"Navegamos sin más pretensiones que ver los ríos libres"

Jorge Mazzochi, Sebastián Arena y Hernán Gigena partieron días atrás en kayak desde El Pintado a Buenos Aires.

“La hoja es el equivalente a la vida”

Entrevista con Franco Rivero

martes, 21 de enero de 2025

Marcelo Dallamea: “Me seduce el mundo sonoro del chamamé”

 


El trío Dos Más Uno conformado por Hugo Dellamea, Marcelo Dellamea y Ariel Sánchez estará este miércoles en la Fiesta máxima del chamamé. En esta ocasión estarán acompañados por Raly Barrionuevo. “Es una emoción grande llegar a la Fiesta del chamamé”, expresó Marcelo.

 

Por Paulo Ferreyra

 

“Siempre decimos que es uno de los escenarios que más responsabilidad nos pone. Al ser chaqueños, nosotros entendemos desde chico lo que es el chamamé, cómo se vive esta música y la pasión con la que se siente este género. Es la celebración máxima. Nos invitan al lugar sagrado del género para que nosotros podemos hacer nuestras interpretaciones y por ello se vive con mucha emoción, responsabilidad y con muchas ganas. Las ganas se multiplican de estar con la gente y compartir con los colegas, es una fiesta muy linda y tenemos la suerte de poder estar este año en Corrientes.

 

— Son casi número fijo en la fiesta, ¿Cómo se vive esa responsabilidad?

 

— Es lindo, se vive como algo lindo. Es bueno saber que te tienen en cuenta. Nosotros hemos hecho nuestro trabajo para que nos tengan en cuenta. Hacemos nuestra música y representamos al género, más allá de que tocamos otras músicas, dónde vamos siempre hacemos chamamé porque está en nuestro repertorio. De alguna manera mostramos lo que significa esta música por cada lugar donde vamos y sentir que este trabajo que hacemos es valorado. Estar en la celebración mayor del chamamé es una alegría enorme.

 

— ¿Cómo preparan el repertorio para la Fiesta del Chamamé?

 

Nosotros vamos a realizar un repertorio para pasar por diferentes épocas y autores del chamamé. Vamos hacer algunos temas de Mario del Tránsito Cocomarola, Salvador Miqueri, Tarrago Ros y también haremos temas de autores chaqueños. Así que haremos un recorrido sobre épocas que nos gustan mucho y lo queremos mostrar.

 

— Además estarán con Raly Barrionuevo, ¿de quién surgió la idea?

 

— La idea es que vamos a compartir todo el set juntos con Raly. Vamos arrancar juntos. Cada uno quizás tenga su momento pero vamos a comenzar juntos bien arriba. También lo vamos hacer cuando cerremos la presentación. Para nosotros es una alegría poder compartir con Raly porque él es un referente para nosotros. También es un referente para mucha gente que hace música folclórica. Es muy lindo compartir con él este escenario. Tiene un color de voz que va muy bien con esta música. Nosotros sentimos que será un encuentro muy lindo.


Para esta edición queríamos hacer algo distinto y por eso propusimos invitar a una artista como Raly. Ya nos habíamos cruzado con él en otras ocasiones y habíamos hablado de la posibilidad de hacer cosas juntos. Se dio ahora y es un momento muy bueno para él y para nosotros.

Es muy bueno cuando los artistas pueden coincidir en su agenda, porque no es fácil, pero cuando coincidís en la agenda y en las ganas de hacer música es una celebración. Entonces esta juntada con Raly es una alegría enorme.

 

— Ustedes hacen música latinoamericana, toman colores de otras músicas, ¿qué te sigue seduciendo del chamamé?

 

— Me seduce el mundo sonoro del chamamé. Su construcción rítmica y melódica. Pero va más allá de eso, porque a nosotros nos toca una fibra muy íntima. Esta fibra es porque somos de acá, de la región chamamecera. Hay cosas técnicas que podría decir pero va más allá de eso, el chamamé me llega a un lugar donde ninguna otra música puede llegar, esto es lo que la hace especial al chamamé.

viernes, 17 de enero de 2025

Hernán Casciari. “La memoria me es imprescindible para escribir"

Hernán Casciari


El escritor y editor realizará durante estos meses un taller de escritura virtual. A raíz de esto surgió la intención de hablar sobre escritura, inspiración y otras yerbas relacionadas. Su primera diferencia sobre la escritura fue que “para escribir muy bien es necesario leer mucho. Para escribir no. Para escribir es necesario conocer el alfabeto y conocer determinada sintaxis gramática”.

 

Por Paulo Ferreyra

 

Hernán Casciari es de Mercedes, provincia de Buenos Aires. En su trabajo creó la unión entre literatura y weblog, destacándose en la blogonovela. Desde entonces no paró de crecer y hacer cosas, creó la editorial y la revista Orsai. Ha sido jefe de redacción de la revista La Ventana, columnista en el Semanario Protagonistas y director del periódico El Domingo. En 2016 se integró al staff del programa Perros de la Calle Metro. En 2015 sufrió un infarto y volvió a fijar su residencia en Argentina. En 2016 y 2017 presentó el espectáculo "Una obra en construcción" en la Ciudad de Buenos Aires. En 2017 pasó a integrar, como columnista, el programa radial "Todo Pasa" de Océano FM (Uruguay).

 

Tras un breve intercambio de mensajes por WhatsApp, nos pusimos de acuerdo en un horario y hablamos por teléfono. Se lo escuchó alegre, animado, con esas pequeñas pausas que tiene en sus lecturas para masticar algunas palabras antes de lanzarlas al aire.

 

— ¿Qué es escribir?

 

— En mi caso escribir es anotar ideas. No es más que eso. Anoto ideas para que no se me escapen o no las pierda, lo que hago es tomar un papel y un lápiz, un teclado o lo que sea para anotar las ideas que tengo. Para mí escribir es eso.

 

— ¿De dónde viene la fuente de esas ideas?

 

— Particularmente y siempre pondré por delante la frase - en mi caso - porque no creo que sea lo más habitual y no tiene por qué serlo, en mi caso es la memoria. Las ideas no son ideas sino son escenas o paisajes de mi memoria.

 

— ¿Es necesario leer mucho o tener la experiencia de vida para escribir?

 

— Para escribir muy bien es necesario leer mucho. Para escribir no. Para escribir es necesario conocer el alfabeto y conocer determinada sintaxis gramática. La experiencia de vida es necesaria si no vas a usar la imaginación. Si vas a usar la imaginación podes quedarte en tu casa cuarenta años sin hacer nada, total la imaginación suple lo que vas a decir.


 

— En tu caso tenés textos buenos, ¿lees mucho o leías? ¿Qué lees?

 

— Leí mucho en mi infancia. Leí mucho en mi primera adolescencia y en la juventud. Leí hasta los primeros 30 años de mi vida, en ese momento leí muchísimo. Después ya no leí más. Hoy no soy un buen lector. En mi caso no utilizo la imaginación. Así que la memoria me es imprescindible para escribir.

 

— Volviendo a la lectura, lees en voz alta y tenés ahí una fortaleza, ¿esto se entrena o se estudia?

 

— No sé cómo se hace, supongo que sí. Todo en la vida se entrena, se estudia y se práctica. Creo que así puede salir un poco mejor. El arte de leer en voz alta no es un milagro que ocurre. La mucha lectura te ayuda. Los matices de la voz se pueden componer y se pueden aprender. Tengo algo natural y es que me gusta leer en voz alta. Me encanta leer, entonces me sale más fácil, pero todo mi aprendizaje fue práctica. Empecé hacerlo cuando no lo hacía tan bien y después lo empecé hacer un poco mejor.

 

— ¿Qué te dio la escritura?

 

— A través de mi vida pasaron muchas cosas con este hobby o con este oficio. Muchas cosas. En algún momento sin dudas me salvó la vida. En el sentido metafórico y en algún caso hasta el sentido literal. Después me da de comer caliente que es milagroso. Eso es algo milagroso porque cuando era chico no sabía si esto iba a ser un oficio o un hobby. El hecho de que pueda vivir exclusivamente de algo que me gusta mucho es un privilegio. No le llamo escritura sino le llamo contar historia. Escribir es una parte del oficio, no es todo. Le debo muchas cosas, me ha servido de manera terapéutica, económica y lúdica.

 

 

“Cada cual tiene sus pequeños placeres”

 

Durante esta temporada de verano Orsai abrió una amplia oferta de talleres de escritura. Al respecto Hernán Casciari agrega, “son escritores que tienen una vena pedagógica, estamos muy contentos con los talleres. Estoy feliz con el proyecto. Esta es una especie de primera incursión. Son para todo el mundo. No hace falta ser profesional ni querer serlo. Escribir además de ser una enorme profesión es un enorme desahogo para mucha gente. Contar historia en la cabeza, anotarlas en un papel, contarlas a otro, son actividades que nos hacen bien. Entonces, hacerla con cierto sistema es mejor que hacerlo de manera anárquica. Cada cual tiene sus pequeños placeres y por eso hay tantas opciones diferentes de escritura”.

 

— El abanico de ofertas es muy amplio, ¿qué buscan con esto?

 

— Creo que necesitamos gente nueva. Gente que trabaje en nuestras revistas, en nuestra productora y en nuestros proyectos. Para que haya gente nueva trabajando con nosotros tenemos que explicarles un sistema, el sistema de cómo trabajamos, qué nos gusta hacer y necesitamos encontrarnos con esa gente. En ese sentido una escuela de narrativa me pareció la mejor excusa.

 

— Dentro del amplio de abanico de escritoras y escritores haciendo talleres, te sumaste también vos, ¿por qué?

 

— Porque cuando empezó la escuela de narrativa que es inminentemente presencial mucha gente de lugares más lejanos que la ciudad de Buenos Aires empezaron a preguntar si había talleres virtuales. Nosotros todavía no tenemos talleres virtuales en la escuela de narrativa. No está preparada la escuela para eso. Pero al mismo tiempo soy muy amigo de lo virtual y entonces me lancé hacer un taller. Vamos a ver cómo funciona. Haré uno durante enero, febrero y marzo. Serán domingos de taller para mejorar historias.


 

  

jueves, 9 de enero de 2025

Lectores revelan sus embarcaciones para viajar con la mejor lectura del verano

El entorno a veces se vuelve hostil, sin magia. En el decir del escritor Richard Ford, La vida se nos da vacía. Tenemos que inventar la parte feliz. Un poco para salir de la desventura entrevisté a María Laura Riba, Oscar Yaniselli, Lucas Brito Sánchez, Andrea Bonnet  y Mariano Quirós. Ellos y ellas comentaron qué leyeron, por qué leen y cuáles fueron sus mejores lecturas del último año. La gran poeta Emily Dickinson en un poema revelaba, “un libro es el mejor bajel; / y se viaja mejor en el poema / que en el más brioso y rápido corcel… / el alma en el transporte de su sueño / se nutre sólo de silencio y paz”. Algo de todo esto hay en estás líneas.

 

Por Paulo Ferreyra

Ilustración de freepik

Oscar Yaniselli

 

 

Oscar Yaniselli: “Estoy a favor de todo libro que atraiga más lectores”

 

El docente, especialista en literatura infantil, revela en esta charla que durante este año profundizó en bibliografía que ahonda en la vinculación de la lectura con las pantallas.

 

En ocasiones se escucha decir que los hijos traen un pan bajo el brazo. No hablamos con los padres de Oscar Yaniselli, pero probablemente hayan cambiado esa frase por un libro bajo el brazo. Oscar lee, para sí y en voz alta, comparte lecturas y su pasión –amor– por la lectura, lo transmite en cada oportunidad que tiene para hablar con un periodista o frente a los alumnos de las distintas escuelas que visita.

 

Él es docente, especialista en literatura infantil, trabajó durante mucho tiempo  en el Plan de Lectura y hoy es rector del Instituto Superior de la Fundación Mempo Giardinelli. Hace unos días hablamos para resaltar la importancia de la lectura y sobre los libros que leyó en 2024 y qué libros comenzará a leer este año.

 

— Vamos a empezar por lo más fácil o tal vez lo más difícil, ¿por qué lees?

 

— Leo porque soy docente y leer, además de ser una actividad inherente, es una obligación laboral. Pero leo sobre todo por el disfrute intelectual y emocional enorme que significa este contacto. Leo por la gratitud que me proporciona la lectura, especialmente la lectura literaria.

 

— ¿Cómo llegan los libros a vos? ¿Cuál es tu camino para decidir qué libro leer?

 

— Los libros me llegan por diferentes vías. Muchos autores y editoriales me envían libros para leerlos y -si me parecen buenos y pertinentes- difundirlos, recomendarlos. También compro continuamente. Soy un comprador compulsivo de libros. Los voy leyendo de manera caótica, desordenada, varios títulos a la vez. También leo libros por necesidad laboral, claro. Pero son los menos.

 

— ¿Qué libros leíste este año y te marcaron?

 

— Este año me aboqué a indagar mucha bibliografía teórica que ahonda en la vinculación de la lectura con las pantallas. Saber más sobre los efectos (positivos y perniciosos) que están provocando las pantallas (y en este marco, la irrupción de las redes sociales) en los modos, tiempos y soportes de lectura de las nuevas generaciones.

 

Me impactaron especialmente, por su originalidad y rigurosidad investigativa, tres obras al respecto: “Más libros y menos pantallas. Cómo acabar con los cretinos digitales”, de Michel Desmurget (editorial Península, Barcelona 2024) y “Lector, Vuelve a casa. Cómo afecta a nuestro cerebro la lectura en pantallas”, de Maryanne Wolf (Editorial Deusto, España 2023) y “La Crisis de la Narración” del brillante filósofo surcoreano Byung-Chul Han (Editorial Herder, Argentina 2023).

 

Género  

 

— ¿Cuáles son los géneros literarios qué más te interesan leer? ¿Por qué?

 

— Leo de todo un poco. Pero mi tarea docente me obliga a leer mucho material teórico. En este sentido me interesan los ensayos que profundizan cuestiones vinculadas con la lectura y la mediación de la lectura, las nuevas tecnologías y la literatura infantil y juvenil.

 

Pantallas

 

 — Estamos rodeados de imágenes, con el celular como primera distracción, ¿cómo hacer para abstraerse y centrar la mirada en una tinta negra sobre el papel?

 

— Eso es hoy un enorme desafío y una cuestión clave –en términos educativos y sociales- para ser pensada no solo por los docentes en general, sino por toda la sociedad.

 

Actualmente en todo el mundo se está planteando qué hacer, cómo actuar frente al avance totalitario e invasivo de las pantallas y de los diversos dispositivos digitales que provoca déficit de atención, problemas de ansiedad, falta de concentración, aislamiento, entre otros factores. No hay un consenso sobre esto, hay interrogantes y muchas investigaciones en curso. Lo que sí sabemos es que leer con otros o leer para otros –facilitar prácticas de mediación lectora, con adultos lectores preparados y generosos- es una modalidad que rinde frutos, si se sostiene en el tiempo. La literatura clásica y contemporánea (para niños, jóvenes o adultos) hoy muy diversificada y accesible representa una cantera inagotable de posibilidades lectoras.

 

Un derecho de todos

 

— ¿Estás a favor o en contra de los best seller? ¿Por qué?

 

— A favor de todo libro que atraiga más lectores. La lectura no es patrimonio de un sector social o de una clase especial de personas. Es un derecho de todos. Obras como Harry Potter (J.K. Rowling) o Las crónicas de Narnia (C. S. Lewis), consideradas best seller, han permitido que ingresen millones de chicos y jóvenes de todo el mundo a la experiencia gratificante y sostenida de la lectura. Y en términos de pedagogía de la lectura un libro o un autor que atrae nuevos lectores merecen considerarse buenos.

 

— ¿Te quedó algún libro pendiente para leer este año? ¿Con qué vas a comenzar a leer o continuar leyendo en verano?

 

— Muchos pendientes, literarios y no literarios, como siempre me pasa. Por ejemplo en estas vacaciones leeré estos títulos pendientes: “Furtivas” (Editorial Contexto) la última novela de Francisco Romero, “La Sociedad del Cansancio” (Editorial Herder) de Byung-Chul Han, La Vegetariana (Editorial Random Hause) novela de Han Kang, último Premio Nobel de Literatura, entre otros títulos.

María Laura Riba

 

 

María Laura Riba: “Leo porque no puedo entender el mundo sin lectura”

 

Publicó los libros Che, mataron al enano, Un sapucai en la nieve y el más reciente fue Hoja en negro.

 

“En lo profesional, a veces tuve suerte buena, incluso obtuve algunos premios. En la vida, también”, dijo alguna vez María Laura Riba y el eco de esa comparación resuena. Escribe textos periodísticos, poesía, cuento y novela.

 

Ella es de Buenos Aires. A partir de 1994 se radicó en Corrientes. Se trasladó luego por unos años a La Habana, Cuba. Luego regresó y ahora vive en algún punto del litoral, obtuvo algunos premios en poesía, cuentos y novela. Es autora de varios libros y artículos: participación en la “Antología Poética Trópico Sur”, Asunción, Paraguay. “No me dejes dormir”, cuentos. Participación en el libro de diez cuentos eróticos “Medias negras cayendo de la liga”.

 

Hace unos días hablamos sobre lo que significa la lectura, los libros que la marcaron por su lectura en 2024 y lo que viene. Dejamos en esta ocasión, para la próxima entrevista, hablar sobre su propia escritura.

 

Cuenta que lee de todo, se sumerge en distintos géneros literarios. “Me gusta leer todo. En ese todo no puedo escribir y por eso me gusta leer todo. No me veo escribiendo una novela larga.  Soy afina a la brevedad. Leo todo lo que me pueda enriquecer, y enriquecer de manera poética, lírica, informativa, sino en todos los aspectos. Hay un mundo que viene de los libros”, explicó.

 

— ¿Por qué lees?

 

— Leo porque no puedo entender el mundo sin lectura. Esencialmente leo por eso. A partir de ahí puedo descifrar varias cosas, leo para salvarme, leo porque me hace mejor persona, por muchas cosas pero por sobre todo  porque no puedo concebir el mundo sin lectura.

 

— ¿Cómo llegan los libros a vos?

 

— Pienso que como a todo lector o lectora, llegan de manera caótica. Es el mismo modo caótico con el que leo. Tengo varios años de atrasos de lecturas, de modo que voy escuchando  lo que leo que salió de nuevos libros  alguien que me interesa y que menciona determinado libro, lo anoto.

 

— ¿Qué libro leíste este último año y te marcó?

 

— Leí varios libros este año. No todos los que hubiera querido leer. Hay uno  que me encantó, así con un subrayado, me encantó. Camino al Este. Crónicas de amor y desamor, de Javier Sinay. Me pareció una maravilla. Porque va mucho más allá de muchas cosas y es uno de esos libros que recomiendo. Este libro fue bellísimo por todo, por el viaje que me hizo hacer a un mundo que no conozco, al mundo que alguna vez escuché hablar y que ahora el me lo trajo hasta mi cuarto. El otro libro que leí y que me interesó mucho es a raíz del caso Loan, del tristísimo caso Loan, que me remitió al Caso Ramoncito en Corrientes. Leí el libro La misa del diablo de Miguel Prenz, es muy fuerte. Está muy bien documentado, muy bien trabajado, las fuentes y las entrevistas que hizo el autor. Es muy respetado el modo de hablar y los tiempos. Él como persona de Buenos Aires que se acerca al lugar donde vivió Ramoncito. Las entrevistas que consiguió y el trabajo que hizo es impactante, hubo momentos en que tuve que dejar de leerlo porque era muy fuerte el libro. Este libro fue tremendo.

 

El nido huele a vida

 

“Espío por la cerradura / las huellas de un sueño / que se fue / sin cerrar con llave”, este es un poema breve de María Laura. Ahí cerca nomás otro poema dice, “Cerca / te siento cerca / y el nido huele a vida recién regada”.

 

Comenzaré con Fabián Yausaz y después veré por donde me llevan las lecturas”

 

En esta charla, además de hablar de los libros que leyó durante el 2024, también indagamos con María Laura con qué lecturas comienza este nuevo año. Al respecto comentó que en ese tren de lecturas caóticas, tiene muchos libros pendientes. “Pero escogí un libro para empezar este nuevo año.

 

Voy a leer Riña de Fabián Yausaz, libro editado por la Universidad Nacional del Nordeste. Después veré que paso o por dónde me llevan las lecturas”, comentó. Los cuentos, las novelas, los poemas y las investigaciones periodísticas se conjugan en María Laura Riba. Hacen de ella una de las escritoras más completas en la región.

 

“Escribo porque la vida me conmueve y no puedo imaginar estar en el mundo sin escribir”. Esta frase la dice una mujer que transita más de cinco décadas y que tiene serios problemas de visión pero que aun así no baja los brazos y encuentra formas y tecnologías para continuar leyendo y escribiendo. Ella es un claro ejemplo de aquella frase que siempre escuchábamos en la niñez de parte de los mayores: “Cuando se quiere, se puede”. Hoy, con muchos años encima me doy cuenta de ello, escuchándola responder a mis preguntas.

 

Sobre las pantallas y las tecnologías cuenta que son sus aliadas. “A todos y a todas nos distraen desde el celular y la tecnología, eso está ahí porque vivimos rodeados de pantallas. Vivimos en un momento de brevedad y de locura, de fake news y de caos, estas cosas influyen”.

 

En cuenta a la escritura, cuenta que separar una cosa de la otra le es casi imposible. “A mi abstraerme para escribir me resulta difícil. Hoy trabajamos con el WhatsApp y las distracción están ahí, latiendo siempre. Cuando en ocasiones logro abstraerme sigo, ahí desconecto todo para poder concertarme. Necesito concentrarme para escribir”.

Lucas Brito Sánchez

 


Lucas Brito Sánchez: “Hay que hacer el esfuerzo y apagar todo para recuperar intimidad con la lectura”

 

En esta pequeña charla repasamos lecturas que dejó el año 2024. También volvió a subrayar la importancia de la poesía en su vida.

 

La charla con el poeta y escritor Lucas Brito Sánchez podría comenzar con una queja. Nos debe a los y a las lectoras una antología de poesía oriental. Pero es domingo y vamos hacer que sea un día amable, sin quejas. Él es un especialista en ese tema y ha dado charlas sobre ese tema, insinuó en algún momento que lo hará y los ávidos por poesía oriental lo estamos esperando.

 

Él es periodista y escritor, poeta. Nació en Resistencia, Chaco. Colaboró en diarios y revistas. Fundó y codirigió la librería virtual Conejamono. Entre el 2000 y el 2006 escribió tres libros que editó de forma artesanal. Además, publicó La fundación de Japón (Colección Mulata, 2013), Elefantes y Perros (Nula Bonsai, 2016), Entrar y salir de Canees (Decae, 2018), y Antídoto. Poesía reunida (Contexto, 2018). Su libro Un cementerio chino obtuvo el primer premio del Concurso de Poesía Alfredo Veiravé 2023 del Instituto de Cultura del Chaco.


 

“Leer es lo único que sé hacer”

 

Como buen poeta o como todo escritor, exagera un poco y desliza que lee porque lee porque es lo único que sabe hacer. “Es verdad, afirma, es lo único que sé hacer”. En esa sintonía cuenta que lee poesía, ensayos, biografías y novelas. En ese orden están sus intereses.

 

 

— ¿Cómo llegan los libros a vos? ¿Cuál es tu camino para decidir qué libro leer?

 

— Me gusta ir a todas las librerías de Resistencia. Le dedico las tardes libres a eso. Entro y hojeo. No le presto tanta atención a las novedades como a lo que se fue acumulando con el tiempo, lo que no se vendió en años. Siempre hay tesoros para desenterrar.

 

— ¿Qué libros leíste este año y te marcaron?

 

— Desde los veinte años que leo a Jack Kerouac. Leí todo lo que se podía conseguir.  Entre el año pasado y este año se reeditaron libros de él que no circulaban hace décadas. Así que me estoy poniendo al día con uno de mis autores favoritos. Estuve leyendo “Ángeles de desolación” y “Tristeza”, entre otros.

 

— Estamos rodeados de imágenes con el celular como primera distracción, ¿Cómo hacer para abstraerse y centrar la mirada en una tinta negra sobre el papel?

 

— Cuando me decido a leer un rato suelo desconectar los datos del celular. Lo dejo sólo para recibir llamadas, porque una llamada puede ser algo urgente. Pero recomiendo hacer el esfuerzo de abstraerse y apagar todo para recuperar cierta intimidad con la lectura. La vieja máxima budista de acá y ahora, no es más que eso. Si te ponés a leer, hacé eso y no cinco cosas a la vez: instalate en el presente infinito.

 

— Estás a favor o en contra de los bestseller, ¿por qué?

 

— A favor totalmente. Lo más vendido puede ser una cagada, pero bestseller también fue y es Stephen King, un escritor popular tremendo. De todos modos, hay que investigar bastante. No se puede confiar en el entusiasmo editorial ni en las jugadas comerciales que pretenden decirnos que cualquier libro es imprescindible. No se puede leer todo. La vida no es infinita. No hay tiempo para todo.

 

 

Poesía

 

“Lejos de este mundo. / Quisiera que mis canciones / perduren en ese estado /  donde no florece / la paciencia / ni la sabiduría / Me pregunto si también yo / podré dar paz / a quien me lea”, así escribe Lucas. Hace tiempo que cada tanto volvemos con él hablar de literatura, poesía, libros. Sobre la poesía en una ocasión dijo, “para mí es como tomar agua. Viste que si no tomás agua la piel comienza a cambiar y te deshidratás. Leo mucho más de lo que escribo. Me di cuenta de que es una práctica casi enfermiza de leer todos los días. Necesito leer. Cuando no leo me siento incómodo, como si no estuviera habitando completamente el presente. Cuando paso mucho sin leer, tengo la sensación de que el presente no es lo real. Siento que hay otra parte de la existencia que se me está escapando. Eso busco en la poesía”.

Andrea Bonnet

 

 

Andrea Bonnet: Leer como “terapia” para relajar y descargar tensiones

 

 “Busco armarme de tiempos de lectura específicos de literatura, para que me saquen del día a día”, contó. También reveló sus textos prioritarios para el año que comienza.

 

Los libros quizás sean solo puertas abiertas que necesitan de manos urgentes, del tacto suave de quien abre sus páginas para aventurarse a nuevas historias. Un texto puede ser un colectivo donde van varias personas con sus historias. ¿Nos subimos o lo dejamos pasar? Por estos días entrevistamos a Andrea Bonnet, periodista, especialista en comunicación social y podría amplificarse su currículum con otras varias tareas en las que siempre está embarcada.

 

Andrea, además, es una lectora y una referente de la lectura para quienes la rodean. Comparte, presta y recibe libros prestados. En esta ocasión abrió la puerta de esa intimidad para contarnos qué estuvo leyendo, por qué lee y otras cuestiones.

 

— Vamos a comenzar quizás por lo más sencillo, ¿por qué lees?

 

— Principalmente leo porque es una actividad que me ayuda mucho a relajar y a descargar tensiones. Quizás por eso me gusta mucho leer literatura, trato de leer en algunos momentos cosas que no tengan que ver con el trabajo o el estudio. Busco armarme de esos tiempos de lectura específicos de literatura. Son tiempos especiales, donde busco crear para que, de alguna manera, me saquen del día a día.

 

— ¿Cómo llegan los libros a vos?

 

— Me llegan de muchas y diferentes maneras. Últimamente me estoy guiando bastante por redes sociales, principalmente en X. En esta red sigo a personas que están vinculadas con el tema de lecturas y escrituras, entonces cuando hacen recomendaciones las sigo. En ocasiones guardo algo que me interesa y cuando tengo oportunidad de ir a comprar libros reviso esa lista. Lo mismo hago con la Feria del Libro, antes de ir me armo una lista con prioridades y trato de comprar puntualmente esos libros.

 

— En este último tiempo, ¿cómo te fue? ¿Cuáles fueron tus lecturas de 2024?

 

— Este año leí bastante poco a diferencia de otros años en que estuve más abocada a la lectura. En los rimeros meses comencé releyendo un libro que me gustó en su momento y decidí volver a leerlo este año.

 

El libro es Poeta chileno, de Alejandro Zambra. Me encantó volver a sus páginas. Ahora estoy leyendo Plano Americano, de Leila Guerriero, me parece genial y estoy cuidando su lectura porque no quiero que se termine. También leí un libro que se llama Cuesta abajo, de Juana Libedinsky, que está basado en un hecho real que le pasó a ella y a su familia. Normalmente no leo libros basados en hechos reales, pero este me pareció interesante porque ella piensa a través de la lectura cómo salir, cómo superar o evadir una situación bastante trágica que le toca atravesar.

 

El teléfono, una distracción

 

— ¿Qué haces con el celular en ese tiempo que tus ojos reposan en las hojas  de papel?

 

— El teléfono es una gran distracción en los momentos de lectura. En mi caso, ese tiempo de lectura necesita de una atención única. No puedo leer donde hay ruido, donde están ocurriendo cosas, para leer necesito un espacio y un momento del día especial.

 

Durante la semana laboral es difícil, así que elijo en ocasiones los sábados o los domingos por la mañana. También un momento para leer es antes de dormir, aunque no es lo más habitual. No pongo el teléfono en silencio, pero sí trato de ignorarlo por completo en ese tiempo que dedico a la lectura. Hago ese esfuerzo de alejar por un momento el teléfono para conectar con la lectura, sino me es imposible llevar adelante la lectura.

 

 

—  ¿Con qué lecturas vas a comenzar 2025?

 

— Tengo muchos libros pendientes porque cuando hay una promoción o en la Feria del Libro que podés comprar a mitad de precio, elijo tres, cuatro o hasta cinco libros para tener para leer el resto del año. Ahora tengo libros que todavía no leí. También entran en juego otros factores a la hora de dedicarme a leer, por ejemplo, cómo estoy de ánimo y cuánto tiempo tengo para dedicarme a leer. Le doy prioridad a lo que realmente tengo ganas de hacer y de leer, en función de estas cosas voy sacando libros. Pero ahora tengo algunos libros prioritarios que quiero leer, como un libro de cuentos de Roberto Bolaño y otro libro pendiente es La amiga estupenda, de Elena Ferrante.

 

 Intercambio de textos

 

En la misma sintonía que cuenta que compra libros, Andrea Bonnet revela que presta muchos libros, además de recibir otros prestados. Comenta que tiene muchas amigas lectoras y que, gracias a esa comunidad, los libros circulan mucho.

 

“A veces, cuando leo algo, pienso que tal libro le puede gustar a una amiga y este amiga u otra también piensa en mí en función de lo que está leyendo. Hago intercambio de libros y esa experiencia resulta gratificante”, desliza. “Es lindo lo que sucede porque que vamos encontrando el gusto de personas que gustan de lo que vos también gustas y eso es hermoso, poder intercambiar y hacer que los libros circulen y giren me parece algo hermoso”.

 

Por último, Andrea cuenta que le gusta profundizar la escritura de ciertos escritores o escritoras. Le ha pasado con autores como Alejandro Zambra, Pedro Mairal, Emmanuel Carrere, entre otros. “Viene a mi memoria Aurora Venturini. Leí de ella ‘Las primas’ y pienso ir por otros libros suyos porque me gusta su forma narrativa”.

 

Su voz se amplifica en ese tono que pone al nombrar autores, autoras y tiempo para leer. Nace así una transformación que va de quien escribe, de quien lee y de ella misma cuando cubre una hoja en blanco con tinta para ser mirada, leída y cobijada por otro lector o lectora. El lenguaje vivo.

Mariano Quirós

 

 

Mariano Quirós: "La lectura es un acto subversivo"

 

La buena literatura tiene música. La prosa de Mariano Quirós tiene una música que recién con el tiempo se fuer cargando de los sonidos de la ciudad, Buenos Aires, su lugar de residencia desde hace varios años. Recién en los últimos tiempos empezó a permear sus textos. Pero de ese tema hablaremos con él en otra ocasión, hoy hablamos de lecturas, libros y gustos literarios.

 

Él es escritor y comunicador social. Ha publicado las novelas Robles (Primer Premio Bienal-CFI), Torrente (Premio Festival Iberoamericano de Nueva Narrativa), Río Negro (Premio Laura Palmer no ha muerto; publicada en Francia por la editorial La dernière goutte), Tanto correr (Premio Francisco Casavella) y No llores, hombre duro (Premio Festival Azabache; Memorial Silverio Cañada, Semana Negra de Gijón). Junto a Germán Parmetler y Pablo Black, publicó el libro de cuentos Cuatro perras noches, ilustrado por Luciano Acosta. Un jurado integrado por Fernanda García Lao, Félix Bruzzone y Elvio Gandolfo otorgó a La luz mala el primer premio en género cuento del Fondo Nacional de las Artes, edición 2014.

 

Hablamos hace unos días atrás y cruzamos palabras sobre diferentes ámbitos. Comienza revelando que lee por distintos motivos y que respira mucha literatura, “leo por oficio, por necesidad y por gusto, leo sobre todo narrativa. También por necesidad y gusto leo mucho ensayo. Y por mero gusto leo poesía”.

 

Con una sonrisa que le llega hasta el brillo de los ojos, ante la consulta de qué libros tiene pendientes leer respondió “que le quedan pendientes de leer todos los libros del mundo. Y pienso empezar con ellos ahora mismo”. Antes de que me cuelgue el teléfono y corra a tomar un libro, lo sujeto y le pido que responda un par de preguntas.

 

— ¿Por qué lees?

 

— Por muchas razones. Una de ellas es que vengo de familia subversiva. Y como la lectura de literatura es un acto subversivo, asumí el oficio de lector como una manera de respetar la tradición familiar.

 

 

— ¿Cómo llegan los libros a vos? ¿Cuál es tu camino para decidir qué libro leer?

 

— No siempre llegan los libros a mí. A veces, casi siempre, tengo que ir a buscarlos. La lectura demanda movilidad, un espíritu aventurero, hasta temerario te diría. Y en esa búsqueda, si tenemos suerte, armamos un camino que incluye la vida familiar, la amistad, la vida sórdida y estimulante de las redes sociales, el azar, siempre el azar, la incertidumbre que nos gobierna.

 

— ¿Qué libros leíste este año y te marcaron? ¿qué te marcó o por qué lo tenés presente a ese libro?

 

— Voy a nombrar dos libros que escribieron amigos míos (la amistad, decía, es otra forma de la lectura): Algo que nadie hizo (editorial El Gran Pez), de Matías Aldaz; y Aunque no queramos (editorial Conejos), de Salvador Biedma. Son libros que hubiese querido escribir. Sencillos y sofisticados a la vez; poéticos, sin estridencia, o con la tenue estridencia que sostiene la buena escritura.

 

— Estamos rodeados de imágenes, con el celular como primera distracción, ¿cómo hacer para abstraerse y centrar la mirada en una tinta negra sobre el papel?

 

— No hay nada que hacer. O, mejor dicho, hay todo por hacer. Es cuestión de leer literatura, ya sea en papel como ante el resplandor de una pantalla. Está lleno de páginas web donde se puede piratear literatura sin quejarse del alto precio de los libros. Incluso hay páginas legales. Cada quien hace de su pantalla, de su monitor, su propio abismo. Que el abismo sea luminoso. Aun así, si está a tu alcance –si en este mundo de ajustes, recortes y mezquindades, hay todavía algo a nuestro alcance--, comprá el libro, que así tal vez hagas feliz a un autor, a una autora. 

 


jueves, 2 de enero de 2025

Coqui Ortiz: “Cuando algo ingresa por el lado de la emoción es muy difícil olvidar”

 

Coqui Ortiz en Madre canción. Foto Nora Cano



Estamos en un nido, acovachados, rodeados de guitarras y libros, muchos libros, discos, cassette, vinilos. El equipo de música. La cocina al lado. Algunos cuadros vistiendo distintos espacios. El mate listo. La sonrisa urgente.

 

Por Paulo Ferreyra

Fotos Nora Cano

 

El 2024 Coqui Ortiz cerró el año con una presentación pletórica de buenas canciones y rodeado de amigos. Antes de que suenen sus acordes y de que su voz regara el ambiente de La Vaca Atada me recibió en su casa para charla de varios temas, entre ellos su proyecto más ambicioso, Madre canción.

 

 

— Me gustaría empezar por repesar parte de lo que nos dejó el último tiempo. Para ello me parece importante responder a la pregunta siempre viva, ¿el arte es una herramienta de transformación?

 

— En mi andar he trabajado en proyectos culturales o en contexto de encierro, estuve unos años en la U7 haciendo talleres de canciones. Estuve en muchos otros lugares, en comunidades pequeñas, en barrios, en escuela, siempre creo que el arte lleve un valor. El arte te lleva a pensar o reflexionar, pero sobre todo creo que el arte te lleva a sentir.

 

Hablo desde la canción, que es lugar que más conozco y desde el lugar donde más puedo hablar. Hace unos días mi hermana me manda una canción que es un relato de un hecho preciso. Nuestra madre envejece, se empieza a olvidar de las cosas, ¿qué hacemos en esos momentos cuando tenemos que acompañar a nuestros padres? Ellos nos criaron y ahora de algún modo tenemos que devolver ese gesto amoroso, de acompañarlos en un tramo de la vida que a veces se hace difícil.

Parte del encuentro de Madre Canción 2024. Foto Nora Cano

 

Estas cosas que podemos charlar y que puede quedan en un anécdota, están condensadas en una canción. Alguien le pone letra, acordes y canta. Hacen algo más que decir una canción. Le ponen poesía y te emociona. Cuando algo ingresa por el lado de la emociones es muy difícil que de olvidar. Hay cosas que han sucedido hace tantos años que uno las puede recordar porque aparece de nuevo esa emoción que te provoca la música. No sabemos dónde está, pero en algún lugar está.

 

El arte te conecta con las emociones - con un lugar. Creo que en los procesos individual y colectivo el arte tiene esa magia. En el caso de la música nos ayuda desde la historia, el pensamiento, hay canciones que nos dicen y nos enseñan tantas cosas, es una escuela. No hay quien no tenga una canción que le remita a la infancia o aun momento determinando de su vida. O que busque una canción en un momento determinado de su vida.

 

— En este marco vos compusiste muchas canciones y grabaste otras tantas, ¿hay algunas que las personas se te acerquen para hablarles de sus emociones con tus canciones?

 

— Si. Hay canciones que empiezan a tomar un rumbo propio. Me pasó cosas que es difícil de explicar. Por ejemplo, hay un tema mío que se llama Parece Pajarito, un tema instrumental. Sin embargo, hay mucha gente - no sé si porque a veces cuento la historia de cómo nació ese tema - pero ese tema los lleva a un lugar. Después con el tema Chamamé que se eleva, personas que son de la zona o que vivieron de algún modo ese aire donde aparecen una sucesión de fotografías, organizadas dentro de una canción, muchas veces digo que más que un chamamé es un homenaje a esa música que flota en el aire de la región.

Músicos y referentes culturales en Madre Canción. Foto Nora Cano

 

Hay cosas que pasaron con determinadas canciones que me producen emociones muy hondas y que no podría reunir las palabras para expresar lo que eso significó para mí.

 

Viene a mi memoria, otro ejemplo, una familia me contó que programaron un parto en la casa, ambientaron ese momento de sus vidas con canciones mías. Eso me produjo un vértigo, un compromiso y algo profundo se movió en mí interior. Eso es la canción. Otra instancia es de una persona que no conocí, pero que en un momento me llegó la historia. Era una persona que en sus últimos días quería escuchar una canción mía. Todas estas cosas las guardo en mi interior.

 

Al mismo tiempo son consciente que alguien - o el noventa por ciento de quien va a leer esta nota no sapa quién soy - y entonces uno se pone a pensar las cosas que deben pasar con otros artistas que tienen mayor trascendencia.

 

— ¿A vos te pasó? ¿Con qué artistas?

 

— A mí también me pasaron cosas cuando aprendí a tocar la guitarra. En ese momento me maravillaban canciones de Julián Zini, Silvio Rodríguez, entre otros, ellos no tienen idea del impacto que han producido en mí para que yo haga de esto mi oficio o para que sienta todo lo que sentí en ese momento. Hoy veinte o treinta años después vuelvo a tomar la guitarra y aparece toda esa emoción.

 

— Cambiando un poco de campo, ¿hay que dividir el oficio del amor que tenemos por lo que hacemos?

 

— Sucede que a veces el oficio es ingrato. A veces el oficio no nos da para comer, no nos alcanza para llegar a fin de mes, eso es muy común en el arte. Estoy en el tren de los músicos que no nos toca transitar el camino de la fama, del éxito y del dinero, son valores que no hay que confundir. Puede ser que no se me de pero como dijo un poeta, Diego Maradona, la pelota no se mancha. En este caso la poesía y la canción, conservemos el lugar preciado que tenemos con el juego, hacer lo que nos gusta y hacer lo que nos da placer. La música y la poesía nos van a devolver más de lo que nosotros damos.

 

— Dentro de esta tónica en el 2024 se realizó el encuentro de Madre canción, ¿Qué te dejó?

 

— Fue algo muy lindo porque Madre canción nace de un espacio que construimos y se expandió más allá de lo pensado. Es una propuesta a contramano de esta cuestión de aprovechar el tiempo, porque acá justamente la invitación es para quienes tienen tiempo para perder. En Madre canción no hay un principio o un final. Los encuentros a veces duraban tres horas y a veces mucho más, hablábamos de filosofía y de otros temas.

Caye Gauna, uno de los tantos músicos presentes. Foto Nora Cano

 

Hacer canciones no es algo que se aprenda yendo a un taller de música o a un taller literario. La canción se escribe con el pensamiento, con la historia, con la reflexión y con las cosas que suceden en la vida cotidiana, ¿estas cosas quién nos enseña? En principio se puede aprender leyendo otras cosas, no solamente escuchando música o leyendo poesía, hay que escuchar a los grandes pensadores y difusores. Después de todo eso decimos algo, ¿qué decimos? Estas reflexiones las planteamos en los encuentros donde estuvieron Jorge Fandermole, Carlos Negro Aguirre, Bocha Sheridan, Liliana Herrero, Topo Zubieta, Patricio Hermosilla, Lucas Monzón, entre tantos otros y otras.

 

En Madre canción nos juntamos hacer cosas que suceden por fuera del escenario. Conversamos y hablamos de por qué cantamos o hacemos lo que hacemos. Esto es un modo de hacer escuela, sucedió en la Bienal donde están los escultores trabajando en medio de la gente. Fue una experiencia maravillosa y vamos a seguir con este proyecto. Hay varias cosas que nos gustaría hacer en esa misma sintonía para este 2025.

 

 

Tejedor de puentes

 

“La música que tocamos acá no tiene mayor circulación. No suele ser tenida en cuenta ni por los grandes festivales ni por las políticas culturales. El mismo músico entonces en algún momento comienza a transformarse en un gestor y en un tejedor de puentes para que otros se expresen”, así había dicho en una oportunidad Coqui Ortiz. Estas palabras de “tejedor de puentes” tienen vida y sentido en Madre canción.