El escritor y poeta presentó la reedición de su libro Latinoamérica comienza en Corrientes. Este llegó de la mano de Eudene, editorial de la Universidad Nacional del Nordeste. “Extrañaba el contacto con la gente. Sentía una nostalgia”, expresó en la previa de ese encuentro con el público.
Por Paulo Ferreyra
Foto gentileza Eudene
El atardecer se
iba lento en la ciudad. Los autos circulaban más pausados. Las pocas personas
que circulaban caminando iban envueltas en abrigos pesados y sobrios, mientras despuntaban
algunos destellos con guantes o bufandas blancas. En su casa, Martín Alvarenga
esperaba a su entrevistado con gesto amable, cordial, con palabras que brotaban
bañadas por la memoria.
Semanas atrás se
inauguró el ciclo Libros en el Hall en
la Universidad Nacional del Nordeste. En este marco se presentó la reedición
del libro de ensayo de Martín Alvarenga Latinoamérica
comienza en Corrientes, la obra es editada por Eudene e ilustrada con obras
del artista Esteban Gómez.
Martín Alvarenga, es filósofo y poeta. Su obra se configura alrededor del eje temático del ser humano en el cosmos, su relación consigo mismo, con la imaginación y con el otro. Expresa una visión holística y panóptica del mundo que cruza las fronteras de la cosmogonía occidental para incorporar elementos que van desde el pensamiento guaraní hasta la filosofía. Él ha publicado poesía, cuento, novela, ensayo y ha escrito teatro; entre sus títulos se encuentran: Cantando como si naciera, Flotilla de fábulas, Imaginero cosmológico, País alucinógeno, Los fantacuentos, Drogados por la luz, Catarsis, El vuelo chamánico, entre otros trabajos.
Volver
Con este libro en
particular el escritor y poeta vuelve hacer pie en la ciudad de siete puntas
hacia el río. Antes de ello vivió catorce años en Buenos Aires. “Después de
aquellos años allá y tras arribar en la ciudad me encontré muy alejado de las
cosas que pasaban en este lugar. Tenía que volver a arraigarme. Entonces de
pronto encontré una frase disparadora que surgió del hecho de sentirme un
extraño. La frase fue - Latinoamérica
comienza en Corrientes. Es una proyección de mi propia identidad”, explicó.
El escritor y
poeta mantiene una postura de tener un pie adentro y otro pie afuera. “Me gusta
estar más en la periferia”, subrayó. Destacó la importancia de la reedición de
su libro, agradeció durante la charla el esfuerzo y el trabajo conjunto de Facundo
Alarcón y Carlos Quiñonez.
— A través de este
libro sentí la familiarización y la inserción con el entorno correntino.
Conciliar mi espacio de Buenos Aires con esto que pasaba acá. Hay algo
circular, porque voy a buscar cosas que no encuentro o encuentro algo que es un
instante. Es en Corrientes donde encuentro la síntesis existencial - como dice
Rodolfo Kusch - la síntesis existencial de mi estar en el mundo. Estar en el
mundo como una continuación de la teoría de Heidegger. Pero el estar en el
mundo en esta ciudad no es pasivo sino estimulante, disparador, hay un
temperamento colectivo. Si bien es cierto que es introversión, también juega
con la extroversión - trascendencia e inmanencia. Hay un tire y afloje
permanente que es muy seductor.
Aquí hay una
pasión erótica porque nosotros vivimos en un clima estimulante, excitante,
tenemos eso en nuestra naturaleza. Hay un montón de motivaciones que nos hacen
poner el cuerpo para expresarnos. La intensidad y el cuerpo determinan una
pasión erótica. Sin cuerpo no hay palabra y sin palabra no hay cuerpo.
El chamamé por
ejemplo es una expresión musical. Tiene un ritmo y un canto que nos hace sentir
que estamos en este mundo, que el mundo comienza acá. Es una expresión musical
que tiene que contar con una vertiente de letristas que tengan una mirada más
crítica. Creo que el chamamé tiene mucha fuerza, una seducción que llega a
integrar a toda una comunidad.
— Hay un juego que solo se
da con el otro, se necesita del otro. Cuando escribiste este libro, ¿quiénes
eran los otros con quienes interactuabas?
— Los otros era y son la región de la Cuenca del Plata y América Latina. Acá hay una frase que marca la separatividad con el mundo - que es Corrientes república aparte. En lo personal descreo en eso, para mí es un anti valor. Eso nos separa mucho del concepto emocional de nación. No respiramos un aire universal, por ahí nos confinamos en un aire muy local porque hay una cuestión de localía a ultranza.
Veo que aquí se
proyectan hacia y sobre sí mismos. En mi producción quise engancharme con América
Latina y no mirar tanto Buenos Aires. Lo pensé y lo fui sintiendo a medida que
comencé a producir este ensayo.
— Lo comenzaste a nombrar
— Sucede que cuando
escribís, nombrás. En el Antiguo Testamente cuando el creador del mundo -
siguiendo el mito cristiano - va nombrando las cosas, estas toman forma. Así
pasa con el que escribe, uno va nombrando y va dando vida a las cosas. A través
del arte en general podes dar vida. Eso es poético. Además, a medida que vas
escribiendo te vas descubriendo.
"Amo este sitio no por hábito sino
por memoria"
El escritor y
poeta presentó la reedición de su libro Latinoamérica
comienza en Corrientes. El mismo fue editado por Eudene, editorial de la
Universidad Nacional del Nordeste. En el hall de rectorado estuvo presente en
el escritor junto a la profesora, poeta y escritora Rosalía Montenegro. Las
luces delgadas y débiles daban un clima íntimo, casi de entrecasa. Rosalía
relució sus dotes de lectura analítica de la obra de Alvarenga, con mirada fina
y casi recitado todo con una dicción suave y firme.
Martín durante la charla con Rosalía desando el recorrido que lo llevó a este libro. Puso de relieve varias frases contundentes, cómo “Los soles de Corrientes jamás llegarán al ocaso”. “El universo comienza en Corrientes”. “Corrientes es la patria de la poesía y de la imaginación”.
Mirada indigenista
Los pueblos
originarios que estaban en la región tenían la concepción del ombligo del
mundo. Desde el punto de vista de la existencia el ombligo del mundo se debe a
que todo gira alrededor de nosotros mismos. Nosotros somos el eje de esa
rotación. Donde nos movemos llevamos ese mundo. Porque nos precede y nos
acompaña. El arraigo y la centralidad. Desde ese lugar surge la concepción de Corrientes
como ombligo latinoamericano
Martín Alvarenga
hablaba pausado, casi amasando cada palabra que salía de sus labios. Fue así
que resaltó, “el correntino se está haciendo. Colectivamente se va haciendo. El
hecho de tener en cuenta la centralidad nos permite encontrar ciertas
maravillas dentro de nuestro mismo espacio. Por ejemplo, a mí me maravilla los
amaneceres y la puesta del sol. No he visto en otros lugares estos amaneceres y
estos atardeceres”.
La esperanza está en lo que amamos en el mundo. Comentó que cuando escribía por hambre, por
desesperación, cuando escribe se pone ansioso y se exalta. Saca lo que tiene adentro
y ahí en la escritura fluye. La escritura no es solamente intuición, es también
reflexión.
Instantes
En un libro de reciente aparición Magalí Etchebarne escribió, nuestro español es ruidoso. No es una lengua que monta caballos. Es un caballo. Así sucede que las lecturas y las palabras de Martín Alvarenga: “Estoy bien. A una determinada edad hay que ponerle un plus a la existencia para vivir. Tenés que hacer un esfuerzo para vivir. Tenés limitaciones. Hay muchas limitaciones. Ya no podes salir como en otro tiempo. Esta presentación ha sido como una ventana que me permitió salir. Una oportunidad para encontrarme en modo taxativo. No en un sentido de deseo sino en cumplimiento del deseo. Me hace bien ser concierte de que hay que pelearla. Cada amanecer y cada noche digo hay que pelearla”. El amor por Corrientes también pasa por ahí. Le comentó que hay una frase de una familia amiga, la familia Binda, que dice Yo sé que hay mucho y mejor, pero mejor es aquí. A lo que Martín Alvarenga “eso es muy dialéctico, la eterna pregunta - estar y no estar. Ser o no ser. Es la memoria del instante. Somos instantes. Perduramos porque hay una acumulación de instantes que viven con nosotros”.
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