Ella es productora agroecológica y biodinámica. Vive en Formosa. Produce esencialmente banana y mango, entre otras frutas. Este año más del 50 por ciento de su producción no va a cosechar por varias razones. La producción se está cayendo, sí, se está cayendo y pudriendo en el campo. Para conocer en profundidad qué está pasando hablamos por teléfono con Marisa y parte de esta conversación queda en estas líneas.
Por Paulo Ferreyra
Hace un par de semanas atrás Rodo Reich, periodista especializado en Gastronomía explicó que el 90 por ciento de la producción de mangos del país se está perdiendo. En detalles se habla de siete millones de kilos de mangos de distintas provincias como Misiones, Formosa, Jujuy, Tucumán, entre otras.
En Formosa se produce bananas y mangos. Una de las
productoras agroecológicas y biodinámicas es Marisa Fogante. En esta charla
telefónica comentó que tiene una producción agroecológica de mangos desde el
año 2009. Tiene además bananas y otras frutas, pero esencialmente tiene banana
y mango. Los últimos años comentó que viene sintiendo el impacto de la crisis
climática, entonces observa que hay heladas tempranas o heladas tardías, sequía,
lluvia, piedras y vientos con distinta intensidad. Hace unas semanas atrás fue
noticia nacional porque no están cosechando los mangos debido a los costos,
entre otros motivos.
— Vamos a empezar por
lo más sencillo, ¿Cómo viene la cosecha de mango en el último tiempo?
— En los últimos años venía complicada la cosecha de mangos.
Para ser más precisa en los últimos cinco años estaba sacando el 30 o el 40 por
ciento de la producción. Este año a pesar del clima pero porque justo hubo
época de lluvia buena las plantas terminaron dando una buena producción. Este
año hubo mucha producción pero no se vende. Entonces hay más del 70 u 80 por ciento
de la producción que no se pudo comercializar. Está ahí la fruta y se está cayendo
en el campo.
Soy productora agroecológica pero aún los productores
convencionales en Formosa no están vendiendo sus frutas. Hay pequeños
productores de mangos, habrá algún productor grande que puede llegar a tener
cinco o seis hasta ocho hectáreas, pero por lo general toda la producción que
sale de Formosa es de pequeña producción, un par de hectáreas o menos.
— ¿Cuál son los
factores que llevan a esta baja en las ventas?
— Hay varios factores, en principio la situación económica
en general es que hay menos poder adquisitivo. Entonces esta fruta se ve como
un alimento que no es de los imprescindibles. Además es un alimento que cuando
comienza la cosecha tiene un precio más caro pero después se estabiliza.
En mi caso nunca le pongo a esta fruta un precio muy alto.
Me interesa que el alimento llegue a toda persona que lo quiera probar o
adquirir. Este año no fuimos ajenos a esto.
Pero un mes antes de que estuviera la cosecha argentina -
porque hay mangos en Misiones, Corrientes, Tucumán, Jujuy – los costos se
elevaron mucho. Nosotros tenemos que cosechar, embalar y mandar a otros puntos
del país, esos costos se hacen imposibles para un productor pequeño.
En este momento hemos llegado al punto donde se repite lo
que ya vimos con los limones, la leche y con la naranja. No conviene cosechar
porque los costos son muy altos. El costo es alto y no podemos encontrar un
precio mínimo para sacar una ganancia mínima.
— ¿Cuánto de la
producción todavía está en el campo?
— Más del sesenta por ciento de la producción está en el campo. Es triste la situación. Además de la situación económica otra variable aquí es la importación. Este cuadro de situación es la completa ausencia del estado. Estamos en plena producción y hay que darle prioridad a la producción de las economías regionales.
En la producción agroecológica generamos mucha mano de obra.
Todo se hace de forma manual. Creo que hay una deshumanización total. A nadie
le importa lo que atravesamos los productores que todo el año estamos cuidando
las plantas para que después queden tiradas las frutas. Entonces, además de
mirar la tierra como un recurso o a la planta como un recurso que te va a dar
un alimento, tampoco hay un registro de los seres humanos que estamos atrás de
estos espacios.
— En estos momentos
están entrando muchos mangos de Paraguay y de Brasil.
— Todo lo que entra de Paraguay pasa por la ruta por la que nosotros estamos trabajando. La ruta 86, viene de Asunción y después empalma con la ruta 11. Todos los años vemos la misma película entrando con banana de Paraguay y ahora entrando con mangos. Estoy a cinco kilómetros de la ruta y me pasan por delante los camiones.
— Hace poco oí hablar
de que en el país solo consumimos cuatro o cinco frutas, el mango no está entre
ellas, ¿es así? ¿Por qué pasan estas cosas?
— Puede ser que es un alimento que no está incorporado en
nuestra dieta. Podría estarlo porque es una fruta estacional. Es una fruta
maravillosa de verano que está como el melón, la sandía, las uvas, toda la
producción que en estos meses explota de sabores, de colores. Es el verano con
una cantidad de frutas con mucha variedad.
Pero nos seguimos concentrando en manzana, pera, banana,
naranja y mandarina. Creo que podemos incorporar el mango porque está acá dos
meses al año y es un alimento muy rico.
Nuestra
mirada sobre los alimentos
Marisa Fogante es consciente de que hay mucha gente que aún
no probó mangos. Ella lleva muchos años produciendo. Tiene una variedad
asiática de un mango que no tiene fibra, donde la pulpa es parecida a un
durazno. “El encuentro con la fruta es un encuentro con sabores y con colores
muy ricos”, resaltó.
“Creo que la presencia del estado en acompañar la difusión
sobre esta fruta es importante. Los mangos tienen una explosión de sabores que
es increíble. Es una fruta que está cerca de nuestros hogares. Sin embargo
comemos una banana que hizo ocho mil kilómetros, que se cosechada verde y que
no maduró en planta. A eso hay que agregar la fumigación. Sin embargo desde la
imagen se ve impecable una banana traída de Ecuador”.
“Desde mi mirada como productora agroecológica y biodinámica
es cómo estamos mirando al alimento. Esa es mi pregunta central - ¿qué
consideramos alimento? Lo que se ve o la sustancia que me estoy comiendo. Solo
miramos la forma o miramos lo vital y la energía que ese alimento que me voy a
comer contiene. Hay una discusión para dar hoy en el mercado frutihortícola.
Estamos condicionados por la imagen, si la fruta no se ve impecable sin ninguna
mancha recién la comemos. Por esa razón nos perdemos de muchas cosas”.
Por qué
consumimos lo que consumimos
Marisa Fogante le esquiva hablar puntualmente sobre las
propiedades del mango. Las sabe y las puede enumerar, pero rápido advierte que la
mirada es - voy a comer este alimento
porque me aporta tal cosa o porque es un alimento rico, que lo voy a disfrutar.
“En ocasiones nos paramos en un lugar donde un alimento
tiene que aportarnos algo concreto, sino lo dejamos de lado. Cuando hacemos eso
a veces dejamos de conectar con lo que me da placer, alegría, que es rico y que
además me genera un sentir lindo. Es necesario conectar con el sabor, el olor y
el color que tienen los alimentos. A veces parece que eso solo no fuera
suficiente. Eso solo es un montón”, subrayó.
En el campo hay personas que le dedican tiempo, esfuerzo,
cuidado durante un año para que una fruta esté madura sin agroquímicos. “Más
allá de los números creo que hay que hacer hincapié en la manera en que nos
acercamos a los alimentos, qué conocemos de esos alimentos, de qué manera se
produce y ahí me parece que hay que poner el foco”, destacó Marisa.
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