“Me parece muy necesario para estos tiempos reflexionar sobre la cuestión de las temporalidades de la poesía”, señala Daiana Henderson. “El Festival Mulita es posibilidad de compartir con
otros escritores y escritoras mis poemas”, describió Carlos Battilana.
Entrevista Eliana Coronel y Paulo Ferreyra
Especial para mulitadigital.com.ar
Este viernes arranca en el Fogón de los Arrieros de Resistencia el Festival Mulita. Estarán presentes autoras y autores de referencia nacional e internacional. En festival de extenderá hasta el sábado con una programación que incluye charlas, talleres, lecturas, muestra artística y espectáculos musicales.
Dos de los poetas convocados son Carlos Battilana
y Daiana Henderson. Ambos compartirán la charla “Poesía urgente, poesía fuera
del tiempo”, junto a Lucas Brito Sánchez.
Carlos Battilana, es de Paso de los libres,
Corrientes. Escribió El fin del verano, El lado ciego, Presente continuo, La
hiedra de la constancia, Velocidad crucero y Una mañana boreal. "La poesía
de Carlos es una poesía sobre cómo parar al corazón neurótico, cómo ejercer el
esfuerzo permanente de la fe; la poesía no es huida sino reparación, no
obsesión sino persistencia", escribe Santiago Llach en la contratapa de la
poesía reunida de Carlos Battilana, publicada por Caleta Olivia.
Daiana Henderson, nació en Paraná, Entre
Ríos. Actualmente reside en Rosario. Es co-directora de Editorial Neutrinos, y
estudiante de Comunicación Social. Publicó entre otros los libros de poesía El
gran dorado, A través del liso, Un foquito en medio del campo e Irse.
“Daiana
Henderson es una poeta de nuestro tiempo. Es una de las tantas pruebas de que
la poesía sigue viva y latiendo. Que la seguimos necesitando para deshacernos
un rato, y rehacernos después”, señala Anshi Moran en el blog La Libre.
— ¿Conocían el festival? ¿Cómo tomaron esta invitación
para participar?
Carlos — Por un lado conocía la existencia
del Festival Mulita por escritoras y escritores amigos que habían ido antes.
Cuando me invitaron se despertó en mí mucho interés. Me convoca la posibilidad
de compartir con otros escritores y escritoras mis poemas.
Daiana— Si lo conocí en el 2019 cuando coincidimos
con Mariano Quirós en un feed back en Santiago del Estero donde estábamos
invitados. Estuvimos charlando, intercambiando experiencia porque trabajé mucho
tiempo organizando un festival de poesía en Rosario y ahí me interiorice en el
festival
Cuando recibí la invitación fue con mucha
alegría, primero porque se interrumpió ese intercambio vital y fundamental que
son este tipo de encuentros y el desplazamiento a otras geografías que también
en parte de lo más nutritivo
— Viendo el programa van a compartir espacio con otros
poetas en una mesa bajo un título interesante, "poesía urgente, poesía
fuera del tiempo". ¿Cómo se preparan para hablar de estas cosas?
Carlos — Vamos a charlar con otros poetas
sobre estas cuestiones. Ahora que me preguntas hay una diferencia entre la
poesía urgente y la poesía fuera del tiempo.
La poesía urgente es la que se considera una
poesía comprometida, que tiene que ver con el momento donde se responde a una
coyuntura política o social. Por otro lado cuando se habla de poesía fuera de
tiempo no sé bien a qué se refiera, quizás tenga relación a que cuando uno lee
o escribe poesía esta con una temporalidad diferente a la cronológica. Hay una
ruptura de lo cotidiano para ingresar a otra dimensión, a un tiempo que nos permite
captar o comprender aquello que queremos decir.
No creo que la poesía esté fuera de tiempo pero sí creo que puede
remitir a una temporalidad distinta a la cotidiana. Cuando lees o escribís un
poema se rompe el curso de lo cotidiano.
Daiana — Me parece súper interesante el eje
del debate y de la conversación. Y también me parece muy necesario para estos
tiempos reflexionar sobre la cuestión de las temporalidades de la poesía.
— Estas dos concepciones “poesía urgente, poesía fuera
del tiempo”, ¿están presentes a la hora de escribir? ¿Qué les sucede a ustedes?
Carlos — Lo que pasa es que son dos visiones
diferentes. Por ejemplo, cuando escribo o cuando leo poesía, incluso cuando
experimento un estado poético se rompe el vértigo de la eficacia capitalista y
se ingresa a otra instancia. Escribo desde ese lugar. Insisto, no creo que la
poesía esté fuera de tiempo. Siempre la poesía es histórica. Por ejemplo, vos
podés pensar en algo que te gusta mucho y cuando estás ahí estás en otro
tiempo. Si te gusta la literatura, el cine o el teatro entras en un estado
diferente. Con la poesía pasan esas cosas. El sábado vamos a ver qué surge de
esta conversación. Todavía estoy pensando en esa temática.
Daiana— Es complejo. La urgencia tiene una acepción doble. Por un lado está la cuestión de lo inmediato y por otro lado tiene la cuestión de lo necesario. Entonces por el lado de lo necesario si me encuentro con la cuestión de la urgencia pero me parece que la poesía funciona en otra temporalidad o construye otra temporalidad que no necesariamente tiene que estar respondiendo a demandas de la contingencia. Me parece que hay otros discursos y otros espacios textuales que son más atinados para ese tipo de demandas. Me parece que la poesía no tiene por qué responder a eso.
— Me disparan además del arte otro ejemplo, el amor. ¿El amor es ese no tiempo compartido
con otra o con otro? ¿El amor aparece en sus poesías?
Carlos — Totalmente, estoy de acuerdo. La
noción de poesía y la noción de amor no sé si son diferentes. Cuando uno
enuncia poéticamente, aunque enuncie con odio, enuncia algo verdadero,
auténtico, genuino. Nada más auténtico que cuando uno siente amor.
Daiana — Mi
forma de relacionarme con la poesía, que no solamente es el momento de la
escritura solitaria, sino que para mí es una búsqueda estética, artística o una
obra, también se va conformando en los movimientos afectivos que uno hace tanto
con los pares como los amigos que comparten el camino y también con las
vinculaciones editoriales que la poesía tiene una relación muy particular con
la vida editorial. Lo afectivo me parece que atraviesa todo, diría que sí pero
no desde un lugar temático.
— Ambos han hecho talleres de escritura y ese es su mundo
de alguna manera, ¿qué les convoca la poesía? ¿por qué seguir eligiendo la
poesía?
Carlos — Qué puedo responder. Entiendo el
mundo desde la poesía. Mi modo de ver las cosas tiene que ver con la poesía. No
concibo el mundo sin poder leer y escribir literatura. La poesía es mi oxígeno.
La poesía me constituye subjetivamente, está asociado a lo que pienso del mundo
y a lo que siento. Hay estados más poéticos que otros, a veces cuando no estoy
escribiendo me preocupo un poco. La poesía también te lleva a esa primera
infancia, un estado flotante donde no tenemos conciencia del todo.
Daiana —No puedo no hacerlo. Por un lado es
una elección de vida. Para mí no se trata solamente de sentarme a escribir,
corregir un texto y de publicarlo. Obviamente esa es una parte muy importante
de todo el proceso. Asumirme poeta es comprometerme con la vida y vivir de una
determinada manera. La poesía está en un diálogo natural conmigo misma todo el
tiempo, así lo vivo.
— La poeta Laura Yasan decía que un buen poema se puede
arruinar con una mala lectura, ¿cómo incide en ustedes la oralidad del poema?
Carlos — La poesía busca la oralidad porque
busca la voz, todo poema quiere volver a la voz. Eso no significa que el poema
reproduzca enunciados coloquiales, puede hacerlo y de hecho hay excelentes
poemas en ese sentido. Pero cuando digo que busca la voz lo que está buscando
la poesía es un estado de fluencia de la lengua, de enunciación primera, por
eso tiene una dimensión oral. Además no hay nada más lindo que leer un poema en
voz alta. Cuando uno lee un poema, aunque sea de otro autor, lo que está
buscando es una voz, una voz que está en el poema y que también está en uno.
Hay distintas formas de leer las cosas, distintas tonalidades, no hay una voz unívoca
sino que tiene relación con el modo de leer cada uno. Inciden la tonalidad de
las palabras y los silencios, las pausas que hay en el poema. La poesía tiene
que ver con la respiración, los poemas respiran y eso es de carácter oral.
Daiana — Lo pienso doblemente como la persona
que lee en público como la que escucha, que son experiencias bastante
diferentes. Como la que escucha, un poema no se puede arruinar porque me parece
que la performance, que es algo que a mí me importa mucho, en el sentido de la
puesta en voz y cuerpo de un poema, se conforma con el estilo aunque sea
voluntario o involuntario de la poeta, o de la persona que lea.
En cuanto a leer. El término me queda un poco
corto, lo pensaría como una lectura performática, no llega a ser una
performance pero tampoco una lectura en voz alta de un texto, es como un
término medio. Lo que sucede ahí en el momento que también se conforma con lo
que pasa en ese aquí y ahora, con la gente que está ahí, en el espacio que está
ahí, en la escucha que se arma, es como un momento colectivo que es muy
significativo. Y por supuesto una puede sentirse más satisfecha o menos
satisfecha con cómo ha salido, pero es parte del aprendizaje.
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