En el mes de enero se realizó la 4° Edición del Festival Che amoa meme. Este año el motivo central del mismo fue homenajear a la mujer chamamecera. Fueron dos días intensos que se vivieron en el Espacio Mariño de Corrientes. Una parte, tan solo una pequeña parte de lo que sucedió en esos días están aquí pintados en distintos caracteres. En este contexto uno de los músicos que participó afirmó, “tenemos un montón de chamamé distinto y muy diverso”.
Por Paulo Ferreyra
El festival se realizó a fines del mes de enero. Fueron jornadas
que contó con una grilla que incluyó a los artistas Flor Sandoval, Pablo
Delvalle, Billy Fernández, Homero Chiavarino, Luli Fernández, José Mazzanti,
Mel, Coqui Ortiz, Las Guaynas Pora, Amandayé, Laureano Ortiz, Gicela Méndez
Ribeiro, Vanesa Obregón, Felipe Moreyra, además hubo feria de autor y
artesanías. El año pasado habían
realizado un homenaje a Ramón Ayala y este año la mirada estuvo centrada en la
mujer chamamecera.
Hubo aquí un amplio espacio para artistas jóvenes, nóveles y
también para los consagrados. Artistas de Corrientes y de otras provincias
amplificaron un repertorio que trajo composiciones de autoras y autores jóvenes
que están circulando en el ambiente musical del litoral. Emociones, sonrisas,
bailes, abrazos y brindes en las distintas rondas de amigos o familias que
llegaron a este Festival. El silencio se hizo sentir en distintos momentos cuando
un fuelle hacía estirar una nota o en el rasguear de algunas guitarras. Luli Fernández no solo formó parte de la grilla sino que
también ofició de presentadora durante los dos días del Festival
“Ahora me
gustaría que no exista la ley de cupo”
Esta edición del Festival rindió homenaje a las mujeres
chamameceras, las que a fuerza de trabajo y sacrificio fueron abriéndose camino
en esta escena, a las que dejaron su voz y sus canciones y que forman parte
nuestro cancionero popular. Las actividades se abrieron con la presencia de la
cantante y compositora Gicela Méndez Ribeiro. Ella fue la encargada de abrir un
conversatorio sobre “El chamamé y sus mujeres”, en esta oportunidad dialogó con
Luli Fernández.
Mientas se realizó el
conversatorio en la pantalla gigante se proyectaba fragmentos de “El chamamé y
sus mujeres”. Esta es una serie documental de once capítulos ideado y conducido
por Gicela Méndez Ribeiro y que contó con la dirección y producción de Marcel
Czombos.
En este contexto Gicela comentó como había trabajado junto a
otras artistas mujeres hace unos años atrás para que se apruebe la ley de cupo
femenino en eventos musicales, Ley N° N°27.539. Hizo un repaso de su lucha, de
cómo enfrentó a los patrones tanto de varones como de mujeres, pues muchas
mujeres tenían miedo de pedir que se sancione esta ley.
Durante su exposición y diálogo con Luli, en un momento
Gicela reflexionó. “Ahora me gustaría que no exista la ley de cupo”, lo dijo y su
tono se puso serio, “ahora me gustaría que no exista la ley de cupo”. Lo volvió
a decir mientras con su mirada recorría al público presente. “Quiero que me
contraten por hacer música, por ser cantante y compositora, no quiere ser el
cupo de ningún festival”, afirmó y el público acompañó su apreciación. Ya en el
cierre sostuvo que en los festivales es necesario que haya una curaduría, donde
pueden estar presentes sociólogos, musicólogos, etnomusicólogos, entre otros
especialista que trabajan y conocen del tema.Flor Sandoval, Pablo Delvalle y Billy Fernández
Los lunares
de la luna tienen sus colores
Suena el piano, el fuelle estira una melodía mientras un
rasguear de guitarra en finos y delicados dedos, destellan música del litoral.
La presentación de Flor Sandoval, Pablo Delvalle y Billy Fernández tiño el
espacio de colores intensos. Los aplausos y los gritos del público se hicieron
escuchar con fuerza al término de cada tema. Antes de comenzar su presentación
charlé con parte de este trío que fue toda una sorpresa en el festival.
— ¿Cuál es la propuesta que prepararon?
Billy — Siguiendo
la línea temática del festival preparamos un homenaje a las mujeres vinculadas
al chamamé, ya sea intérpretes y compositoras. Compartir el escenario con Flor
es muy especial porque es una artista que compone sus canciones. Este es un
punto en común que nos une con ella. Ya habíamos tenido el placer de estar con
ella el año pasado y la verdad es que desde entonces quedó una relación musical
importante. Estamos contentos de poder disfrutar de esta propuesta.
Pablo - Nosotros
con Flor nos encontramos durante el año. A veces le pido que me grabe tal tema
porque su voz es muy especial. Hace un tiempo atrás vinimos a grabar un video
al Espacio Mariño y ahí Ine, una de las organizadoras de este festival, nos
propuso hacer esta presentación juntos. Para nosotros es muy lindo. Además la
estamos pasando muy bien porque Flor es una gran guitarrista. El año pasado en
la presentación estaba Víctor y Flor cantó nomas. Este año le dijimos que
además de cantar queríamos que también toque la guitarra. Es la primera vez que
ella se pone a tocar chamamé en guitarra y lo hace muy bien.
En la previa ya se los vio entusiasmados. El repertorio fue
un vaivén entre temas cantados por Flor y otros temas instrumentales. El
silencio del público se respiraba y se acompasaba por esas sonrisas que
pintaban diferentes rostros. Hubo un momento especial donde Flor realizó un
tema solo en guitarra, un tema de Javier Larrossa, quien estuvo presente de pie
escuchando con suma atención.
Cuando terminaron de tocar el público pidió más música e
hicieron un bis. Se los notaba exultantes. Ya detrás del escenario me acerqué a
Flor quien dejaba ver su felicidad traducida en una voz exultante, alborozada y
jubilosa.
— ¿Cómo viviste esta
presentación?
— La viví con mucha adrenalina. Me siento muy contenta por
haber compartido con Pablo y con Billy. Si bien antes de hacer esto me sentía
foránea del chamamé. Si bien crecí en Corrientes y siempre estuve rodea si se
quiere de chamamé, nunca había hecho un repertorio tan extenso de chamamé.
Estoy muy contenta de haberme animado. Además estoy muy agradecida de que me
hayan invitado. Nos divertimos en el escenario y eso también llena todas las
expectativas.
— Cantaste y también
tocaste la guitarra, ¿cómo fue eso?
— Cuando me invitaron para cantar y tocar la guitarra fue un
desafío muy grande. Cuando recibí la invitación de Ine lo acepté sin dudar
porque es el Espacio Mariño, porque es un homenaje a las mujeres y porque es
volver a tocar con Pablo y con Billy. Además era una invitación hacer algo
nuevo. Entonces dije sí a todo lo nuevo. Si a lo nuevo, totalmente, me siento
contenta de haber dicho que sí.
El hecho de que el festival haga un homenaje a las mujeres
también nos ayudó mucho. Partimos desde ese lugar, Pablo me pasó nombres como
María Elena a quien no conocía, después llegamos a Marta Quiles y luego vino
Teresa Parodi. También dentro del armado del repertorio surgió la idea de hacer
una pieza instrumental donde hice un tema de Javier Larrosa. Todo fue hermoso y
desafiante.
El río ya
corre. La empatía que había entre ellos en el escenario se
respiraba en el público. Sus sonrisas blancas contagiaban. En este marco fue inevitable
preguntarle a Flor si este proyecto de trío vino para quedarse, "ahora
recién que me encontrás bajada del escenario te digo que ojalá toquemos más
veces. Nos sentimos muy bien. Ojalá que sí. No hay ningún plan pero ojalá que sí".
En este tiempo que ya pasó casi un mes del evento quienes la escuchamos
deseamos lo mismo, "ojalá que sí".
“Me gusta
que mis obras habiten nuevos espacios”
La artista Mel fue invitada en esta ocasión especialmente
para pintar en vivo durante los dos días que duró el festival. Se la vio
concentrada. Por momentos muy serie en la pintura o haciendo recortes. Aún en
ese aparente rigor había una sonrisa que salía al encuentro de cada espectador
que se acercaba para hablar sobre sus trabajos.
“Estoy muy agradecida a la organización por la invitación.
Me trataron muy bien y estuve muy cómoda trabajando. Además esta propuesta
temática del festival al celebrar a la mujer chamamecera es excelente. Muchas
mujeres aportan al arte y es importante detener la mirada ahí, en mi caso me
siento honrada en que piensen en mí para retratar las sensaciones de este
festival”, así comenzó nuestra charla.
— En tu obra
justamente conviven el territorio, la naturaleza y la mujer.
— Lo que sucede es que celebro el quehacer de cada mujer y
lo que construye en la comunidad, en el territorio. En mi trabajo tengo
presente siempre la naturaleza que nos rodea, así que el territorio está muy
presente.
— ¿Cómo pensaste o
diseñaste la obra para trabajarla durante los días del festival?
— En una charla con una amiga surgió la idea de trasladar la
naturaleza del territorio con materiales que ya tenía como el lapacho. Desde
ahí fui seleccionando otros materiales. Me gustó la idea hacer un recorte
natural de la provincia y de cómo tratamos de agarrar eso para nosotros. Creo
que a veces queriendo o sin querer siempre estamos buscando inspiración en la
naturaleza. Los artistas plásticos y los músicos tienen mucho de ese color en
sus obras.
— En tu caso en
particular, ¿Misiones sigue estando presente?
— Sigue. Siempre está presente. Por este festival pasaron
mucha gente misionera. Además desde el escenario se escucharon varios temas de
Ramón Ayala. Todo eso me atravesó y sobre todo el himno de Misiones que es
Misionerita. En una parte de la letra dice "bajo un hermoso y dulce cielo
guaraní", eso creo que no solo atraviesa a Misiones sino a todo el
litoral. Así que la obra llevará ese nombre y una persona se la llevará a su
casa.
Habitar. Terminamos
la entrevista. Me quedo observando mientras ella hace algunos recortes. Tiene
algunas páginas de revistas en color sepia. Seguimos charlando, cuenta el
origen del bastidor que utilizó para este trabajo. El cual se iba a sortear con
el bono colaboración que se ofrecía al público que asistió al Festival. Ahí
deslizamos nuestra charla sobre temas como el viaje y sobre sus obras que ya
están habitando algunos hogares de la región. “A veces pienso en este trabajo y
en su destino. No sé hacia dónde partirá pero me gusta que mis obras habiten
nuevos espacios”, sentenció.
Juan Mora, Paloma Ortiz y Coqui Ortiz
Cadencia en
flor
El día se presentó Coqui Ortiz arremetió de lleno con su
clásico Chamamé que se eleva. Despertó rápido la emoción y la empatía con el
público. "Rasgueando en la memoria del río / invocaré el sonido de quien
me enseñara el trazo / quien con el don de su canto pintó el paisaje más bello
/ rindiendo homenaje aquellos que dan su vida en la costa / cantamos en tu
memoria / querido Lino Mancuello", así recitó antes de interpretar - en lo
que a mi concierne, uno de los himnos de la música del litoral, El Sauce y el
río. Poesía en estado puro.
Los artistas por momentos parece que ven las cosas como un
niño, como si fuera la primera vez. El asombro está en cada pliegue de una
conversación. "Todas las compositoras y compositores del litoral nos han
dado canciones bellísimas para cada momento de la vida. Cuando vamos viendo
crecer a nuestros hijos díganme si algunas vez no los acompañó esta canción de
la enorme Teresa Parodi", así rezó Coquí antes de interpretar Canción para
Verónica.
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En el patio del
Espacio Mariño había un señor sentado solo en una mesa amplia, rodeada de
bancos largos de madera. Me acerco y le pregunto si podía ocupar un extremo de
los bancos porque ya no había sillas disponibles. Me responde que no porque
estaba esperando a su familia. La música seguía. Continúo de pie a un costado.
Un instante después llega su familia, riegan la mesa con algo de comida y
bebida. Se amuchan para ponerse de cara al escenario. "Flaco vení. Te
hicimos un lugar", me dicen y me dejan formar parte de su mesa. Elevamos
nuestras copas y brindamos. Así es el Patio del Espacio Mariño.
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En el escenario Coqui Ortiz cantaba junto a Juan Mora,
además se había sumado Paloma Ortiz. Ella interpretó canciones con alma y
cuerpo vivo, su voz se alzaba tanto que era un ave que sabe que tiene todo el
ancho cielo para expandirse, vuela sin límites. Agradeció al Espacio Mariño por
propiciar estos encuentros, "que nos sigamos encontrando sobre todo en
estos momentos donde la situación, la vida y el hecho de encontrarse con el
otro está siendo un poco más difícil. Pero ya sabemos que nadie se salva solo. Así
que ahí vamos", deslizó muy segura y convencida. Coqui y Juan hicieron sonar
los acordes de Ricarda Raíz. Parte del público tarareaba esos versos que dicen
"Ricarda raíz de viento / Llévame a jugar con vos / un juego que no
termine / escóndeme del dolor". Marta Quiles sabía lo que escribía. Después
el repertorio siguió creciendo con varias canciones y un repaso por autores
jóvenes como el gran poeta Seba Ibarra, entre tantos otros.
José Mazzanti recibió varias visitas en su muestra,
entre ellas llegó para estrechar su mano Rudi Flores
“Julián
Zini es ya un santo popular”
Aquellos días del festival se había inaugurado la muestra
Sobremesa de José Mazzanti. La muestra continúa y seguirá abierta hasta el 23
de marzo en el Espacio Mariño. La entrada es libre y gratuita. La muestra tiene
obras de José y además de dos artistas invitados como Lucas Vera y Blas
Aparecido.
José es artista visual formado en Artes, Ciencias de la
Educación, Filosofía, Religión y Ciencias Biológicas. En el Instituto Superior
Josefina Contte cursó la Capacitación en Dibujo y Pintura y años más tarde la
Tecnicatura de Dibujo, Grabado, Escultura y Pintura. En su andar forma varios
proyectos artísticos como los colectivos Yagua Rincón, Masa Crítica, La Usina
Cultural, Galería Rancho (apadrinada por el artista plástico argentino Noé, de
la fundación León Ferrari) y Guaranípolis. Ha participado también de la Feria
de Arte Comporánea –ArteCo- en Corrientes.
Sobre su muestra el artista comentó que en el marco de la
Fiesta le propusieron hacer una muestra en el Vivero. Así que presentó la
propuesta de mostrar una sobremesa de un encuentro chamamecero. Algo que se
extiende en el patio o en la sala de una familia, que viene después de un
cumpleaños o un aniversario, donde el compartir se extiende en la escucha de
música chamamecera. Así que busqué resaltar el hecho de compartir y que esté
presente el chamamé, la raíz cultural.
Para llevar adelante su muestra realizó una encuesta con los
chicos y las chicas del Espacio Mariño. De su resultado más otros que agregó
por desde su subjetividad realizó doce retratos de músicos chamameceros.
“La figura central es Julián Zini aquí porque nos remonta a
todas las fiestas chamamecera tanto acá en corrientes como en otros lugares.
Julián está presente siempre. Donde haya un chamamé está ahí de una u otra
forma. Siempre está su poesía, su música. Cuando uno piensa en el vino no importa
la marca si el vino es para compartir. También le hice con un halo porque ya no
vive con nosotros pero es nuestro santo popular”, afirmó José. “La poética
chamamecera abarca muchas cosas como la fe popular, el trabajo, el amor, la
miseria, la alegría, entre tantas otras cosas. Una parte de esa profundidad
pueden observar aquí en el Vivero del Espacio Mariño”.
“El chamamé
está más vivo que nunca”
Hubo muchos momentos importantes durante este festival. La
presencia de Las Guaynas Porá y Luli Fernández, entre tantos otros, estuvieron
cargados de un repertorio muy cuidado y exquisito. Uno de los artistas que casi
únicamente se lo ve por la ciudad en enero es Homero Chiavarino. “Siempre vivo
como una fiesta y un gran agradecimiento venir a Corrientes a tocar chamamé.
Esta música me acompaña desde que soy muy chico y formo parte de esta cultura
en la que me críe y de la cual sigo formando parte”, comentó momentos después
de bajar del escenario.
Homero hace más de veinte años que vive en la provincia de
Santa Fe. Sin embargo sigue respirando esta cultural. Las provincias son
hermanas por el río Paraná. El color de
la música y el sabor del chamamé es en esencia el mismo, así que de esa forma
está cerca de Corrientes.
— Si tuvieras que
marca una o dos características de la forma de hacer chamamé en Santa Fe y en
Corrientes, ¿cuál sería?
— Me parece que el punto está en la cuestión rítmica. El
chamamé santafesino tiene un aire más picado, más bailable, brioso, porque
quizás viene de la mano de Tarragó Ros. Él estuvo sus últimos treinta años de
vida viendo en rosario y mesclando su música con la música del sur de Santa Fe
que es una música particular. La diferencia está ahí, en el tempo, en el pulso.
El chamamé correntino es más largo, más estirado y más lento, por eso mismo es
más profundo. Lo más importante es que
tenemos un montón de chamamé distinto y muy diverso, de acuerdo a la
provincia y dentro de la misma depende de la región, eso es muy saludable para
la música.
— ¿Cómo viviste la
semana recorriendo cada espacio chamamecero?
— Lo que pasa es que en enero Corrientes es sinónimo de
chamamé. Es el momento donde todos los correntinos y las correntinas regresan a
su tierra para encontrarse con su cultura chamamecera. Tenemos grandes
festivales acá y en la región. Hay muchos festivales chamameceros en la región.
Enero es el mes del chamamé.
Por suerte este año en paralelo a la Fiesta Nacional del
Chamamé se armó este corredor que armaron los chicos y las chicas del Espacio
Mariño y de la Felipa Verde. A este corredor le dieron en llamar Ecos del
Festival, porque de alguna manera es lo que está sucediendo alrededor de la
Fiesta Grande. Estos dos espacios
hermosos para el chamamé le hacen mucho bien a la música. Creo que esto llegó
para quedarse porque fue un éxito y hemos visto noches con mucho público, el
chamamé está más vivo que nunca ya que la gente se reúne en torno a esta música
y sus artistas. Siempre que sea posible nosotros estaremos participando.
— Para que el chamamé
siga creciendo no solo hace falta espacios, sino también creadores y músicos
creativos, ¿en tu caso cuál es la clave para seguir creciendo?
— Hay un gran nivel de músicos en todo el litoral. En mi
caso tuve la suerte y soy muy agradecido de poder compartir la música con
grandes músicos que siempre han aportado mucho a mi música. En este caso estoy
como solista en el que interpreto canciones mías. Compartir esto con grandes
músicos es bueno para el chamamé. La música se hace andando y compartiendo.
Por ejemplo, con el acordeonista que toqué hoy en el
escenario te diría que hace treinta años que tocamos juntos. Teníamos diez años
cuando armamos el primer grupo, Juventud chamamecera en Paso de los Libres.
Cada vez que podemos nos volvemos a juntar con Roque, a veces él va a Rosario y
sino yo voy a Paso de los Libres. Hay muchos músicos que están tejiendo la
trama cultural chamamecera en silencio todos los días, todos los fines de
semana a ellos también hay que agradecerles porque así el chamamé sigue
creciendo.
Una tercera
oreja
La primera noche cuando comenzó el festival una lluvia inesperada obligó a los organizadores hacer algunos cambios. El escenario del patio pasó a la sala en pleno concierto de unos artistas. El público siguió ahí expectante. Quizás algunos o algunas se fueron para no mojarse. El resto nos quedemos. La escena me remontó a un poema de Fabio Morábito, quien dice que había una tercera oreja pero no cabía en la cara / la ocultamos en el pecho y comenzó a latir / está rodeada de oscuridad / es la única oreja que el aire no engaña.
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