“El chamamé en lo conceptual es un género musical tradicional de la provincia de Corrientes. Más allá de eso creo que esta música es un sentimiento, una pasión, algo que se respira en varios ambientes familiares”. “Como mi gente” es el nombre del programa radial de Miguel Romero que se emite todos los sábados y domingos por La Red Corrientes. Hace unos días nos juntamos en la emisora para hablar de este día tan especial, como es el Día Nacional del Chamamé.
“Esta música tiene vida y será la música del futuro. Tiene mucha vida. En muchos lugares recién lo están descubriendo. Me gusta mucho los jóvenes, Tajy, Temporal, Pablo Delvalle, entre otros”, explica. Los primeros recuerdos del chamamé y de la radio se remontan a Las Lomitas (Formosa). A fines de los `80 y comienzos de los `90 Miguel Ángel Romero se radicó en la Capital formoseña, época en la que comenzaba el auge de las emisoras de frecuencia modulada (FM). “En Formosa había dos o tres radios como máximo. Las primeras FM eran escuelas, antes lo que decía la radio se respetaba mucho. Era palabra mayor”, recuerda.
Así aprendió a leer en radio y conocer el lenguaje del medio. Su trajín lo llevó por Buenos Aires, Paso de los Libres, Formosa y Corrientes. Como amante de la radio cumplió su sueño, tuvo su propia emisora que después por distintas circunstancias la vendió. Cuando llegó a Corrientes hace un par de años comenzó a trabajar en FM Dorado. Hacía radio y también oficiaba de presentador de músicos en la Peña Cantalicio. Su labor lo llevó también como animador a la Fiesta Nacional del Chamamé, hace un año atrás estuvo dos noches y en la edición pasada estuvo las diez noches.
Miguel define al chamamé como una pasión. “Siempre buscaré la forma de sostenerme como difusor. En mi programa es un compromiso decir el título, el o la autora e intérpretes”, lo cual deja a las claras su responsabilidad profesional; y no puede evitar ser crítico del medio: “pasar publicidad y música sin saber qué se pasa es una falta de respeto a los intérpretes, a los autores y a los oyentes. Como dice un logo de SADAIC: “alguien lo hizo, alguien lo creó”. Hay que conocer más al artista y contarle a la gente quién es, era o qué hacían esos músicos”.
“Sin el difusor quizás la música llega igual a la gente pero sería más difícil. Además porque está en nosotros elegir a quien difundir. Hay un refrán que dice que uno tararea las peores canciones. Eso lo hacen los difusores. La tarea del difusor es muy importante y es poca reconocida tanto por músicos como por la gente”, explica.
“Hay muchos difusores que sacan plata de su bolsillo para pagar el espacio en la radio. A veces te vas a buscar publicidad y te dicen: -Tanto me vas cobrar por difundir chamamé!?”, cuenta y pone sus manos en la mesa. Hace silencio y remarca la expresión que se ve que recibe muy seguido: “Así te dicen: Tanto me vas a cobrar por difundir chamamé!?”.
AUDIENCIA PARA TODOS LOS HORARIOS
Miguel hacía su programa a la noche y recibía la visita de varios músicos. Con el tiempo por distintas circunstancias pasó a la mañana y la vida cambió. Los músicos ya no pueden visitar el estudio pero su audiencia no decae, sigue creciendo con personas que le hacen llegar sus saludos desde distintos puntos del país. "Hay audiencia para todo horario", reconoce.
Desde pequeño escucha chamamé y cuenta que “uno llega amar tanto esta música que se hace una pasión, es parte de mi vida, me siento identificado y lo llevo conmigo todo el día”. Al ser consultado acerca de qué chamamé volvería a escuchar una y otra, y otra vez, cuenta que cuando era chico y vivía en el campo en Formosa tocaba la guitarra y acompañaba a su padre. “Tocaba y cantaba "Mi última flor", un clásico de Salvador Miqueri. “Es un tema muy lindo y me trae todo lo vivido en el campo. Es muy difícil elegir un tema”, lo dice y remarca la u de muy; la vocal queda sostenida hasta que cierra e insiste: “es muy difícil elegir un solo tema. Si te preguntan y… el himno del chamamé ya es “Kilómetro 11”, muchos ahora dicen “La Calandria”, “Chamamecero”, y ahí empiezan a ensancharse los títulos”.
Vale destacar que en el Día Nacional del Chamamé, Miguel Ángel Romero estará celebrando este día como hace más de 30 años, cuando empezó este andar de difusor. Días después retomará la radio de 6 a 9 como conductor y operador. Cuando nos despedimos saluda con un “abrazo chamamecero”, encerrando en esas palabras su pasión por la música y un estilo de vida cantando a la amistad, al amor, a la familia, a la tierra.
Paulo Ferreyra
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