viernes, 21 de febrero de 2025

Flor Bobadilla Oliva: "Viajo en un camalote y tengo raíz de agua"

Flor Bobadilla Oliva - Foto Javier Perez Bassi

Ella es actriz, cantante e instrumentista. Desde hace un tiempo está realizando presentaciones difundiendo su disco
Solita mi alma.
En esta entrevista adelantó que este año comenzará a grabar su segundo material. Aquí nos cuenta cómo es su proceso para escoger canciones, hablamos de música y silencio, entre otros temas.

 

Por Paulo Ferreyra

 

La investigadora brasileña Lucia Santaella Braga hace un tiempo en su visita por Argentina había expresado que “no se le puede dar al artista la responsabilidad de solucionar los problemas del mundo. Eso es una utopía. La función del artista es mucho más delicada. Es la búsqueda de algo diferente que rompa con los hábitos adquiridos: son quiebres de hábito en las formas de representar el mundo. Ese es el poder transformador del artista. Pienso que el artista es la persona que lleva el proyecto humano adelante. El proyecto humano se torna más humano”.

 

Hace unos días charlamos por teléfono con Flor Bobadilla Oliva. Su voz tiene la delicadeza de tocar fibras íntimas. Usando su propio decir, rascar en lugares específicos. Ella es música y actriz. Lleva adelante varios proyectos como el Dúo Bote o el dúo con Nacho Amil, entre otros. En la plataforma de Cine.Ar se puede ver su faceta de actriz.

 

Desde hace un tiempo Flor viene presentándose como solista. Su primer álbum recibió el reconocimiento como 'Mejor álbum de folklore alternativo' en los premios Mercedes Sosa, 2023. Además le ha permitido ya presentarse en distintas ciudades y con el mismo cumplirá su sueño de hacer una gira por Europa. En su disco grabó temas como Milagreiro, Che Kamba resa jajái, Afiches, L´enfant et l´arbre, Lejanía, En qué nos parecemos, Alma de pez, Pa llegar a tu lado, entre otros. En esta charla, decidí comenzar por su proceso a la hora de elegir canciones.

 

— ¿Cómo es la selección de tu repertorio solista? ¿Hay una palabra que defina esa elección?

 

— El origen es el pulso. Hay algo que pide lugar y eso va apareciendo alrededor de un concepto. Ese pulso va englobando otras cosas. Si me preguntas algún término específico me resulta más difícil delimitar ese campo. En mi camino voy juntando canciones o cuestiones que nacen de mis pulsos.

 

De repente hay algo que me acerca mucho a las cosas que quiero decir y eso son los viajes. En los viajes me encuentro con otras músicas, otros musiques, con un montón de informaciones que van construyendo formas de historias nuevas.

 

El repertorio que voy construyendo es diverso y se va amoldando a un concepto. En el disco Solita mi alma la música está ligada a puertos y selvas. El concepto es la apertura, partir desde el puerto. Solita vino de un viaje que hice a Europa cuando me fui a tomar un taller y allá sentí la necesidad de aprender acompañarme.

Flor Bobadilla Oliva - foto Nora Lezano

 

El primer disco vino de un tiempo de estar juntando informaciones, de masticar y rumiar las canciones. Hay mucha música que queda por fuera del repertorio porque son las que justamente hacen a una elección.

 

El segundo disco con el cual ya comencé a trabajar es una continuación de esta historia. Siempre hay algo más fino que no se cuenta. Está en la línea de las heridas y el disparador es el ego, que nos salva en ocasiones, pero en otras también nos complica y nos deja en lugares horrorosos. Es una vuelta a eso, porque estamos vivos y mientras estemos vivos vamos a seguir haciendo esos giros.

 

— Entonces el segundo disco que se viene seguirá respirando el aroma del puerto.

 

— En realidad no se corre del puerto porque estoy arriba de un camalote. Pero el disco traerá otros decires. La música es de todos lados, no hay un país o una región definida. En mi música hay agua y otras formas de raíces.

 

— Me gustaría acercarme un poco más a la intimidad de esta construcción del repertorio. En los dúos tenés un par con quien hacer la elección. Cuando estás sola hay un espejo imagino con quien negociar qué hacer y qué no hacer, ¿Cómo es tu espejo?

 

— El espejo nace con la terapia. Hay una búsqueda en el devenir que va más allá de mí. Sucede que hay una instancia que va más allá de mí cuando estoy tocando y cantando. Ese es mi lugar y ese lugar es donde no soy, a la vez estoy siendo. Es un espacio honesto con lo que se dice y se cuenta. Se embarca en un viaje con lo tímbrico donde me siento cómoda en algunos lugares.

 

Mi trabajo está en la honestidad, en la desnudez del contar y ahí está el espejo. La música tiene que sostener el movimiento. Es ese movimiento que hace el bote cuando está atado a la costa. Pruebo mucho también cómo decir las cosas para dialogar con el entorno. Todos estamos acá y todos podemos estar escuchando esto, es un espacio de no juzgar.

Flor - foto Pili Álvarez

 

— No juzgar e incluso vos vas al terreno de no identificarte con algunas canciones, ¿cómo haces eso?

 

— Exacto. Ese es el juego. Está de moda decir identificarse con algo. Pero el que se identifica no se ve sino que refleja nada más. Hablamos de un lugar donde una, uno o une es mejor persona. En mi caso hago el intento desde la música, no juzgar, no identificarme con cosas o permitirme jugar a la identificación de un personaje. Me permito jugar también.

 

 

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Su voz se impone desde el escenario. Me corrijo. Su voz atrae porque es un cuerpo magnético. Su tono es dulce, áspero y tierno a la vez. Es consciente de que toca la sensibilidad del público, “la gente se acerca y me dice cosas. Recibo esas cosas. A veces va más allá de lo que se dice. Cuando empiezo a ver que eso sucede entiendo que esa es la tarea, la responsabilidad, digo esta palabra con todo el amor del mundo”, lo dice y hace una pausa. Vuelve, “ser un lugar. Es hacerse lugar y ser el lugar”.

 

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Flor - Foto Nora Lezano

— Si me acerco más a tu lugar, a tu puerto, ¿qué música voy a escuchar?

 

— En mi entorno hay mucha música y muy diversa. Hay muchas compositoras, compositores, canciones y mucha gente buscando lugar con la canción. Hay ruido. Hay bastante ruido que viene de la mano de la industria. Hay mucha música y mucha gente creando, viendo también el libro de la historia eso que ya pasó y que está sucediendo de nuevo.

 

Flor lleva en paralelo su vida de intérprete y actriz - foto Pili Álvarez

Hay además una búsqueda para encontrar la manera de poner luz a ciertos lugares. Entiendo que la música está sucediendo todo el tiempo y que es un lugar importante. Hay muchas opciones. Estoy volviendo a la música instrumental y también a algunos clásicos, estoy escuchando mucha música.

 

En la música hay que aflojar con las oxidaciones que traemos. Nosotros somos de un folclore muy elitista con mucha poesía, de plumas muy afiladas y de una musicalidad compleja. Aflojar a las presiones de donde venimos porque lo importante aquí es que la música sea accesible. Aunque estés cantando en guaraní, griego, portugués, en el idioma o en la variante del lenguaje que estés eligiendo que haya algo del lenguaje de la música, que vaya más allá de la palabra.

 

— Ahí aparece también el silencio, ¿cuánto te importante o qué espacio le das?

 

— Entiendo que más allá del tiempo y de lo concisa que pueda ser una canción, que dure lo que dure - dos, cinco o diez minutos - para estar más cerca de la canción tiene que ser una conversación.

 

Aquí nos detenemos un poco, cualquier conversación tiene una pausa. Por más ansioso que estemos en un encuentro hay algo real que sucede y eso es el silencio. Hay que pensar las canciones como cuando te juntas con un grupo de amigos, amigas y amigues. Por momentos hay mucha intensidad y por momentos alguien dice - ¿qué piensas dé?

 

Hay algo que la música atraviesa y que no deja de ser una conversación. Toda conversación precisa de las pausas, las intensidades, las dinámicas, hacer de cada canción una conversación y ahí el silencio es importante, sobre todo en este tiempo donde la estrategia es el ruido. En la música el silencio es construcción de sentido.

 

— Estamos en febrero, planificando cosas para este año y deslizaste que se viene el segundo disco, ¿Empezaste a transitar ese camino?

 

— Empecé el camino en principio para nombrar ciertas cosas. La espiritualidad se elige, las causas se ejercen y se viven. Hay un lugar donde rascar. Tomar distancia y cambiar el foco de la perspectiva de la herida. Este año voy a cumplir un sueño que es hacer giras internacionales.

 

Mi primer viaje a Europa fue en el 2017. Ahí me encontré sintiendo la música de allá y nuestra música. Sentí allá la necesidad de aprender a acompañarme. Ahí surgió el pulso de aprender acompañar, luego vino el disco y ahora para mí cerrar el ciclo del disco Solita mi alma es en Europa, porque ahí pulso extremadamente fuerte la necesidad de hacerlo sala.

 

— Usando tus palabras, fue allá donde te rascaste fuerte.

 

— Claro, allá comenzó. A fines de marzo viajo a Europa y voy a estar hasta mediados de junio. Voy con dos proyectos. En principio con Nacho Amil vamos con nuestro segundo disco, He de morir de cosas así. La segunda parte de la gira será con el disco Solita mi alma. Será una oportunidad para encontrarme con otras músicas. A la vuelta haremos la gira de los diez años del primer disco de Dúo Bote, Ysyry. En el medio voy armando mi segundo disco. No sé si estará listo este año el disco, pero ya hay parte del repertorio resuelto y voy transitando ese camino. También a mi mitad de año se viene un proyecto como actriz, es un libro interesante, otro viaje.

 

 

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“Un suero gigante de vida”

 

Flor Bobadilla Oliva rompe varias cuestiones, siendo intérprete no se identifica con ciertas canciones y con algunas juega a identificarse. Hace varios años dejó Misiones, vivió en Córdoba y después recayó en Buenos Aires. Tiene una apertura inmensa, a muchas cosas le puede decir que no, pero al mismo tiempo cuenta que no le niega la posibilidad de que pulse, que pique y que pueda rascarse en determinados lugares. Sobre su provincia natal afirmó, “volver al lugar donde hemos vivido la primera infancia es como encontrarse con ese suero gigante de vida. Es la nutrición. Cada vez que vuelvo pienso en los colores, en la luz y en el paisaje desde las orejas, en el cielo desde las orejas. En los colores, en la tierra y el agua. Misiones es un suero gigante”. Sin dudas, está arriba de un camalote y trae otros decires. En ese tránsito ojalá el agua la traiga al litoral este año.

 

 

Flor - foto Pili Álvarez


 

 

 

 

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