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jueves, 12 de septiembre de 2024

Fabián Yausaz: “Busco lectores para dialogar”

 




Este viernes 13 de septiembre a las 19 el poeta y escritor presenta su novela
Riña.
Lo acompañarán Bruno Ragazzi y Graciela Barrios. La cita es en el Hall de Rectorado de la Universidad Nacional del Nordeste. En esta charla hablamos sobre la publicación y resonaron nombres como Severo Espósito, Velmiro Ayala Gauna, Ernest Hemingway, Esteban Echeverría, entre otros.

 

Por Paulo Ferreyra 

Editada por Facundo Binda

 

Riña, la nueva novela de Fabián Yausaz, es un policial negro que transcurre Capibara Cue. Este es un pueblo del interior de la provincia de Corrientes que inventó Velmiro Ayala Gauna.  Sobrevuelan aquí temas como el narcotráfico y la trata de personas. Al igual que en otros textos publicados por Fabián vamos a encontrar la presencia de la lengua guaraní, a lo que el refiere como insoslayable cuando se habla de la provincia de Corrientes. Para él cuando se habla desde el interior es imposible no verlo, palparlo y sentirlo; no incluir la lengua guaraní sería vedarla. Es un gesto que le viene de Velmiro Ayala Gauna. Hace unos días nos encontramos y pudimos charlar para conocer más en profundidad cómo nace y qué cuestiones nuevas acarrea este libro.

 

— Me gusta comenzar por un personaje que es anterior a Riña y lleva por nombre Severo Espósito. Es él quien has relatado que se aparece en tu estudio para dictarte la novela, ¿Quién es en realidad Severo? ¿Nació en la laguna?

 

  Severo nació en la laguna Soto con la primera novela que escribí que es Acevé. Como personaje de ficción empezó a tomar una entidad y cuando él me visita escribo ficción. No lo puedo invocar. Viene solo. De hecho ahora estoy enojado con él porque no aparece. Ojalá pudiera invocarlo.

Hace unos años pude entrevistar a Rosa Montera cuando estuvo en la Feria Provincial del Libro de Corrientes. Ella presentaba El peligro de estar cuerda, un ensayo sobre la creatividad literaria. Lo que revela ahí es que hay un estudio - en realidad en su libro reseña varios estudios - que plantean que se ha encontrado en las biografías de escritores / escritoras situaciones traumáticas que se remiten a la infancia. Montero plantea que a partir de este hecho los escritores se disocian de su emoción y logran adjetivarla.

Volviendo a Severo, él es un personaje de ficción y yo dialogo con él, cuando no aparece como ahora no fluyen las historias. Mi producción de narrativa se despierta en esos diálogos y me permiten abordar ciertos temas con los cuales por lo general no me animo a meterme. Generalmente las historias de Severo son sórdidas y violentas.

 

— Deben ser diálogos muy entretenidos, ¿cómo se lleva con tus pasiones y tus gustos literarios? Acá vuelve Velmiro Ayala Gauna y el escenario de Capibara Cué.

 

  Vos sabes que a Severo no le gusta Velmiro. Le parece un escritor berreta. En cambio a mí me encanta. Para mí, Velmiro es un narrador que conoce muy bien la técnica del relato policial y la utiliza para desvelar una estructura social en Corrientes. Hay un cuentazo de él que se llama La abuela donde entre otras cosas muestra que fue un adelantado en cuestiones de género, por ejemplo. Es un escritor fundamental en la provincia pero es poco leído. En el secundario se lee algunos cuentos pero sus ensayos son muy importantes.

Con Severo discutimos estas cuestiones. Para discutir hay que tener cuerpo porque con la cabeza únicamente no podés escribir. Así es como en estos casos termino imponiendo mis criterios.


 

— Me gusta que la novela arranque con un diálogo. Hoy los lectores estamos rodeados de distracciones y la literatura me parece que tiene que dar un golpe rápido para atraparnos.

 

— Con Severo coincidimos que nos gustan las historias breves. Para mí la brevedad es un arte. Por ejemplo, Rulfo decía que el oficio del cuentista es el más difícil porque tenés que ser un poco narrador y un poco poeta. El buen cuento tiene que sintetizar pequeños universos en pocas palabras.

Por mi parte valoro la brevedad en un texto que leo y disfruto. También valoro poder escribir de forma breve y contundente. Acá en Riña hay una búsqueda de la brevedad y hay un modelo de escritura que es Hemingway. Hay un botón de muestra.

 

— En ese sentido voy a traer a esta mesa imaginaria tu anterior libro, Los crisis, porque al igual que en Riña está presente el río, el agua y la selva, ¿por qué te gusta ese territorio?

 

— Desde que me mudé a Corrientes los hilos de la escritura comenzaron a fluir. Eso es lo que ha sucedido y no es chamullo. Esta provincia me albergó. Me embargó lo excitante del paisaje en la poesía y lo duro del horizonte en la narrativa, lo sórdido del paisaje en la narrativa. En esa sordidez Severo tiene más sensibilidad para contar distintas historias. Acevé, Verga y tijera, Brasil decime que se siente, Los crisis, todo lo que escribí en narrativa transcurre en Corrientes.

 

— Ya que Severo no solo se aparece en la laguna sino que viene al centro de la ciudad de Corrientes para charlar y tomar unos mates, además de traer temas duros como tráfico y trata de personas. La novela salió a la luz en este contexto donde hace meses no sabemos nada de Loan, ¿cómo te llevas con esa asociación que hacen y harán de tu texto?

 

— No me gusta. Esta novela la terminé de escribir en el 2011. Estuvo dando vueltas e incluso la mandé a distintos concursos. Ha llegado hasta instancias finales pero después me decían que era muy sórdida. Hasta que el año pasado el manuscrito lo seleccionó Eudene.

Severo tiene una teoría con respecto a la literatura Argentina: cuando Echeverría termina de escribir El Matadero se va a Montevideo, Uruguay. Cuando terminó de escribir tuvo la sensación que tiene cualquier cuando termina de escribir algo propio. Le pareció un buen cuento y yo también creo que es un cuentazo. Severo menciona a Nietzsche quien dice que el momento creativo condensa los tres tiempos, el pasado, el presente y el futuro. El pasado es la historia, se condensa en el presente de la creación y se supone que esa obra va a cambiar el futuro. El artista es un visionario porque condensa el tiempo. Severo tiene la hipótesis de que cuando Echeverría lee El Matadero lo que termina sucediendo es que él vislumbra un país que no le gusta. Entonces se oculta y no publica, se va otro país y es su amigo quien publica el texto después de su muerte.

 

En resumen: la ficción postula la realidad. El artista trabaja con elementos, hay veces que inventa un universo posible y, la ficción si está bien construida puede postular una realidad posible.

 

El que inventa la ficción cuando busca darle verosimilitud a una historia trabaja con los elementos que tiene. Ahí se vislumbra el futuro. Ahora, que Riña se publique en un contexto donde se habla de trata de niños me resulta difícil aceptar, pero es lo que está pasando. Hubiera deseado que fuera otro el contexto pero no lo es. Hubiera estado bueno que todo esto sólo fuera ficción.

 

— El catálogo de publicaciones de Eudene, de la Universidad Nacional del Nordeste, comienza desde 1995. Han publicado varios libros pero Riña es la primera novela en casi treinta años, ¿qué sentis al respecto?

 

— Siento una emoción no solo porque es la primera novela que publica la editorial, sino también por el gran cuidado que pusieron Graciela Barrios Camponovo y Natalia Passicot en edición. No quisiera ser editor de Riña porque está escrita en parte en guaraní y en un parte en un correntino oral, así que su corrección fue difícil. Han trabajado con un respeto, con un cuidado, con una meticulosidad y un detalle que sentí que me estaban haciendo un regalo. Tengo presente también que los libros de la editorial tienen un costo más bajo que otros libros

 

— Algo que se agradece en este contexto económico.

 

— La verdad es que hoy es difícil comprar un libro si vas a la librería y te cuesta veinte mil pesos. Este cuesta mucho menos. Además el hecho de que sea publicado por una Universidad Pública es todo lo que está bien. En el respeto y en el cuidado que tuvieron con el texto siento que le sacaron lustre para que la obra se vea. Estoy agradecido también César Tschanz, quien donó una de sus pinturas para que sea la tapa del libro.

 

“La literatura tiene que entretener”

 

La ciudad de Corrientes se iba apagando temprano a mitad de semana. De repente comenzaba a soplar un viento más gélido y los pasos de las personas en la vereda se aceleraban. Con Fabián hablamos sobre los lectores, no lo dice explícitamente pero reconoce en algún punto que sin ellos el texto no se completa. La lectura primaria es la lectura de los amigos, reconoce, “en realidad uno busca ampliar ese horizonte y que lo lean los que no son amigos. Hay un deseo de dar a conocer el trabajo. Severo en ese sentido es más insistente en dar a conocer los textos pero yo soy más temeroso. Severo lo hace porque no tiene cuerpo y si la obra no se publica es como si él no existiera”, desliza y sonreímos.

El escritor comentó que esta novela la mostró muy poco antes de su publicación. La primera que leyó el texto fue María Balbi, gesto que él agradece mucho. Después le siguió Eve Bochle y no muchas personas más. Hace unos días la terminó de leer Estela Folguerá, la escritora con quien Fabián siente que tiene un vínculo de lectura muy importante.

Al momento de cerrar la entrevista el escritor y poeta remarcó que busca nuevos lectores.  “Busco lectores para dialogar. Para mí la literatura tiene que entretener, te tiene que llevar a un lugar y a un espacio que no es el cotidiano. Macedonio Fernández decía que la literatura tenía que llevarte a un mundo que no es el tuyo y que vos por un rato te creas que estás viviendo en ese mundo posible. Busco un lector que se entretenga y que se mete en el universo de Capibara Cue”.


 

 

viernes, 6 de septiembre de 2024

José Mizdraji: “Mi obra surge a partir del entorno”

 


Maestro en artes visuales y profesor de pintura y grabado, con varias series de obras. En esta charla hablamos sobre nidos, una serie en la que trabajó en años anteriores y este año lo volvió a convocar. “Para mí los nidos son vida”, sentenció.

 

Por Paulo Ferreyra

 

Hace unos años, José Mizdraji se reunió con un grupo de artistas plásticos, músicos, escritores, escritoras y varios expertos de diferentes ramas. Juntos viajaron a uno de los portales de los Esteros del Iberá, en Concepción del Yaguareté Corá. En ese viaje tomó contacto de cerca con la naturaleza del interior de la provincia de Corrientes. Desde aquel momento comenzó a trabajar –hace más de diez años– en una serie de obras sobre nidos. En el campo pudo descubrir el entramado de los nidos, analizar sus estructuras, hacer dibujos y bosquejos que después los llevó a diferentes formatos. Cuenta en esta charla que le fascina cómo las aves van entrelazando y tejiendo sus nidos. Ellas logran esa cavidad hueca en cuyo interior sabemos que habitan las aves y sus huevos. “Nosotros los seres humanos habitamos casas. Los nidos son las casas de las aves”, sintetizó.

 

José también trabajó puntualmente obras sobre aves, dibujos en diferentes formas y tamaños. Comentó que gracias a la difusión de sus obras por internet se han contactado con él personas desde los Estados Unidos y desde Alemania. En Corrientes no hay espacio físico para ver sus obras así que la única galería importante que tiene es la tecnología. En esta charla telefónica abordamos, además, cómo determina cada proyecto en el que se embarca y qué descubrió haciendo arte con los nidos de las aves de la región.


 

 

— ¿De dónde surgen tus obras?

 

— Mi obra surge a partir del entorno. Todo lo que está alrededor, trato de captar y utilizarlo en el arte. Desde muy chico cuando comencé a trabajar y transitar lo que son las artes plásticas hacía lo que me rodeaba. Cuando recién empezaba pintaba el barrio, las iglesias que tenía cerca y a medida que mi mundo se fue ampliando también se fue ampliando mi obra. 

 

— Desde que comenzaste a hacer estas obras, ¿qué significan para vos los nidos?

 

— Para mí el nido es vida. Cuando me casé, comencé a construir con mi esposa y su hermano nuestra casa. Ahí aprendí a utilizar distintas herramientas. En esa oportunidad trabajaba con martillo, clavo, madera, cemento y esos mismos materiales después lo usé en obras de arte. Es decir, el entorno tiene mucho significado y los nidos son vida. Al construir mi casa con mis propias manos para mí significó algo muy importante. Puedo decir que hice mi propio nido. Construí vida.

Mis obras de arte sobre nidos han viajado por diferentes lugares. He hecho obras en distintas ciudades. En una oportunidad fui invitado por Fabriciano Gómez, nos convocó para ir al Impenetrable para que haga un nido de gran formato. Utilicé los elementos que usan las aves, las ramas y la naturaleza toda. En Juan José Castelli quedó mi obra, un nido de grandes dimensiones.


 

— Hay diferentes tipos de aves y diferentes tipos de nidos, ¿tenés algún nido que te atrape o te guste más que otros?

 

— En general, soy un investigador y constantemente estoy investigando. Antes lo hacía a través de la fotografía, también lo hice de forma directa en el campo donde hice muchos bocetos y dibujos. Hoy en día trabajo mucho por internet y voy buscando el nido que sienta interiormente, esa es la obra que plasmo. Ya no me fijo tanto en el ave que corresponde sino más bien me fijo en la forma que tiene el nido, en su forma plástica. Así trabajo.

 

— Hablamos de nidos y de tu propio nido (tu casa), ¿cómo enlazamos estas cosas con el concepto de arte?

 

  Estas acciones son una manifestación que busco comunicar al espectador. Si bien trabajo en el interior y en el silencio del taller, busco plasmar en cada cosa que hago algo profundo que tengo dentro de mi cuerpo. Ahora bien, si no muestro la obra nunca será admirada por un espectador. Necesito mostrarla para que se cumpla la totalidad de la obra de arte.

Me interesa mostrar lo que plasmo en una obra de arte. No estoy detrás de conseguir un me gusta o no me gusta, porque en el momento en que muestro la obra tengo que estar dispuesto a que haya gente que no pueda simpatizar con esa obra o gente que me critique. Pero eso es el arte. Me pasa como artista, cuando veo algunas cosas que hacen otros artistas, a veces me gustan y otras no. Todo pasa por el gusto.

 

— Esta posición y firmeza ante lo que pueda pasar con la obra exhibida, ¿cómo lo adquiriste?

 

— Fueron los años de trabajo y las exhibiciones. Soy un artista que trabaja todos los días. Trabajo de lunes a domingo. Siempre tengo algo que hacer en mi taller. Ahora tengo un proyecto al que me invitó una escritora para que haga la ilustración de un cuento. Eso es algo que hacía rato no hacía, y me gustan esos desafíos. En todo tiempo tengo algo para hacer o busco algo para hacer. Nunca me quedo quieto. La creatividad nace del trabajo, trabajo todos los días. Me gusta estar en el taller trabajando, cuando no estoy en el taller estoy pensando en la obra que dejé de trabajar.


 

— En ese pensar constante de la obra, ¿es la propia obra la que dialoga con vos?

 

— Totalmente, sí. Muchas veces pienso algo y resulta algo subconsciente que termina definiendo cómo terminarla. Soy muy obsesivo. Sueño con las obras. A veces, cuando no puedo resolver algo, la dejo descansar y después vuelvo sobre la obra. Cuando veo que las cosas me salen un poco más fácil ahí cambio, modifico la forma de hacer, paso del dibujo o al grabado, busco otra forma de hacer arte. Permuto los colores. Quiero que cuando alguien mire mi obra encuentre algo distinto.

 

— De los nidos que hiciste, ¿cuánto hay de vos y cuánto de la forma real del objeto?

 

— En los nidos estoy presente en un cien por ciento. El punto de partida es el nido pero después en la obra completa estoy presente. La serie de nidos la inicié hace unos años y este año la estoy retomando con otras formas, en diferentes formatos y he visto que cambiaron ahora los colores y las representaciones. El estado de ánimo y las circunstancias de vida también están explícitas en la obra. El nido no está todavía agotado.

 

— Me gusta ese costado humano reconociendo que los estados de ánimo influyen en la obra.

 

— El estado de ánimo tiene mucho que ver a veces con los colores que utilizo y con los materiales. En toda la producción de un artista el estado de ánimo influye. Lo importante es no dejarse achicar o aplastar por ellos. A veces algunos alumnos me dicen “no tengo ganas, no tengo material o no estoy inspirado”. No hay que esperar la inspiración sino que ella te tiene que encontrar trabajando. El noventa por ciento de una obra es trabajo y solo el diez por ciento es inspiración. En el arte hay que hacer y cuando estás ahí trabajando afloran las ideas o las potencialidades que puede tener una obra.

 

Biografía ///

 

Nació en Corrientes el 18 de mayo de 1957. Maestro en Artes Visuales y profesor de Pintura y Grabado. Realizó clínicas de artistas con Luis Felipe Noé, Sergio Bazán, Oscar Smoje, Luis Wells, Mónica Girón, Diana Aizenberg y Daniel García. Fue becado por la Fundación para la Amistad Americana de Posadas y obtuvo el subsidio a la creación artística de la Fundación Antorchas. Ejerció la docencia. Expuso individualmente en el Museo Provincial Ramón Vidal, Universidad de la Cuenca del Plata, Hotel La Alondra, Galería Jacarandá de Goya, Museo Municipal Julio Pagano y Museo Provincial René Brusau. Concurrió a colectivas y salones en el Centro Cultural Borges y Adolfo Mors, MACLA LA Plata, Fondo Nacional de las Artes y Museo Navarro Correa de Tucumán, entre otras. Obtuvo Primera Mención en el Salón de Artes Visuales Artistas de la Región en 2010, Mención en el Salón Trienal de Grabado de Pequeño Formato y Ex Libris Xylón en 2010, Quinto Premio en el Concurso de Manchas Pintemos Goya en 2010, Premio Esmeralda Rodríguez de Pujato de Pintura en el Salón de Mayo de Santa Fe en 2010, Primer Premio en el Salón Regional de Pintura Ciudad de Tres Isletas en 2008, Mención del Jurado en el Salón Nacional de Pintura José Angel Nardin de Avellaneda, Santa Fe 2008. (Bola de Nieve Blog).

José Mizdraji