comento estas cosas hablo de las cosas que yo siento que me pasó con el libro, no que sea necesariamente así de lineal.
Filosofía y poesía, la filosofía como propuesta vivencial y la poesía en sí por la concentración de sentido que coquetean todo el tiempo.


“Enamorado del mundo”

“Paul Éluard definió la poesía como una concentración alta de sentido, eso es la poesía. Paul fue un poeta nortemericano bastante discutido. Hay otro factor que entra en la génesis de la poesía, es el hecho de la actitud. Tenés que estar enamorado del mundo. Este es otro concepto que el escritor polaco Gombrowicz señala: para escribir hay que estar enamorado del mundo”, desliza y vuelve al silencio.

La noche madura, de a ratos el caloventor se enciende y ronca suavemente. Bebemos café. En la casa hay silencio. El grabador por momentos registra ese silencio entre entrevistado y entrevistador. Es sábado por la noche al filo de las diez de la noche, los bullicios de la ciudad joven nocturna comienzan a encenderse.

Martín Alvarenga piensa, usa los silencios para acentuar sus reflexiones. “En la poesía tienen que darse las dos cosas: estar enamorado del mundo y encontrar un sentido. Pero hay otros factores que participan de esta construcción poética. Quien escribe trata de traducir el momento en que estuvo gestando algo especial. Pero he abordado mucho la poesía en sí misma, la poesía interpelándose a sí misma, la poesía como la génesis de la poesía y su nacimiento. En muchos de esos poemas hay un período en el que se van dando como una cosmogonía de cómo nace la poesía, al ser una cosmogonía es un mito, un mito personal y acotado.

“Entre el concepto y el latido del poema”

   ¿Cómo es el proceso o el momento creativo de cierre del poema?

—Es un momento quizás no tan sencillo de traducir. Hay un habitad donde yo sentía que eso era la poesía, me sentía en ese devenir, es como si de pronto te sintieras dentro del fluir del agua. Esa es una forma de describir, me sentía copartícipe del fluir, metido y fluyendo, es una experiencia desde adentro.
Ahora que reflexiono creo que esa experiencia es la que me permitió no caer en manos de una total elaboración, al estar metido dentro es como si estuviera estremecido al momento de hacerlo.  Entonces ese estremecimiento me salvó de ser atrapado por la elaboración, porque había mucha elaboración pero también había mucha espontaneidad. El tema era hasta qué punto podía conciliar los dos extremos, entre la idea y la imagen, entre el concepto y el latido.

— En el medio de la música

—La musicalidad del poema, del texto, de la prosa en general, es el hecho de decir y escuchar, tiene que haber música.   Hay una metáfora que tengo en Flotilla de fábula —“como un relámpago congelado en la mano”, para mí la poesía es eso: “un relámpago congelado en la mano”.   En Vuelo Chamánico está presente el chamán, el factor desencadenante del mito e incluso en el libro hay un relato donde habla el chamán.  
Cuando tengo un libro ensayo varios títulos, una vez que tengo varios elijo el que tuviera que ver más con mi persona y que estuviera autorreferenciado con el lugar, no digo Corrientes sino Latinoamérica, mi lugar en el mundo. Corrientes es una situación accidental, lo sustancial es estar en américa latina, porque hay una connotación de paisaje, mitología, influencia de escritores latinoamericana sobre todo en la narrativa.

— Aquí, como en ningún otro libro, conviven todos los géneros literarios.

—Percibo mi narrativa como una especie de energía poética. Aquí en este libro de Vuelos Chamánicos está presente mi perspectiva tangencial de autor que es la combinación de ensayo, narrativa y poesía. Creo que hay una cierta circularidad sobre esto. Cosa que no lo pensé. Ahora lo pensé y tampoco es descabellado porque ya había escrito ensayo, novela y poesía.

— Al igual que en otros textos, Corrientes está presente.

Corrientes está presente. Creo que hay una visión de Corrientes crítica, no en un sentido de homenaje o un laudatorio, sino que hay una visión crítica, hay ciertos rasgos que no me agradan y los pongo en evidencia. El patrón de Corrientes que es el patrón de la estancia, el imaginario de las estancias, el imaginario de los apellidos, la seducción de la gente por el poder. Existe una tendencia social a la admiración alienante a la autoridad, ya sea político, estanciero, profesional poderoso; hay una especie de pleitesía al poder que me desagrada, eso he tocado a través de mis textos, más frontalmente en los ensayos aunque acá hay una mirada crítica no tan enfatizada, pero está presente. De pronto en el poemario reverbera, aparece y desaparece. Me gusta de Corrientes el paisaje, el mito, me gusta el mito como mística de lo sobrenatural.

La seducción por el poder es lo que me hizo convivir en Corrientes con dos elementos, el exilio y el arraigo. La mitad de mi experiencia personal, mi existencialidad pasa por el exilio y el arraigo. Se me cruzan las dos cosas, estoy debatiéndome sobre estas dos cosas. Soy esas dos cosas.

Si no hubiera tenido o estado en la marginalidad no hubiera escrito el libro de Vuelos Chamánicos. Esta es una antología no solo de la poesía que escribí sino que funciona como un juicio de enunciación, es una síntesis de mi obra. Durante los 20 años que duró el proceso de escritura no me daba cuenta de que podía ser un libro síntesis de mi escritura. Nunca fue planteado así, con el tiempo se fue dando ese lugar. Fui armando parte por parte, y fueron aparecieron escalonada y simultáneamente. En lingüística sería diacrónico y sincrónico, pero es como si hubiera colocado las partes de este libro en una especie de batea y se mezclaron todas las cosas.


Fe poética
A la esperanza
Dibujada en el futuro
La llaman utopía.

A la devoción poseída
Por el pensamiento y el relato,
La llaman mitología.

A la rebelión
Metida a lo hondo
De tu pellejo

La llaman poesía.



jueves, 13 de septiembre de 2018

Temporal suma su cadencia al programa Sabores del Chamamé

Con la idea de fomentar la Gastronomía Tradicional y el Chamamé el Gobierno de Corrientes a través del Instituto de Cultural inició el programa Sabores del Chamamé. El mismo comenzó en el mes de julio y desde entonces ha recorrido bares de la ciudad como Cantalicio, Yacarú Porá, El Molino, La Cocina, El Mariscal, y el bar del Museo Antropológico. Este mes de septiembre se están presentando grupos como Grito Sagrado, Che trío porá y solistas como Belén Majul y Silvina Escalante. En este contexto el grupo Temporal se presentó el último miércoles en el Café El Mariscal.

paulo ferreyra

[email protected]

Cerca de las 23 arremeten los acordes de Km 11 e inmediatamente el grupo concentra todas las miradas. El golpe tiene su efecto. El grupo Temporal está conformado por Joaquín Sheridan en viola, Luis Cadau en bajo y Alejandro Pereyra en guitarra. Desde sus inicios llevan el sello de concentrar su repertorio en sus propios temas y en esta oportunidad solo abrieron pequeñas puertas a los clásicos de la región.



“Muchas gracias por venir. Gracias por escucharnos”, desliza exultante Joaquín. “Comenzamos con algo especial pero ahora vamos a lo que mejor hacemos, nuestros temas”, explica y las melodías comienza a madurar en la noche. El grupo ya ha realizado presentaciones en distintos escenarios importantes de la ciudad y de otras provincias. En cada momento va consolidando su propuesta artística desde los arreglos, las voces, la selección del repertorio. (para mi si es desde, tiene que haber hasta)

El plato del día en El Mariscal era guiso de arroz, en otras oportunidades fue Guiso de Lenteja, Mbaipy, entre otros platos típicos. La velada del miércoles estuvo colmada, la comida y la música iban regadas por diferentes bebidas (saque desde) agua, gaseosa, cerveza y vino. El ambiente festivo se ensanchaba con pedidos de tema y sapucay.

Las melodías de Temporal van conquistado todo, la atención se amplifica no solo con los oídos sino con los ojos y el cuerpo. Hay largo silencios mientras las cuerdas de los instrumentos juegan melodías de chamame y valseados. “La mayoría de nuestros temas son instrumentales. Los dejamos volar con la imaginación, para que no estén condicionados después les decimos o les contamos los títulos”, desliza Joaquín mientras estallan más aplausos. Entre los temas cantados los músicos contaron la presencia de Dolores quien también sumó su cadencia artística.



“Estamos próximos a lanzar el primer disco. Ahí los temas en su mayoría son nuestras composiciones, como Fabiola, Temporal, Nuevo despertar, Ando tranquilo, Tarde gris, entre otros”, explicaron los músicos al tiempo que hicieron una versión exquisita y dulce de Merceditas con finos arreglos de cuerdas. Los aplausos regaron una velada más de chamamé y sabores.

El programa continuará la próxima semana con Che Trío Pora en La Cocina y en Cantalicio Bar, también será de la partida Belén Majul y 40 grados.