¿Cuánto pesa el amor? Es el título de una muestra que está abierta en el Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires. Daniel realizó la curaduría y en esta charla hablamos sobre cómo se gestó este trabajo, sobre arte y, como no podía ser de otra manera, también hablamos de amor.
Por Paulo Ferreyra
Estamos en un mundo que no para de creerse simple. Quiere vendernos una simpleza que realmente no existe. No es la realidad ni la forma en la que vivimos, así se expresó hace un tiempo Manuel Sagade, actual director del Museo Reina Sofía. En la entrevista además agregó, perder el tiempo en el museo es valioso, todo lo contrario a la vida cotidiana. Salimos del tiempo productivista. Aquí lo extendemos a visitar un Centro Cultural y visitar obras de arte.
Pablo Lehmann- Espejo barroco. Gentileza Centro Cultural Recoleta |
Como una extensión de esa complejidad en la que vivimos,
el profesor y curador Daniel Fischer se metió con un tema fuerte: el amor. Daniel ha
curado la muestra ¿Cuánto pesa el amor?
en la Sala Cronopios del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires. En el mismo
lugar el año pasado había curado la muestra Breve historia de la eternidad, realizada con gran éxito.
En esta nueva muestra se despliega en muchas obras de más
de 60 artistas nacionales e internacionales, de todos los tiempos y en todos
los formatos: fotografías, instalaciones, pinturas, esculturas, videos y
fragmentos textuales provenientes de la ciencia ficción o que surgen de
conceptos filosóficos y comparten tópicos, mitos y relatos sobre el amor.
"Para que el amor dure es imprescindible tener
ilusiones o no tener ninguna”, dice la escritora Lorrie Moore. Vamos a intentar
crear esas ilusiones para sumergirnos en la muestra que curó Daniel Fischer en
un diálogo que construimos juntos entre preguntas y respuestas.
— Vamos
a empezar por lo más sencillo, ¿cómo se gestó esta muestra?
— Esta
exposición, una curaduría sensible o emocional como la suelo nombrar, nació a
partir de un hecho muy particular que nos ha cambiado la vida a mi y a mi
pareja. Hace año y medio viven con nosotros tres niños. Hemos adoptado tres
hermanitos y hemos conformado una familia. En ese proceso desde la decisión
hasta la convivencia con ellos han pasado una gran gama de emociones, de
entretejidos y de emprender la más complejas de las tareas; aprender a ser
familia.
En ese
proceso turbulento y hermoso, en septiembre del año pasado mi hija Yuliana que
por ese entonces tenía seis, un día se levantó y se pronunció diciendo;
— Dani, el amor no tiene que doler.
— ¿Cómo?
— Dani, el amor no tiene que doler.
No sabía, con esa expresión muy propia de la niñez, si me preguntaba o me afirmaba. Por supuesto que no pude responder esa pregunta que creo es algo muy personal en la vida de los humanos. A partir de allí durante toda esa semana, inquieta, bajaba corriendo por las escaleras e iba directo a una biblioteca que tenemos y tomaba un libro. Rápidamente lo hojeaba y buscaba una imagen, la misma imagen cada día. La imagen era una escultura de pequeño formato, donde hay un hombre a la” intemperie” desnudo a quien le brotan desde sus poros unas gotitas de lágrimas y en sus pies hay un gran bloque de resina que suponen sus propias lagrimas cristalizadas que no lo dejan avanzar. A partir de allí mi cabeza como la de Yuliana trajo a mi memoria una serie de obras y pensamientos que al tiempo impulsaron esta exposición que está dedicada a Yuliana, hoy con siete años.
Daniel Fischer |
— El año pasado ya habías curado una muestra en
Buenos Aires con buena repercusión, ¿qué significa curar una muestra? ¿qué simboliza
para vos estar presencia fuerte como curador en Buenos Aires?
— El
año pasado con este mismo porte y en el mismo Centro Cultural Recoleta había
curado como decís otra exhibición que se llamó Breve Historia de la Eternidad. Esta exhibición coincidía con la
llegada de los niños a casa. Una exposición Borgeana y colectiva de más de 50
artistas nacionales e internacionales de gran trayectoria donde se presentaban
quince proyectos de instalación en gran formato junto a pinturas, esculturas,
fotografías y dibujos de colecciones públicas y privadas. Las creaciones
abordaban la idea de la plenitud como fuga a los ideales de una sociedad
intolerante y opresiva. Pero también como enunciaba en aquel texto con el poder de un rayo iluminado, rizomático
y breve, las obras creaban una plataforma para pensar sobre lo temporal y lo
eterno, algo que como papás creo es un gran tema de preocupación cuando se
tiene la valiosa y gran responsabilidad de velar, cuidar y acompañar el
crecimiento de un niño.
Fue
como decís una gran muestra y valorada no solo por el público sino por los
entendidos del campo del arte. Con gran repercusión dominó la escena porteña.
Creo que siempre me interrogo, sobre mi estar en esa gran ciudad cosmopolita, entendiendo que hay tantos profesionales y curadores talentosos y con gran trayectoria. Sin embargo, hace tiempo que he logrado me convoquen para muchos trabajos hermosos e importantes y creo que quizás han logrado ver algo que desconozco, que parte de mi capacidad de trabajo y como abordo cada proyecto al que se me convoca. Siempre hago el chiste que es un toque provinciano que le da un giro inesperado a como entender el orden de las cosas.
Pablo Suarez- Mar de lágrimas. Gentileza Centro Cultural Recoleta |
— En esta muestra ¿Cuánto pesa el amor?, ¿Hubo
algún concepto del amor que descubriste en este proceso trabajo y te atrapó?
— Cuando inicie este gran trabajo convocado por Maximiliano Tomás, el nuevo director del Centro Cultural Recoleta, y Verónica Otero, con quien he trabajado codo a codo para llevar adelante esta exposición de gran porte, se puso en juego dos autores emblemáticos. Por un lado Nietzsche, quien no deja de creer en el amor como asunto de suma importancia, a diferencia de mi niña que cree que el amor no tiene que doler, sin embargo él vehementemente nos dice que “El amor es un sufrimiento que debía ser intentado al menos una vez”, ya que el amor nos hace humanos, demasiado humanos.
También y en ese camino de repensar este núcleo de contenido, el autor Raymnond Carver, quien dominó indiscutiblemente el panorama literario norteamericano de los años 80, a partir de una serie de escritos donde se pregunta: ¿De qué hablamos cuando hablamos de amor?, porque más allá de lo que cada persona considera que debería ser el amor; éste, en su sentido general, llega con derrumbe, con ingenuidad, con violencia. Hay “Parejas que se despedazan, compañeros que parten desesperadamente a la aventura, hijos que intentan comunicarse con sus padres, un universo injusto, violento, tenso, a veces irrisorio”.
Ulises Mazzucca - Nuestro baile de noche. Gentileza Centro Cultural Recoleta |
— Aquí juntas obras de arte bajo un concepto como
el amor, ¿se puede hacer muestras sobre cualquier concepto? ¿hay algún tema
sobre el que no trabajarías? ¿Hay un tema que tenés pendiente y que te gustaría
trabajar?
—
Claro que se puede hacer exposiciones de cualquier tema. El mundo es una gran
posibilidad y abanico para situarse e investigar. El mundo propio y el mundo
otro, en términos de otredad es escenario. Quizás hay temas que puedan ser
comunes a la humanidad y temas de urgencia como sociedad.
Aquí
creo que el amor, aún en su peligrosa y romántica relación, que en ocasiones se
banaliza, tiene un lugar importante y convocante y por eso aparece
recurrentemente a lo largo de los tiempos tanto en la filosofía como en otras
áreas de conocimiento.
En
relación a mis deseos, y quizás por mi edad, trato que se correspondan con el
tiempo presente, como este caso en el que he podido canalizar dudas y preguntas
de la existencia a través de mi nueva relación con el mundo y mis niños como
puente.
— Aquí en la muestra hay más de 100 obras de arte
de más de 60 artistas, ¿podés compartir
al menos tres criterios que usaste para seleccionar las obras que forman parte
de esta exposición?
— La exposición tiene varios núcleos y capas vinculadas a esas variables del amor. Sin embargo, en la sala Cronopios, sala principal y emblemática del Centro Cultural, éste concepto enfrenta cuatro momentos narrativos, el amor y la vida, el amor y la muerte, el amor y la espiritualidad, el amor y los cuerpos.
Hernán Marina - Abrazo. Gentileza Centro Cultural Recoleta |
— En las salas se plasman pinturas, fotografías,
videos, muchas instalaciones y esculturas, ¿Ese concepto del amor tan amplio y
multifacético buscaste que esté plasmado en los diferentes lenguajes artísticos?
¿Por qué?
— Para
esta exhibición tuve muy presente lo que creo es un centro cultural a
diferencia de un museo. El museo y quizás por largo tiempo tuvo una función más
educativa a diferencia de los centros culturales que a mi modo de ver, llevan la
ardua tarea de construir identidades. En este aspecto la compleja y
multifacética tarea está pensada en poder reconocer quienes son esos públicos,
cual es la permeabilidad discursiva y que leguajes porosos pueden usarse para
empatizar y construir conocimientos juntos.
Para
ellos la muestra como dijiste presenta múltiples lenguajes; desde los formatos
más clásicos pintura escultura hasta instalaciones, sitios específicos, y video
instalaciones de gran formato que se entretejen con cristalería, joyería y elementos
que en principio podrían pensarse como arte utilitario o funerario.
Por
otra parte, las materialidades innumerables que seleccioné son de una gran
“belleza”. Entendiendo esta belleza como el rico trabajo de oficios que se
presenta y el modo permeable y accesible de esas materialidades para
vehiculizar discursos y modos de hacer y pensar. En esta exposición se pueden
encontrar por ejemplo, trabajos en talla
de carbón, pintura de oro sobre cristal o cerámica, plásticos
fotoluminiscentes, hilo de algodón embebidos en ciertos aceites, fotografías
impresas en seda natural entre otras técnicas y materialidades.
— Vivimos en un contexto económico social difícil,
¿es importante el arte en este contexto? ¿por qué no deberíamos descuidar
nuestra atención en torno al arte?
— Vaya que pregunta. Por supuesto que creo fielmente que el arte es un alimento. Porque como alguna vez ha dicho Gabriela Borrelli Azara, nadie sobrevive sin un plato de comida pero nadie, nadie sobrevive sin una palabra de amor. A esto podría agregar que nadie sobrevive sin conocimiento. El arte es una herramienta de conocimiento que permea nuestros cuerpos de un modo tan compasivo y amoroso que indudablemente, en los momentos más críticos puede mantenernos a flote, estimular nuestra pervivencia, aquietar nuestra angustia existencial y crear recursos para hacer girar nuestro mundo en 360 grados.
Artistas que participan de la muestra
Manuel Ameztoy, Amalia
Amoedo, Monica van Asperen, Gabriel Baggio, Fabiana Barreda, Fabián Bercic,
Antonio Berni, Delia Cancela, Claudia Casarino, Ailí Chen, Cynthia Cohen,
Guillermo Conte, Nicola Costantino, Angela Copello, Flavia Da Rin, Petu de
Mareca, Celina Eceiza, Sara Facio, Yanina Faour, León Ferrari, Mónica Fierro,
Juan Manuel Figueroa Aznar, Yiyú Finke, Ana Gallardo, Daniel García, Nicolás
García Uriburu, Edgardo Giménez, Sara Goldman, Carlos Gorriarena, Vicente
Grondona, Yuyo Gardiol, Carlos Herrera, Roberto Jacoby, Daniel Joglar,
Alexandra Kehayoglou, Fernanda Laguna, Fabiana Larrea, Pablo Lehmann, Marcos
López, Matilde Marín, Hernán Marina, Ulises Mazzucca, Paloma Mejía, Ad
Minoliti, Marta Minujín, Alejandra Mizrahi, Margarita Paksa, Alberto Passolini,
Teresa Pereda, Susana Pérez, Débora Pierpaoli, Liliana Porter, Claudia del Río,
Silvia Rivas, Josefina Robirosa, Anatole Saderman, Soledad Sánchez Goldar,
Jessica Sandoval, Diana Schufer, Paula Senderowicz, Paola Sferco, Cindy
Sherman, Paulina Silva Hauyon, Elisa Strada, Pablo Suárez, Mariana Tellería,
Clorindo Testa, María Torcello, y Paula Toto Blake.
Bio /// de Daniel Fischer
Es profesor y curador independiente de arte
contemporáneo, formado en Arquitectura y Artes Visuales. Es miembro de la
Asociación Argentina de Críticos de Arte (AACA). Es docente de la Facultad de
Artes, Diseño y Ciencia de la Cultura, (F.A.DyCC) y de la Facultad de
Arquitectura y Urbanismo de la Universidad Nacional del Nordeste (U.N.N.E.)
Participa como investigador y académico para la Sociedad de Estudios
Morfológicos en Argentina (S.E.M.A).
Ha obtenido becas del Consejo Federal de Cultura,
Fundación Telefónica, Fondo Nacional de las Artes, Ciencia y Técnica, Oficina
Cultural de la Embajada de España, Fundación Volpe y Fundación Antorchas. Fue director del Museo de Bellas Artes René
Brusau (Resistencia, Chaco). Ha realizado curadurías y diseñado exposiciones
para museos, galerías y ferias nacionales e internacionales de arte
contemporáneo. Ha sido jurado de bienales, salones nacionales y provinciales.
Es Doctorando de la Universidad Nacional de La Plata.
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