El escritor y editor realizará durante estos meses un taller
de escritura virtual. A raíz de esto surgió la intención de hablar sobre
escritura, inspiración y otras yerbas relacionadas. Su primera diferencia sobre
la escritura fue que “para escribir muy bien es necesario leer mucho. Para
escribir no. Para escribir es necesario conocer el alfabeto y conocer determinada
sintaxis gramática”.
Por Paulo Ferreyra
Hernán Casciari es de Mercedes, provincia de Buenos Aires. En
su trabajo creó la unión entre literatura y weblog, destacándose en la
blogonovela. Desde entonces no paró de crecer y hacer cosas, creó la editorial
y la revista Orsai. Ha sido jefe de redacción de la revista La Ventana,
columnista en el Semanario Protagonistas y director del periódico El Domingo.
En 2016 se integró al staff del programa Perros de la Calle Metro. En 2015
sufrió un infarto y volvió a fijar su residencia en Argentina. En 2016 y 2017
presentó el espectáculo "Una obra en construcción" en la Ciudad de
Buenos Aires. En 2017 pasó a integrar, como columnista, el programa radial
"Todo Pasa" de Océano FM (Uruguay).
Tras un breve intercambio de mensajes por WhatsApp, nos
pusimos de acuerdo en un horario y hablamos por teléfono. Se lo escuchó alegre,
animado, con esas pequeñas pausas que tiene en sus lecturas para masticar
algunas palabras antes de lanzarlas al aire.
— ¿Qué es escribir?
— En mi caso escribir es anotar ideas. No es más que eso.
Anoto ideas para que no se me escapen o no las pierda, lo que hago es tomar un
papel y un lápiz, un teclado o lo que sea para anotar las ideas que tengo. Para
mí escribir es eso.
— ¿De dónde viene la
fuente de esas ideas?
— Particularmente y siempre pondré por delante la frase - en
mi caso - porque no creo que sea lo más habitual y no tiene por qué serlo, en
mi caso es la memoria. Las ideas no son ideas sino son escenas o paisajes de mi
memoria.
— ¿Es necesario leer
mucho o tener la experiencia de vida para escribir?
— Para escribir muy bien es necesario leer mucho. Para escribir no. Para escribir es necesario conocer el alfabeto y conocer determinada sintaxis gramática. La experiencia de vida es necesaria si no vas a usar la imaginación. Si vas a usar la imaginación podes quedarte en tu casa cuarenta años sin hacer nada, total la imaginación suple lo que vas a decir.
— En tu caso tenés
textos buenos, ¿lees mucho o leías? ¿Qué lees?
— Leí mucho en mi infancia. Leí mucho en mi primera
adolescencia y en la juventud. Leí hasta los primeros 30 años de mi vida, en
ese momento leí muchísimo. Después ya no leí más. Hoy no soy un buen lector. En
mi caso no utilizo la imaginación. Así que la memoria me es imprescindible para
escribir.
— Volviendo a la
lectura, lees en voz alta y tenés ahí una fortaleza, ¿esto se entrena o se
estudia?
— No sé cómo se hace, supongo que sí. Todo en la vida se
entrena, se estudia y se práctica. Creo que así puede salir un poco mejor. El
arte de leer en voz alta no es un milagro que ocurre. La mucha lectura te
ayuda. Los matices de la voz se pueden componer y se pueden aprender. Tengo
algo natural y es que me gusta leer en voz alta. Me encanta leer, entonces me
sale más fácil, pero todo mi aprendizaje fue práctica. Empecé hacerlo cuando no
lo hacía tan bien y después lo empecé hacer un poco mejor.
— ¿Qué te dio la
escritura?
— A través de mi vida pasaron muchas cosas con este hobby o
con este oficio. Muchas cosas. En algún momento sin dudas me salvó la vida. En
el sentido metafórico y en algún caso hasta el sentido literal. Después me da
de comer caliente que es milagroso. Eso es algo milagroso porque cuando era
chico no sabía si esto iba a ser un oficio o un hobby. El hecho de que pueda
vivir exclusivamente de algo que me gusta mucho es un privilegio. No le llamo
escritura sino le llamo contar historia. Escribir es una parte del oficio, no
es todo. Le debo muchas cosas, me ha servido de manera terapéutica, económica y
lúdica.
“Cada cual
tiene sus pequeños placeres”
Durante esta temporada de verano Orsai abrió una amplia
oferta de talleres de escritura. Al respecto Hernán Casciari agrega, “son escritores
que tienen una vena pedagógica, estamos muy contentos con los talleres. Estoy
feliz con el proyecto. Esta es una especie de primera incursión. Son para todo
el mundo. No hace falta ser profesional ni querer serlo. Escribir además de ser
una enorme profesión es un enorme desahogo para mucha gente. Contar historia en
la cabeza, anotarlas en un papel, contarlas a otro, son actividades que nos
hacen bien. Entonces, hacerla con cierto sistema es mejor que hacerlo de manera
anárquica. Cada cual tiene sus pequeños placeres y por eso hay tantas opciones
diferentes de escritura”.
— El abanico de
ofertas es muy amplio, ¿qué buscan con esto?
— Creo que necesitamos gente nueva. Gente que trabaje en
nuestras revistas, en nuestra productora y en nuestros proyectos. Para que haya
gente nueva trabajando con nosotros tenemos que explicarles un sistema, el
sistema de cómo trabajamos, qué nos gusta hacer y necesitamos encontrarnos con
esa gente. En ese sentido una escuela de narrativa me pareció la mejor excusa.
— Dentro del amplio
de abanico de escritoras y escritores haciendo talleres, te sumaste también
vos, ¿por qué?
— Porque cuando empezó la escuela de narrativa que es inminentemente presencial mucha gente de lugares más lejanos que la ciudad de Buenos Aires empezaron a preguntar si había talleres virtuales. Nosotros todavía no tenemos talleres virtuales en la escuela de narrativa. No está preparada la escuela para eso. Pero al mismo tiempo soy muy amigo de lo virtual y entonces me lancé hacer un taller. Vamos a ver cómo funciona. Haré uno durante enero, febrero y marzo. Serán domingos de taller para mejorar historias.
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