Maestro en artes visuales y profesor de pintura y grabado, con varias series de obras. En esta charla hablamos sobre nidos, una serie en la que trabajó en años anteriores y este año lo volvió a convocar. “Para mí los nidos son vida”, sentenció.
Hace unos años, José Mizdraji se reunió con un grupo de
artistas plásticos, músicos, escritores, escritoras y varios expertos de
diferentes ramas. Juntos viajaron a uno de los portales de los Esteros del Iberá,
en Concepción del Yaguareté Corá. En ese viaje tomó contacto de cerca con la
naturaleza del interior de la provincia de Corrientes. Desde aquel momento
comenzó a trabajar –hace más de diez años– en una serie de obras sobre nidos.
En el campo pudo descubrir el entramado de los nidos, analizar sus estructuras,
hacer dibujos y bosquejos que después los llevó a diferentes formatos. Cuenta en
esta charla que le fascina cómo las aves van entrelazando y tejiendo sus nidos.
Ellas logran esa cavidad hueca en cuyo interior sabemos que habitan las aves y
sus huevos. “Nosotros los seres humanos habitamos casas. Los nidos son las casas
de las aves”, sintetizó.
José también trabajó puntualmente obras sobre aves, dibujos en diferentes formas y tamaños. Comentó que gracias a la difusión de sus obras por internet se han contactado con él personas desde los Estados Unidos y desde Alemania. En Corrientes no hay espacio físico para ver sus obras así que la única galería importante que tiene es la tecnología. En esta charla telefónica abordamos, además, cómo determina cada proyecto en el que se embarca y qué descubrió haciendo arte con los nidos de las aves de la región.
— ¿De dónde surgen tus obras?
— Mi obra surge a partir del entorno. Todo lo que está alrededor,
trato de captar y utilizarlo en el arte. Desde muy chico cuando comencé a
trabajar y transitar lo que son las artes plásticas hacía lo que me rodeaba. Cuando
recién empezaba pintaba el barrio, las iglesias que tenía cerca y a medida que
mi mundo se fue ampliando también se fue ampliando mi obra.
— Desde que
comenzaste a hacer estas obras, ¿qué significan para vos los nidos?
— Para mí el nido es vida. Cuando me casé, comencé a
construir con mi esposa y su hermano nuestra casa. Ahí aprendí a utilizar
distintas herramientas. En esa oportunidad trabajaba con martillo, clavo,
madera, cemento y esos mismos materiales después lo usé en obras de arte. Es
decir, el entorno tiene mucho significado y los nidos son vida. Al construir mi
casa con mis propias manos para mí significó algo muy importante. Puedo decir
que hice mi propio nido. Construí vida.
Mis obras de arte sobre nidos han viajado por diferentes lugares. He hecho obras en distintas ciudades. En una oportunidad fui invitado por Fabriciano Gómez, nos convocó para ir al Impenetrable para que haga un nido de gran formato. Utilicé los elementos que usan las aves, las ramas y la naturaleza toda. En Juan José Castelli quedó mi obra, un nido de grandes dimensiones.
— Hay diferentes tipos de aves y diferentes tipos de nidos, ¿tenés
algún nido que te atrape o te guste más que otros?
— En general, soy un investigador y constantemente estoy
investigando. Antes lo hacía a través de la fotografía, también lo hice de
forma directa en el campo donde hice muchos bocetos y dibujos. Hoy en día
trabajo mucho por internet y voy buscando el nido que sienta interiormente, esa
es la obra que plasmo. Ya no me fijo tanto en el ave que corresponde sino más
bien me fijo en la forma que tiene el nido, en su forma plástica. Así trabajo.
— Hablamos de nidos y de tu propio nido (tu casa), ¿cómo enlazamos estas
cosas con el concepto de arte?
— Estas acciones son
una manifestación que busco comunicar al espectador. Si bien trabajo en el
interior y en el silencio del taller, busco plasmar en cada cosa que hago algo
profundo que tengo dentro de mi cuerpo. Ahora bien, si no muestro la obra nunca
será admirada por un espectador. Necesito mostrarla para que se cumpla la
totalidad de la obra de arte.
Me interesa mostrar lo que plasmo en una obra de arte. No
estoy detrás de conseguir un me gusta o no me gusta, porque en el momento en
que muestro la obra tengo que estar dispuesto a que haya gente que no pueda
simpatizar con esa obra o gente que me critique. Pero eso es el arte. Me pasa
como artista, cuando veo algunas cosas que hacen otros artistas, a veces me
gustan y otras no. Todo pasa por el gusto.
— Esta posición y firmeza ante lo que pueda pasar con la obra exhibida,
¿cómo lo adquiriste?
— Fueron los años de trabajo y las exhibiciones. Soy un artista que trabaja todos los días. Trabajo de lunes a domingo. Siempre tengo algo que hacer en mi taller. Ahora tengo un proyecto al que me invitó una escritora para que haga la ilustración de un cuento. Eso es algo que hacía rato no hacía, y me gustan esos desafíos. En todo tiempo tengo algo para hacer o busco algo para hacer. Nunca me quedo quieto. La creatividad nace del trabajo, trabajo todos los días. Me gusta estar en el taller trabajando, cuando no estoy en el taller estoy pensando en la obra que dejé de trabajar.
— En ese pensar constante de la obra, ¿es la propia obra la que dialoga
con vos?
— Totalmente, sí. Muchas veces pienso algo y resulta algo
subconsciente que termina definiendo cómo terminarla. Soy muy obsesivo. Sueño
con las obras. A veces, cuando no puedo resolver algo, la dejo descansar y
después vuelvo sobre la obra. Cuando veo que las cosas me salen un poco más
fácil ahí cambio, modifico la forma de hacer, paso del dibujo o al grabado,
busco otra forma de hacer arte. Permuto los colores. Quiero que cuando alguien
mire mi obra encuentre algo distinto.
— De los nidos que hiciste, ¿cuánto hay de vos y cuánto de la forma
real del objeto?
— En los nidos estoy presente en un cien por ciento. El
punto de partida es el nido pero después en la obra completa estoy presente. La
serie de nidos la inicié hace unos años y este año la estoy retomando con otras
formas, en diferentes formatos y he visto que cambiaron ahora los colores y las
representaciones. El estado de ánimo y las circunstancias de vida también están
explícitas en la obra. El nido no está todavía agotado.
— Me gusta ese costado humano reconociendo que los estados de ánimo
influyen en la obra.
— El estado de ánimo tiene mucho que ver a veces con los
colores que utilizo y con los materiales. En toda la producción de un artista
el estado de ánimo influye. Lo importante es no dejarse achicar o aplastar por
ellos. A veces algunos alumnos me dicen “no
tengo ganas, no tengo material o no estoy inspirado”. No hay que esperar la
inspiración sino que ella te tiene que encontrar trabajando. El noventa por
ciento de una obra es trabajo y solo el diez por ciento es inspiración. En el
arte hay que hacer y cuando estás ahí trabajando afloran las ideas o las potencialidades
que puede tener una obra.
Biografía ///
Nació en Corrientes el 18 de mayo de 1957. Maestro en Artes
Visuales y profesor de Pintura y Grabado. Realizó clínicas de artistas con Luis
Felipe Noé, Sergio Bazán, Oscar Smoje, Luis Wells, Mónica Girón, Diana
Aizenberg y Daniel García. Fue becado por la Fundación para la Amistad
Americana de Posadas y obtuvo el subsidio a la creación artística de la
Fundación Antorchas. Ejerció la docencia. Expuso individualmente en el Museo
Provincial Ramón Vidal, Universidad de la Cuenca del Plata, Hotel La Alondra,
Galería Jacarandá de Goya, Museo Municipal Julio Pagano y Museo Provincial René
Brusau. Concurrió a colectivas y salones en el Centro Cultural Borges y Adolfo
Mors, MACLA LA Plata, Fondo Nacional de las Artes y Museo Navarro Correa de Tucumán,
entre otras. Obtuvo Primera Mención en el Salón de Artes Visuales Artistas de
la Región en 2010, Mención en el Salón Trienal de Grabado de Pequeño Formato y
Ex Libris Xylón en 2010, Quinto Premio en el Concurso de Manchas Pintemos Goya
en 2010, Premio Esmeralda Rodríguez de Pujato de Pintura en el Salón de Mayo de
Santa Fe en 2010, Primer Premio en el Salón Regional de Pintura Ciudad de Tres
Isletas en 2008, Mención del Jurado en el Salón Nacional de Pintura José Angel
Nardin de Avellaneda, Santa Fe 2008. (Bola de Nieve Blog).
José Mizdraji |
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